La DGT recuerda el peligro de sucumbir al efecto manada y pide respetar los límites de velocidad

La DGT recuerda el peligro de sucumbir al efecto manada y pide respetar los límites de velocidad

La DGT siempre ha defendido la relación directa entre velocidad y siniestralidad. Tras alertar sobre el efecto elefante, ha querido recordar las consecuencias del denominado efecto manada.

En el plano psicológico y cognitivo, se define el efecto manada o ‘bandwagon’ como la tendencia a aceptar como válidos los razonamientos e ideas de la mayoría sin analizar si son correctas desde un punto de vista lógico. Es como aquella teoría de los restaurantes de carretera: si está lleno de camiones, es que se come bien. O si un local tiene mucha gente esperando, es más probable que tú también lo acabes haciendo. En el plano de la velocidad ocurre lo mismo.

No te subas al carro

Esta teoría psicológica determina que los individuos adoptan ideas o conductas por el mero hecho de que la mayoría lo han hecho previamente, sin importar que choquen con razonamientos o creencias propias. Esto es: correr porque lo hacen los demás.

El efecto manada supone la pérdida de control de la velocidad a la que estamos circulando cuando, por ejemplo, entramos en una vía rápida y el resto de conductores que circulan en ella lo hacen a mayor velocidad.

El conductor, de manera inconsciente, se verá ‘empujado’ por el resto de conductores y aumentará la velocidad hasta situarse al mismo ritmo que los demás vehículos, aunque ello suponga superar los límites legales.

Se trata de un sesgo cognitivo que se puede manifestar, por ejemplo, en la tendencia de cambiar el voto hacia el candidato con mejores pronósticos para sentir que estamos ‘del lado del ganador’ y formar parte de un grupo.

Según la DGT, ocurre lo mismo con la velocidad: si un conductor comienza a aumentar de velocidad, es probable que otros conductores le sigan y se suban al carro, como indica el término ‘bandwagon’.

Y es que el efecto grupal puede influenciar incluso nuestra forma de conducir, y de forma no del todo consciente llevarnos a pisar el acelerador más de la cuenta. Según datos de la DGT, la velocidad es un factor determinante en el 30 % de los accidentes mortales (el estado del firme, por otro lado, ha sido siempre obviado por el organismo como factor de siniestralidad).

Coche Mascarilla 2

Otra consecuencia de la velocidad es el efecto túnel: la pérdida de campo de visión lateral. Esta puede ocurrir bien por el aumento de velocidad y, también, por la ingestión de alcohol.

Por ejemplo, a una velocidad reducida como 35 km/h, el campo de visión normal de un conductor abarca 104 grados en horizontal y unos 110 grados en vertical, pero a 65 km/h el campo de visión de ha reducido a 70 grados y a 100 km/h, hasta 42 grados.

A partir de 130 km/h se pierde nitidez periférica, mientras que el ángulo de visión se cierra hasta 30 grados.

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Victoria Fuentes

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