KFC está usando una mezcla entre food trucks y coches autónomos para repartir pollo frito en China, y parece que la idea funciona
El reparto de comida a domicilio está en plena expansión. La nueva normalidad derivada del coronavirus nos ha llevado hacia un modelo de restauración ágil, rápido y a la puerta de casa, y algunas empresas como KFC han dado un paso al frente.
La popular franquicia de pollo frito ha iniciado las pruebas para repartir puerta a puerta con coches autónomos. Algo así como si fueran food trucks que te llevan la comida a domicilio en lugar de tener que ir a buscarla al camión, remolque o furgoneta de turno.
KFC y Neolix repartiendo comida a pie de calle
KFCが5Gを使った無人自動運転車での販売を中国で開始。スクリーンで注文しQRコード決済を行うとドアが開いて商品を受け取れる仕組み。
自動運転レベル4を提供する、中国の自動運転物流スタートアップNeolixが車を製造。1回の充電で約100km走れるそう。東京にも来て欲しいhttps://t.co/ENUENOKVdn pic.twitter.com/aslCny4hVk
— Qäddīš (@qaddisaramaica) November 23, 2020
Casi como una aparición sorpresa, algunos pequeños vehículos rotulados con la imagen corporativa de KFC empezaron a aparecer hace unos días en las calles de Shanghái. Eran minicamiones autónomos, sin conductor, pero estaban cargados con comida y tampoco llevaban un cocinero a bordo.
No hay muchos detalles acerca de este movimiento de la marca de restauración, pero parece algo así como una mezcla entre globo sonda tecnológico y una campaña de márketing. Por un lado podría ser un proyecto piloto para vender sus productos en puntos clave o a domicilio sin ningún contacto entre empleados de la compañía y los clientes para un distanciamiento social máximo.
Por otro podría tratarse de una manera de ganar repercusión de forma viral, aunque sería algo demasiado elaborado. KFC se ha aliado con la firma de vehículos autónomos china Neolix para llevar a cabo esta iniciativa, así que la cosa parece que va en serio. En concreto el vehículo es un SLV11, un proyecto de coche autónomo eléctrico multipropósito con baterías intercambiables ideado para la logística, restauración y paquetería. Algo parecido al Nuro R2 que vimos hace poco.
Según las fotos y vídeos publicados en redes sociales por aquellos que se encontraron con estos vehículos rellenos de pollo crujiente, los minicamiones autónomos se detenían en ciertos puntos. Cada camión cuenta con pantallas táctiles para configurar el pedido y realizar el pago mediante un código QR. Luego el camión se abría para retirar el pedido.
Esta vuelta de tuerca para la comida rápida puede ser un impulso con buena acogida en tiempos de pandemia, una nueva manera de acercar la restauración a los clientes ahora que nos cuesta más que nunca disfrutar con tranquilidad de lo que antes nos parecía cotidiano.
El problema es que sin un sistema de selección interno que haga las veces de máquina expendedora y entregue sólo la selección de los productos encargados, el cliente puede hacer un pedido y llevarse más de lo que le corresponde.
Lo que está claro es que hace unos años esto nos parecería pura fantasía salida de la ciencia ficción. Ahora no resulta nada descabellado. Es más, no es la primera empresa en hacer algo similar, pues Ford y Domino’s Pizza ya repartieron a domicilio con coches autónomos.
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Jesús Martín
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