El Emelba 7 fue un SEAT Ibiza transformado en Chrysler Voyager y que sorteó el Corte Inglés
A finales de los años 70, la industria automóvil española cuenta con SEAT como única marca propia. No es mucho si lo comparamos con algunos de países al norte de los Pirineos. Sin embargo, lo que no falta a este lado de los Pirineos, es creatividad. Tanto que en 1985, el público descubre el Emelba 7 Family Car, un SEAT Ibiza transformado en Chrysler Voyager por el prolífico carrocero catalán Emelba.
Emelba fue fundada en 1978 por Jaime Loureiro Benimeli (comercial de SEAT y la “L” de Emelba), sus amigos Juan Carlos Madriñan Cristóbal (la “Eme”) y Jorge Bassols (la “ba” de Emelba). La sede y los talleres de la empresa estaban en Arbucias (Girona). Desde sus inicios, su actividad principal fue la de crear vehículos sobre base SEAT. Todo empezó con una versión “’playera”, al estilo del Citroën Méhari, del SEAT 127, el Emelba Samba.
Pero también ideó versiones furgonetas y toda clase de modelos que no existían en la gama SEAT. Una de esas primeras creaciones fue el Emelba-SEAT 127 Poker, o lo que es lo mismo un 127 pick-up. También diseñó un SEAT Panda cinco puertas, con un estilo más funcional que elegante, y toda una serie de descapotables (Opel Corsa, Talbot Samba y SEAT Panda).
El Cahto, o cuando el Panda se convierte en monovolumen
El ambicioso proyecto de un SEAT Ibiza monovolúmen, por su parte, fue la culminación lógica de un proceso creativo empezado en 1982 con el Emelba Chato. El Chato tenía por el SEAT Panda 35. El parentesco era evidente en muchos elementos: faros y calandra, parte superior de las puertas delanteras y parabrisas, asientos, portón alargado y salpicadero procedían del Panda.
En 3,40 metros de largo, pero 1,80 m de alto y con puertas traseras corredizas, el Emelba Chato conseguía dar cobijo a seis pasajeros. Salvo error, el Emelba Chato fue el primer monovolumen del mundo, adelantándose un año al Chrysler Voyager (1983) y dos años al Renault Espace (1984), dos modelos considerados los padres de los monovolúmenes.
Emelba no se limitó a la versión 6 plazas del Chato. Hubo una versión furgón (con carga útil de 450 kg) y hasta una curiosa pick-up, cuyo diseño recordaba el de la DKW F89 (que se fabricó en España como DKW 700P y 800S). El Chato pudo tener éxito, pero la limitada capacidad de producción de Emelba y escasa red comercial se lo impidieron.
Emelba sigue buscando ideas fuera y en 1983 presenta en el Salón de Barcelona el SEAT Ronda Familiar. El Ronda no está disponible en versión familiar, aunque tampoco es un tipo de carrocería muy en boga en la España de los años 80.
La propuesta es original. Además de un volumen de carga aumentado gracias a la mayor altura libre bajo techo del maletero, las puertas traseras pasan a ser corredizas y los asientos traseros se podían desplazar varios centímetros, para aumentar el volumen de carga o el espacio para los pasajeros traseros. Es decir, Emelba tradujo al español el Nissan Prairie desvelado un año antes. Finalmente no pasó de la fase de prototipo.
Emelba 7 Family Car, el Chrysler Voyager español
El carrocero catalán no abandona su idea de un coche familiar y versátil con SEAT. Y en 1985 presenta el Emelba 7. Es un nombre sencillo para un coche adelantado su tiempo y que hace referencia a su capacidad, puede transportar hasta siete personas. El chasis es el del recién estrenado SEAT Ibiza con una batalla alargada 30 cm.
El Emelba 7 recuperaba de la oferta en motorizaciones del SEAT Ibiza el 1.5 litros (el famoso “System Porsche” de 85 CV y el 1.7 litros diésel de 55 CV. En el interior, los asientos eran abatibles además de desmontables.
Emelba era ambicioso y preveía una fabricación de 5.000 unidades al año. Pero no pudo ser. La falta de financiación de Emelba era crónica. Ya había comprado 100 chasis de Ibiza a SEAT, que nunca pudo pagar.
Los problemas de Emelba no se debían al 7. En el momento de su presentación, la firma acumulaba las deudas que venía arrastrando desde el Chato. En ese momento, la firma esperaba conseguir el contrato para suministrar a la ciudad de Barcelona en taxis unificados, al estilo de Londres, de cara a los Juegos Olímpicos de 1992. Habría sido la salvación, pero esa idea fue abandonada por la ciudad y nunca se llevó a cabo.
En 1986, Emelba cerró sus puertas, tras fabricar varios prototipos del Emelba 7 y tan sólo tres unidades de serie. Una de ellas fue sorteada por el Corte Inglés y se dice que todavía circula. El último prototipo que presentó Emelba antes de su cierre fue un SEAT Ibiza pick-up.
Se cerraba así un capítulo de la historia del automóvil en España, el de la creatividad por encima de todo. Atrás quedaban los modelos especiales de toda clase, como el SEAT Ronda autocaravana, los prototipos de Peugeot 205 cabrio sin arco de seguridad, de SEAT Panda diésel (con motor Isuzu) y hasta de un ultraligero ‘Sky-jet’ y de un ‘mini-hover’.
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El Emelba 7 fue un SEAT Ibiza transformado en Chrysler Voyager y que sorteó el Corte Inglés
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por
Daniel Murias
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