Reinventar la rueda ha sido la obsesión de los ingenieros durante años, y estos son algunos locos ejemplos
Algo tan sencillo como la rueda, y al mismo tiempo tan genial, no necesita ser reinventada. O quizá sí. En todo caso, como pieza esencial de un automóvil, los ingenieros e inventores de toda clase han buscado durante años la manera de conseguir que la rueda fuese algo más que el punto de contacto del coche con el asfalto. Desde la rueda sin eje hasta el motor integrado a la rueda, ha habido más intentos de reinventar la rueda de lo que podamos imaginar.
El problema de la masa no suspendida
Todas las innovaciones e intentos de reinventar la rueda son una consecuencia de la masa no suspendida. Esta siempre ha sido un mal necesario en el automóvil, y siempre se ha buscado la manera de reducirla. La masa no suspendida es la masa de la rueda y todo lo que va unido a la rueda y se mueve con ella, como las llantas o los frenos.
Esa masa interfiere en el comportamiento dinámico del coche: cuanto más elevada sea, más lentas serán sus reacciones y más fenómenos parásitos y mayor lentitud dará al coche en los cambios de trayectoria, además de aumentar las vibraciones sobre un firme deteriorado.
La manera más sencilla de reducir esa masa no suspendida es equipar el coche con llantas de aleación ligera. Si reducimos el peso de la llanta, reducimos la masa no suspendida. Pero otras innovaciones han buscado reducir esa masa en lo posible.
Frenos inboard: demasiado lío
Para reducir la masa no suspendida, los ingenieros idearon las llantas de aleación y los frenos inboard. En este tipo de frenos, los discos y las pinzas no están situados en la rueda sino en el propio eje del coche.
Muchos han sido los coches que han equipado frenos inboard, desde el Citroën 2CV hasta el Hummer H1 pasando por el Alfa Romeo Alfasud o varios Lotus de competición. En los coches de calle, esta solución fue abandonada por el elevado coste de mantenimiento que suponían a la hora de realizar intervenciones tan cotidianas como cambiar las pastillas de freno.
Sbarro Orbitale: rebajando el momento de inercia
En 1989, Franco Sbarro presenta un concepto novedoso en el Salón de Ginebra: la rueda sin eje, bautizada Orbitale. Para Sbarro, la mayoría de las fuerzas a las que está sometida una rueda se aplican cerca del asfalto. Moviendo parte de la cadena cinemática a la base de la rueda hace que se consiga un bajo momento polar de inercia y por tanto un comportamiento dinámico más eficaz y con más aplomo.
La rueda se compone de dos elementos. Por una parte está el elemento móvil, que incluye el neumático, la llanta y el anillo de frenada. Y por otra parte el elemento fijo, compuesto por la banda de rodadura interna, las pinzas de freno, la barra de dirección y los triángulos de fijación.
Para la fabricación de esa rueda involucra a SKF y se asocia con el inversor suizo Dominique Mottas para el desarrollo de la rueda y su aplicación en el sector del automóvil y de la moto. Los dos suizos crean la sociedad OSMOS (Original Sbarro Mottas Orbital System) y Sabrro un nuevo concept car con rueda sin eje para la promoción de la empresa; su nombre, Osmos. Sin embargo, en 1991 Sbarro deja la empresa y el desarrollo de la rueda y de la sociedad Osmos se estancan.
Sbarro Unidad Motriz Autónoma: una rueda inmensa con un poderoso motor dentro
Habrá que esperar a 2003 para ver una nueva creación de rueda sin eje central. En este caso, el artesano suizo presenta una rueda que integra un motor de combustión interna. Presenta varios prototipos que utilizan su invención, desde una moto hasta un coche (que recupera uno de sus diseños más famosos, el del Challenge). La moto equipa dentro de la rueda trasera un motor Yamaha de 160 CV. De hecho, la rueda alberga además el radiador, los frenos, la batería y un depósito de combustible de 3 litros.
Michelin Active Wheel: con electricidad, se reducen los problemas
Con el auge de los coches híbridos, Michelin desarrolla también una rueda sin eje y que integra un motor eléctrico: la Michelin Active Wheel. Se llegó a desarrollar un prototipo sobre base de Opel Agila con la colaboración del desaparecido carrocero francés Heuliez.
Sbarro Orbitale Hybrid: ¡otra rueda sin eje!
Para el Salón de Ginebra de 2009, Sbarro vuelve con un concept car equipado de una rueda sin eje central. Viendo el interés del mercado por los coches híbridos, utiliza el concepto de su rueda Orbitale para instalar un motor eléctrico -de tan sólo 10 CV- en cada una de las ruedas traseras del peculiar roodster equipado de un 6 cilindros ubicado entre las dos ruedas.
Tanto la Active Wheel de Michelin como la Orbitale Hybrid de Sbarro son ruedas que carecen de eje central a diferencia del resto de proyectos en los que se ha integrado un motor eléctrico a una rueda.
Algunos de estos ejemplos son la de TM4 de Hydro-Québec (1994) -era básicamente un motor eléctrico con eje central que servía también de llanta- o la de Protean Electric, en la cual el motor eléctrico está dentro de la llanta. Cada vez son más los eléctricos e híbridos con motores integrados en sus ruedas. Después de tantos años intentando aligerarlas, se está consiguiendo lo opuesto.
Continental New Wheel: con la pinza por dentro
Ideada especialmente para coches eléctricos, la New Wheel integra el disco a la llanta -fijado a la llanta vía el eje central- mientras que la pinza de freno está en el interior del disco. Su principal baza es un peso reducido para el conjunto compuesto por la llanta y el sistema de frenado, lo que se traduce en un mejor comportamiento dinámico (reduciendo las masas no suspendidas) y menos consumo de energía.
TMC Dumont: porque reinventar la rueda mola
En 2018, el expiloto de Fórmula 1 Tarso Marques tuvo la humorada de mezclar en el TMC Dumont un motor de aviación Rolls Royce de seis cilindros y 300 CV, un esbelto cuerpo de motocicleta y… sí, dos ruedas sin ejes. O sin radios, vaya. Un diámetro de 36 pulgadas, ahí es nada, para las campeonas de las llantas locas como puntos de apoyo de un vehículo tan insólito como ensordecedor.
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Reinventar la rueda ha sido la obsesión de los ingenieros durante años, y estos son algunos locos ejemplos
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por
Daniel Murias
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