Probamos el Jaguar F-PACE SVR: un exclusivo SUV deportivo de 550 CV con alma, personalidad y un sonido que enamora
Hace ya unos cuantos años que Jaguar dio el salto al segmento SUV con el F-PACE, al que luego se unió el E-PACE y más recientemente el coche eléctrico I-PACE. Hoy el protagonista es la versión más deportiva y prestacional del primero, el Jaguar F-PACE SVR de 550 CV de potencia.
Los Jaguar de la gama SV (Special Vehicles por sus siglas en inglés), tal vez no sean muy conocidos por ahora en nuestro país. Por hacer una analogía, son los equivalentes a los M en BMW, a los AMG en Mercedes o a los RS en Audi, aunque en este caso sean británicos.
El otro modelo de la gama SV de Jaguar es el F-Type R que pudimos probar el pasado año, una bestia de dos plazas con 575 CV que se plantea como alternativa a los más comunes competidores de origen alemán.
Pero gracias a su arquitectura SUV y a su mayor practicidad y polivalencia, el Jaguar F-PACE SVR es el modelo más vendido de esta familia de altas prestaciones que ha duplicado sus ventas en los últimos años, demostrando ser un tipo de coches que se comporta mejor que la media pese a la difícil situación a la que nos hemos enfrentado desde el comienzo de la pandemia.
Un diseño elegante y deportivo
En materia de diseño exterior, el Jaguar F-PACE SVR destaca por mantener un fantástico equilibrio entre elegancia y deportividad, además de un estilo que lo hace inconfundible.
El frontal está marcado por una parrilla de gigantescas dimensiones con una trama inspirada en la del Jaguar XE SV Project 8, que incorpora la placa SVR en uno de sus laterales. Cuenta con nuevas entradas de aire y ventilación que mejoran la refrigeración de los frenos y del motor.
Además, gracias a esas nuevas tomas de aire, a que el frontal es un 35% más bajo que en un F-PACE normal y algunos detalles más, el coeficiente de resistencia al aire disminuye de 0,37 Cd a 0,36 Cd.
En los laterales las tomas de aire más grande permiten dirigir más aire hacia los frenos. Por su parte óptimas más finas están formado por cuatro faros de LED con luces de conducción diurna (DRL) “Double J” que le dan mucha personalidad a su mirada.
El capó cambia ligeramente respecto al de un F-PACE convencional, ya que tiene una pequeña joroba en posición central y dos tomas de aire que ayudan a bajar temperatura en el vano motor.
Si echamos la vista hacia atrás recorriendo su estilizada silueta, nos encontramos unas espectaculares llantas disponibles en 22 pulgadas. Lucen un diseño de cinco radios con acabado Gloss Black sobre los que se apoyan las inserciones en el tono Gris Satin Grey que también marcan otras molduras de la carrocería.
En la parte posterior, dos salidas de escape dobles a cada lado del coche protegidas por el paragolpes que las abraza, el diminuto spoiler que va fijo sobre el alerón posterior o las grafías SVR sobre la tapa del maletero, son los elementos que le delatan.
Un interior lujoso y con materiales de muy alta calidad
Nada más abrir la puerta del F-PACE SVR nos encontramos con un habitáculo espectacular a la vista y al tacto. La alta calidad de los acabados se percibe visualmente y al tacto, gracias al empleo de Alcantara de los asientos y las puertas, que se combinan con la piel Windsor que cubre la consola central y la parte intermedia del salpicadero.
Algunas de las secciones en Alcántara, como la que rodea la pantalla de 12,3 pulgadas, lucen pespuntes en Ebony que le dan aspecto trabajado y exclusivo. Por su parte las molduras en aluminio estampado son de serie, mientras que la fibra de carbono de poros abiertos que llevaba la unidad de pruebas es opcional.
Una mención muy especial mercen los asientos deportivos opcionales que lucía la unidad de pruebas. Son unos semi baquet de aspecto impresionante, que a su vez son capaces de ofrecer un confort de marcha y un agarre lateral cuando vienen curvas como pocos asientos pueden ofrecer.
En ellos es muy fácil encontrar una posición de conducción óptima gracias a los reglajes eléctricos. El logotipo SVR se incluye en los reposacabezas es otro de los toques de calidad de este coche.
En el último restyling de este modelo se ha rediseñado la consola central ancha que separa ambos asientos delanteros, en la que encontramos una zona de carga inalámbrica para smartphones con más espacio, un selector del cambio con el logo SVR grabado y una disposición de los diferentes huecos que lo componen muy práctica.
La digitalización llega por el panel de relojes que se ha sustituido por una pantalla curva de 12,3 pulgadas en la que es muy sencillo consultar la información relevante para el conductor. Por su parte en posición central en el salpicadero encontramos otra pantalla de 11,4 pulgadas, rodeada de un marco de magnesio, en la que además se incorpora el nuevo sistema de infoentretenimiento Pivi Pro mucho más rápido e intuitivo que los anteriores.
El volante es redondo, como debe ser, e incluye dos tipos de piel en el aro, que está dividido a la mitad y tiene un tacto excelente. En la parte inferior luce el detalle SVR y el cosido en Mars Red.
En la parte posterior las levas de cambio de aleación de zinc tienen un tacto excelente y hacen que las levas de plástico parezcan lo que en realidad son, de juguete.
El maletero es amplio y está bien aprovechado. Ofrece 470 litros de capacidad y sus formas muy planas permiten sacarle el máximo partido.
En marcha con la bestia: 5.0 V8
En los tiempos que corren parece que los que nos dedicamos a cubrir la actualidad del mundo del automóvil solo podemos probar coches electrificados, salvo contadas excepciones. Pulsar un botón de arranque y sentir la explosión de fuerza de un motor contundente de gasolina, es algo que se agradece mucho.
Eso ocurre cuando pulsas el botón de arranque del Jaguar F-PACE SVR y el motor de gasolina V8 5.0 sobrealimentado cobra vida. El estruendo que hace al arrancar pone los pelos de punta y es el aperitivo perfecto de lo que nos espera a continuación.
Circulando por autovía alejándonos de Madrid hacia el norte de la capital, el Jaguar F-PACE SVR muestra su aspecto más rutero. Es un coche muy confortable, con una sorprendente puesta a punto en la que se prima el confort de marcha.
Es suave en cuanto a suspensiones, que se encargan de filtrar bien el terreno y transmitir solo lo necesario a los ocupantes de un habitáculo en el que, si bien es cierto que el sonido del motor se hace notar, en ningún momento llega a ser molesto ni mucho menos.
Ese girar de un motor de alto cubicaje con arquitectura V8 es una auténtica maravilla y lo es también hundir de vez en cuando el pie derecho a fondo. Entonces el F-PACE lanza la orden a la caja de cambios de 8 velocidades para que baje dos o hasta tres relaciones, y empiece a dejarte pegado al asiento con una contundencia bestial.
No en vano, hay disponibles 700 Nm entre las 3.500 y 5.000 RPM, fuerza más que de sobra para que esta mole de 4,7 metros de largo y 2.133 kilos de peso gane velocidad con intensidad y linealidad.
El tacto del motor es brutal, ya que es de esos motores de alto cubicaje que intimida a la hora de llevarlo a su máximo potencial. Estira muchísimo y parece no tener fin, ya que si pisas a fondo el acelerador durante más de 4 segundos parece que jamás va a saltar a al siguiente marcha.
Todo ello va acompañado de una melodía V8 auténtica que pone los pelos de punta. Lo mejor es que todavía llevamos desactivada la función que abre la válvula mágica en el escape para destapar la caja de los truenos.
Con el mando giratorio situdado a la derecha del selector del cambio puedes cambiar el modo de conducción y seleccionar Dynamic. Los escapes abren la válvula, el coche se vuelve más reactivo y empieza el espectáculo.
Me encanta la forma que tiene de acelerar, pero también la confianza que da a la hora de llegar a las curvas, detenerlo y tirarte al vértice. Lo hace fácil y la dirección, que tiene un tarado específica para esta versión, ofrece buen tacto.
Los frenos se han recalibrado y aparte de efectivos, lo cual no es sencillo con semejante masa llegando desbocada a las curvas, también dan bastante feedback al conductor, lo cual se traduce en beneficios a la hora de hacer conducción deportiva con él.
Admito que me ha sorprendido en positivo el comportamiento del coche en los tramos más revirados de la ruta, y quiero probarlo durante más tiempo próximamente para comprobar cómo se comporta en otro tipo de terrenos.
La función Dynamic Launch usa la inercia de la transmisión para mantener la potencia en las ruedas durante los cambios de marcha y de ahí que las recuperaciones o a la hora de ganar velocidad por ejemplo en la incorporación a una autopista, el coche apenas sufra cortes de potencia entre marcha y marcha.
Precio del Jaguar F-PACE SVR
El precio del Jaguar F-PACE SVR lógicamente no está al alcance de cualquiera. Cuesta 122.162 euros, pero a cambio de ese dinero tendrás un SUV deportivo, con unos acabados interiores excelentes y un tacto deportivo de lo mejor entre los de su tamaño. Ah, y con un sonido que crea adición, os lo aseguro.
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Probamos el Jaguar F-PACE SVR: un exclusivo SUV deportivo de 550 CV con alma, personalidad y un sonido que enamora
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Motorpasión
por
Héctor Ares
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