La NASA aterriza por primera vez en un asteroide: la misión OSIRIS-REx logra alcanzar la superficie de Bennu para recoger muestras
La OSIRIS-REx de la NASA ha logrado aterrizar en la superficie del asteroide Bennu. Un histórico logro y la primera vez que una nave de la NASA consigue tocar esta piedra de apenas 510 metros y que viaja a más de 100.000 kilómetros por hora.
La nave “minera” alcanza el ecuador de su misión. Lanzada el 8 de septiembre de 2016, el objetivo es volver sano y salvo en septiembre de 2023 con muestras tomadas de un asteroide. Unas muestras que los científicos de la NASA sospechan que pueden ser diferentes a todo lo que tenemos en la colección de meteoritos en la Tierra.
Dos años después de orbitar alrededor
“La nave espacial ha hecho todo lo que se suponía que debía hacer”, explica satisfecho Dante Lauretta, responsable de la misión OSIRIS-REx. A las felicitaciones se ha unido Jim Bridenstine, administrador de la NASA, con una frase que ejemplifica bien la importancia de la misión: “Estamos en camino de devolver la muestra más grande desde el Apollo. Si todo va bien, los científicos estudiarán esta muestra durante las generaciones venideras“.
The back-away burn is complete 🛑✅ I'm now moving to a safe distance away from Bennu. pic.twitter.com/bXk2ufSneS
— NASA's OSIRIS-REx (@OSIRISREx) October 20, 2020
Situado relativamente cerca de la Tierra, a unos 322.000 kilómetros durante su aterrizaje, la misión ha logrado uno de sus objetivos más difíciles, después de orbitar alrededor del asteroide durante unos dos años y haberse acercado con anterioridad hasta unos 7 kilómetros de distancia.
La misión recibe el nombre de ‘Touch-And-Go’. La misión era complicada, por la poca gravedad del asteroide. El descenso de 4 horas desde una altura de 125 metros ha sido hacia el interior del cráter Nightingale, de unos 16 metros de diámetro.
Una vez establecido el contacto con su brazo robótico de 3,5 metros, se ha liberado nitrógeno comprimido para levantar polvo y poder recogerlo, como si fuera una aspiradora. Un proceso que en total no tardó más de 16 segundos y con el que esperan recoger al menos 60 gramos de material. A través de los datos de los sensores y las imágenes tomadas, analizarán el resultado y ofrecerán más información sobre los compuestos obtenidos por la misión el próximo 30 de octubre.
Con una posibilidad de 1 entre 2.700, Bennu es uno de los asteroides “potencialmente peligrosos” de estrellarse contra la Tierra. Pero su interés no radica en esta remota probabilidad, sino en su antigüedad. Con 4.500 millones de años, Bennu conserva compuestos orgánicos y minerales que pueden ser muy útiles para estudiar sobre el origen del sistema solar.
“La abundancia de material que contiene carbono es un gran triunfo científico para la misión. Ahora somos optimistas de que recolectaremos y devolveremos una muestra con material orgánico, un objetivo central de la misión OSIRIS-REx“, explica Dante Lauretta, investigador principal de OSIRIS-REx en la Universidad de Arizona en Tucson.
La OSIRIS-REx se une a la misión japonesa Hayabusa2, que recogió muestras del asteroide Ryugu, servirá para intercambiar materiales recogidos y analizar las diferencias entre ellos.
Más información | NASA
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La NASA aterriza por primera vez en un asteroide: la misión OSIRIS-REx logra alcanzar la superficie de Bennu para recoger muestras
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Xataka
por
Enrique Pérez
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