Qué significa realmente que la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer tenga “una eficacia de más del 90%” según los primeros datos del ensayo clínico
La farmacéutica Pfizer y su socio BioNTech han anunciado hoy que, según los datos iniciales, su vacuna contra el COVID-19 supera, con mucho, las expectativas que se tenían: tendría una eficacia de más del 90% frente a las cifras del 60-70% que esperaban.
El estudio está en marcha y esto quiere decir que los datos son de todo menos definitivos: hablamos de 94 infectados en una muestra de 44.000 personas. Los datos son prometedores, pero muy preliminares: falta tiempo para conocer realmente cuántos participantes se infectarán definitivamente.
Como es evidente, si se confirma, sería una excelente noticia en un campo en el que no solemos tener muchas.
¿Qué significa realmente que una eficacia del 90%?
Para entender los datos que se han anunciado hoy, hemos de comprender cómo funciona exactamente el diseño del estudio. Según los planes iniciales, unas 44.000 personas participarían en él divididos en dos grupos. Los que recibirían la vacuna y los que recibirían un placebo. Luego habría que esperar a que los participantes se infectasen o no en su vida cotidiana y, con esos datos, comparar la eficacia de la vacuna frente al placebo.
Mientras tanto, un comité independiente va analizando los datos para comprobar que todo marcha en orden. Para hacer el anuncio, la compañía ha usado los informes del comité en los que se analizan los primeros 94 casos de COVID-19 que se han detectado entre los 44.000 participantes.
El “más de 90% de eficacia” significa que, de los 94 infectados que han participado en el ensayo, menos de un 10% recibió la vacuna. El resto de ellos, recibió un placebo. Por lo demás, tras de este anuncio falta mucha información. Demasiada información, de hecho. Sobre todo, en un contexto, en el que los anuncios médicos están siendo usados como parte de una estrategia de crecimiento bursátil.
StatNews, por ejemplo, subraya el hecho de que esos 94 no son “infectados” propiamente dichos; sino pacientes con síntomas. Algo que tiene sentido si observamos el diseño del estudio y que complicaría aún más saber cuál es la efectividad real de la vacuna. En este sentido, aún no sabemos detalles cruciales como, por ejemplo, su eficacia en entornos reales, si la vacuna previene los casos graves o si reduce la transmisibilidad del virus. Es más, los resultados no han sido revisados por científicos externos ni publicados en una revista médica: es una nota de prensa que habrá que contrastar con la realidad.
No hay que olvidar que las vacunas que desarrollan estas farmacéuticas tienen un enorme problema logístico que condiciona su éxito en caso de llegar “tarde”: necesitan una temperatura de -70 grados. Algo para lo que ningún sistema sanitario actual está preparado y que requeriría de importantes inversiones. Es una buena notica que deberíamos tomarnos tomarnos con clama y reposo.
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La noticia
Qué significa realmente que la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer tenga “una eficacia de más del 90%” según los primeros datos del ensayo clínico
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Jiménez
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