¡Ojo, Ferrari! El Aston Martin Valhalla es un vikingo híbrido de 950 CV y tecnología de la F1 que va a por ti
El Aston Martin Valhalla está de vuelta. Y lo hace con un carozón AMG. Desvelado por primera vez por Aston Martin en 2019, este superdeportivo de motor central tenía que recibir originalmente un V6 desarrollado por la propia Aston Martin. Finalmente, hereda del V8 4.0 litros biturbo que anima la gran mayoría de los modelos de AMG. Ahora, por fin podemos ver el nuevo modelo en su versión definitiva y de serie. Y la espera ha valido la pena.
El cambio de motor se operó tras el nombramiento de Tobias Moers como CEO de Aston Martin en 2020, tras estar éste al frente de AMG desde 2013. El nuevo directivo confirmó entonces que el Valhalla utilizaría un motor de origen Mercedes-AMG en lugar del V6 planeado inicialmente.
Así, sin sorpresas, el Valhalla cuenta con una versión del conocido V8 biturbo de 4.0 litros de AMG en posición central trasera. La versión del V8 que equipa el Valhall es muy cercana a la que equipa el AMG GT Black Series, que ha batido el récord de vuelta en Nürburgring. Es decir, cuenta con un cigüeñal plano y podrá girará hasta las 7.200 rpm y tiene una potencia de 750 CV.
V8 AMG y dos motores eléctricos para 950 CV
El V8 moverá exclusivamente las ruedas del eje trasero, respirando a través de una línea de escape ligero con válvulas activas, cuyas colas de escape están en la parte superior del coche, “para maximizar el efecto visual y auditivo”, explican desde la marca.
Pero el V8 de 750 CV no es el único motor del Valhalla. En cada eje hay un motor eléctrico que asiste al motor de combustión interna. Cada uno de esos motores entrega 204 CV (150 kW) de potencia. En total, el pie derecho del conductor del Aston Martin Valhalla gobernará la friolera de 950 CV. Lo nunca visto en un Aston Martin de serie.
En el modo eléctrico, la energía de la batería de 400 V se envía únicamente al motor eléctrico delantero, lo que significa que es el segundo Aston Martin con tracción delantera de la historia (tras el experimento que fue el Cygnet fabricado por Toyota). La velocidad máxima en modo eléctrico es de 130 km/h y la autonomía se estima a tan sólo 15 km, en ciclo WLTP.
En otros modos de conducción, la energía de la batería se reparte entre los ejes delantero y trasero. El sistema determina en tiempo real en función de las condiciones de conducción y adherencia qué porcentaje del par motor se envía a cada eje. En determinadas situaciones, el 100 % de la energía de la batería puede enviarse al eje trasero, complementando así toda la fuerza del V8.
La caja de cambios del Valhalla es otra innovación. Se tarta de un cambio de doble embrague y ocho velocidades que carece de marcha atrás. Al igual que el Ferrari SF90 Stradale, la marcha atrás es gestionada por los motores eléctricos de a bordo, lo que permite ahorrar peso en la caja de cambios. Además, el Valhalla cuenta con un diferencial autoblocante controlado electrónicamente en el eje trasero, llamado E-Diff.
El récord por vuelta al Nürburgring como objetivo para el Valhalla
A nivel de estructura, el Valhalla tiene un chasis monocasco de fibra de carbono, lo que añade ligereza al conjunto. De hecho, el Valhalla pesa 1.550 kg en vacío. Habida cuenta que equipa un sistema híbrido, no está nada mal. La suspensión es de tipo push-rod inspirada en la F1, en el eje delantero, y una configuración multi-link en el eje trasero. El conjunto cuenta con muelles y amortiguadores adaptativos Multimatic, así como un sistema que levanta el eje delantero para dejar el imponente spoiler en la primera rampa de turno.
Las llantas, de 20 pulgadas delante y 21 pulgadas detrás, calzan neumáticos Michelin desarrollados específicamente para el Valhalla. Detrás de las llantas, los frenos carbocerámicos de serie son de tipo by wire, es decir, controlados eléctricamente y no por un sistema hidráulico.
Por último, el Aston Martin Valhalla dispone de aerodinámica activa, los elementos delanteros y el alerón trasero pueden variar su ángulo. Junto con una esmerada gestión del flujo de aire con fondo plano con efecto venturi, el nuevo Aston Martin puede generar hasta 600 kg de carga aerodinámica a 240 km/h.
Al final, con su potencia de 950 CV y aerodinámica activa, el Valhalla tiene una velocidad máxima de 330 km/h y acelera de 0 a 96 km/h (60 mph) en tan sólo 2,5 segundos. En cuanto a cómo se traducirá todo eso en pista, Aston Martin tiene como objetivo alcanzar un tiempo de 6’30” en el bucle norte del Nürburgring. Eso sería una vuelta 13 segundos más rápida con respecto al actual récord en manos del Mercedes-AMG GT Black Series. Pronto lo veremos rodar en el Nordschleife.
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por
Daniel Murias
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