Amazfit X, análisis: un smartwatch futurista que rompe moldes con su pantalla curvada
El Amazfit X es un reloj inteligente o pulsera de actividad que no huye de lo habitual en este tipo de dispositivos: su pantalla curvada al extremo es su principal seña de identidad. Pero no se queda ahí ya que el Amazfit X registra el ejercicio, ofrece las notificaciones del teléfono y dispone de una autonomía de varias jornadas, entre muchas otras características.
Con un catálogo de relojes y bandas cada vez más extenso, en Amazfit se les ocurrió una apuesta arriesgada: juntar en un smartwatch las capacidades de una pulsera de actividad con una pantalla curvada extrema. Y así nació el Amazfit X, un dispositivo experimental que aún no llegó a las tiendas. Y hemos podido probarlo durante más de una semana con unas sensaciones algo contradictorias.
Ficha técnica del Amazfit X
Huami Amazfit X |
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DIMENSIONES Y PESO |
22.6 mm x 13,6 mm (esfera) |
PANTALLA |
AMOLED curvada de 2,07 pulgadas (resolución de 206 x 460 píxeles) |
BATERÍA |
200 mAh mínimo |
SENSORES |
Acelerómetro y giroscopio de 6 ejes |
CONECTIVIDAD |
Bluetooth 5.0 BLE |
ACTIVIDAD |
9 modos deportivos (incluye natación) |
OTROS |
Motor de vibración lineal |
PRECIO |
La pantalla curvada marca un diseño poco común
No es que Amazfit sea la primera empresa en desarrollar relojes ‘wearables’ con pantalla curvada ya que Samsung sorprendió en 2014 con la original Samsung Gear Fit (de la que salieron nuevos modelos), pero no cabe duda de que esta característica en el panel es muy poco común. Por tanto, lucir el Amazfit X en la muñeca da una sensación extraña, como llevar un objeto futurista. Sobre todo cuando la pantalla AMOLED se enciende y sus 2,07 pulgadas se llenan de información.
Más que un reloj inteligente podríamos calificar el Amazfit X como una pulsera de actividad o banda de ejercicio ya que está mucho más cerca de una Xiaomi Mi Band 5 que de un Amazfit GTS, por poner dos ejemplos muy conocidos. Aunque eso sí, el Amazfit X no es precisamente pequeño ya que abulta bastante en la muñeca, sobre todo por su grosor. Aun así, es muy cómoda de llevar porque se adapta bien a la curvatura de la muñeca (la base del Amazfit X traza la misma curva que el panel).
La pantalla de 2,07 pulgadas queda dentro de un cuerpo de titanio con la parte interior en plástico y protegida con vidrio endurecido (Amazfit no especifica de qué tipo es). El conjunto conforma una ‘pastilla’ de dimensiones generosas que se une a dos correas de silicona: una posee un cierre en ‘clip’ (puede intercambiarse para ajustar el Amazfit X a muñecas de diferente tamaño) y la otra queda anclada por un diminuto tornillo. En la caja venía una pulsera de repuesto.
Como suele ocurrir en los dispositivos de gran pantalla, la pulsera/reloj que nos ocupa es táctil: dispone de dos puntos de presión. Como extra ofrece un botón en el lateral derecho que es sensible a la presión: gracias a ello puede activarse y desactivarse la pantalla, también retroceder en los menús. Dicho botón no termina de funcionar de forma precisa ya que a veces necesita demasiada fuerza y otras basta un pequeño toque. Con la dificultad de que no está muy bien localizado, por lo que a menudo cuesta de encontrar (no sobresale del cuerpo y sólo queda marcado por tres agujeros que no se ven a simple vista).
El Amazfit X se lleva de forma cómoda, no molesta, no pesa y posee un diseño poco común que mantiene el equilibrio entre las formas sinuosas, el color negro y los materiales elegidos. Más allá de las pegas por incluir un botón sensible a la presión no tenemos objeciones en este apartado: la construcción es de gran calidad. Aunque eso sí, no es para todos los gustos: tras enseñarlo hay personas a las que les ha encantado su aspecto curvo y otras a las que les parece demasiado extravagante. El Amazfit X no es un dispositivo acostumbrado a mantenerse en la neutralidad.
Pantalla de calidad con los problemas lógicos del diseño
El panel del Amazfit X es AMOLED curvado con un tamaño de 2,07 pulgadas de diagonal y resolución de 206 x 460 píxeles. Estas cualidades consiguen que la pulsera envuelva literalmente la muñeca hasta hacer que la pantalla cubra en vertical el extremo del brazo. Debido a esto no se ve igual toda la extensión del panel ya que, por más que se gire la muñeca, cuesta mucho distinguir de un vistazo la superficie al completo. Todo sin que la resolución del panel influya ya que los elementos se muestran nítidos en pantalla.
El Amazfit X luce espectacular una vez colocado, tanto por la nitidez de la pantalla que mencionábamos como por el excelente contraste y el color. Amazfit introduce una interfaz atractiva y de iconos coloridos, aunque los textos pueden hacerse difíciles de leer (como veremos más tarde, supone un inconveniente durante los ejercicios). El brillo de la pantalla es suficiente para la mayor parte de condiciones excepto si se visualiza a mediodía y bajo la luz directa del sol: en esas situaciones cuesta distinguir los elementos (Amazfit asegura que la pantalla tiene un brillo de 400 nits). Y hay otro problema añadido: dada la curvatura, resulta extraño que no refleje la luz directa en algún punto de la superficie. Esto dificulta la lectura en esos puntos por más que la pantalla ofrezca ángulos de visión notablemente alto.
La pantalla es muy grande, lo que reduce la carga de la batería. La respuesta táctil no es mala, aunque el software a veces deja que desear: no siempre responde bien a los deslizados, imprescindibles para acceder a todas las opciones (para retroceder moviendo la pantalla de izquierda a derecha a veces hay que repetir el gesto). El panel es multitáctil, aunque sólo en dos puntos. Permite encender la pantalla con toques (la respuesta no es demasiado precisa ya que a veces funciona y otras no) y apagarla con cubrirla con la palma de la mano.
El Amazfit X incluye brillo automático, este funciona bastante bien. Posee respuesta táctil al toque con un motor de vibración preciso, agradable y muy sutil. Y, al menos según nuestra experiencia hasta el momento de escribir este análisis, el reloj posee un cristal suficientemente duro como para que no se raye fácilmente.
Rendimiento deportivo: muchas más sombras que luces
El dispositivo que nos ocupa permite hacer un registro de la actividad así como de distintos parámetros saludables, como el ritmo cardíaco o la saturación de oxígeno en sangre. Si a ello le sumamos los acelerómetros y giroscopio, añadiendo el siempre bienvenido sistema de posicionamiento GPS (y GLONASS), podríamos pensar que el Amazfit X puede convertirse en un monitor de ejercicio con el que potenciar la actividad mientras quedan registradas las rutas exteriores de manera precisa. Es cierto, a excepción de lo último.
El Amazfit X posee un hardware bastante completo para ser una banda de ejercicio, esto queda en línea de un reloj deportivo. El problema es que el registro de las rutas con el GPS es muy deficiente, este es uno de sus principales inconvenientes. Por tanto, salir sólo con el Amazfit X supone registrar una ruta que lo mismo hace kilómetros de más como de menos (o, por un golpe de suerte, va y acierta). Siempre manteniendo un registro preciso de pulsaciones, también el oxímetro posee un funcionamiento y precisión adecuados.
En el plazo de tiempo que hemos tenido el Amazfit X (semana y media desde que lo recibimos) el reloj ha tenido tres actualizaciones. Tal y como definimos en el apartado de la pantalla, nuestro protagonista es aún demasiado experimental, un estado que afecta especialmente al registro de rutas. El GPS tarda en conectar, se pierde con demasiada frecuencia, la precisión es nefasta en la mayor parte de ocasiones y, para colmo, puede perderse la cobertura si entra una notificación al Amazfit X.
El GPS ha ido mejorando con cada actualización, por lo que no sería extraño que alcanzase un nivel mínimo como para que salir a hacer deporte con el Amazfit X no sea frustrante. De momento no podemos recomendarlo para aquellos que deseen utilizarlo en exteriores, al menos si se piensa utilizar el posicionamiento satelital. Por contra, los pasos quedan registrados sin demasiado margen de error, aunque con otro inconveniente: el reloj no siempre comienza a contarlos nada más se inicia la actividad; lo que arroja cierto error en el conteo.
La pantalla se ve bien durante las prácticas deportivas (todo dependerá del sol), el Amazfit X arroja una gran cantidad de información en tiempo real y no permite mantener el panel siempre encendido. Además, la gran cantidad de información que ofrece el Amazfit X sobre el registro deportivo dificulta ver algo concreto. Por ejemplo, es complicado distinguir la distancia recorrida mientras se corre ya que la cifra es muy pequeña y el movimiento hace difícil fijar la vista.
El Amazfit X puede registrar nueve deportes desde el monitor de ejercicio: correr en cinta, gimnasia en interiores, correr al aire libre, caminata, ciclismo interior, elíptica, ciclismo exterior, natación en piscina y natación en aguas abiertas. Cada uno de los deportes registra el movimiento, gasto de calorías, pulsaciones o los pasos, entre otros valores. Y también la distancia, todo sin tener que salir con el teléfono ya que el Amazfit X debería bastarse. Aunque ya hemos visto que el registro de la ruta aún no es demasiado preciso.
Aparte de las actividades deportivas, con el reloj puesto en la muñeca se obtiene un registro completo de toda la actividad diaria de forma automática, también queda registrado el sueño (la precisión no es perfecta ya que tiende a contar de menos y no siempre reconoce el sueño profundo). El Amazfit X puede registrar de manera constante el pulso, puede activarse el control de estrés permanente y realizarse manualmente una lectura de saturación de oxígeno en sangre. Gran parte de la información se puede consultar desde el reloj (Huami incluye los tres aros actividad, similares a los del Apple Watch), aunque es la app del teléfono la que guarda todos los datos. Esta app ya no es Amazfit: su nombre ha cambiado a Zepp.
El software está demasiado verde
Sobre el papel el Amazfit X es un gran smartwatch/pulsera de actividad, también arroja sensación de calidad una vez se amarra el dispositivo en la muñeca. Lástima que el software no acompañe al hardware: utilizar el reloj a diario supone demasiadas decepciones. Al menos si se usa como monitor de ejercicio, ya hemos visto que una de las principales características hace aguas (el posicionamiento GPS/GLONASS).
La interfaz de la pulsera se adapta a las características del dispositivo para aprovechar toda la superficie mostrando una gran cantidad de información, toda legible en modo vertical (con el inconveniente de no ver de un vistazo todo lo que ofrece ya que la vista no alcanza a distinguir toda la superficie). Amazfit permite un movimiento entre menús por gestos, también pulsaciones; con la opción de ir hacia atrás apretando el botón lateral.
Para acceder a todos los iconos de un mismo menú resulta indispensable desplazar la pantalla en vertical. Y es aquí donde se aprecia la característica principal del panel: la gran superficie curva abrazando la muñeca. Interactuar con los menús es una delicia, estos se mueven de una punta a la otra dando la sensación de de que se desplazan casi por la piel, como si el reloj no existiese. Y con una gran cantidad de opciones para que no resulte necesario abrir el teléfono para comprobar la información.
Desde la pantalla del Amazfit X se pueden anclar distintos widgets para ver desde el tiempo a la actividad (izquierda de la pantalla principal), el ‘watchface’ se adapta a la superficie en vertical disponiendo de distintos diseños para elegir, desplazando la pantalla de arriba hacia abajo se accede a los controles principales y, con el gesto contrario (de abajo hacia arriba) pueden visualizarse las notificaciones. En el Amazfit X se puede consultar cualquier mensaje, también los de WhatsApp o Telegram. Aunque eso sí, no resulta posible responderlos, ni siquiera con respuestas predefinidas (y el formato del texto no es el mejor ya que no separa las palabras en el salto de línea, un punto que dificulta la lectura).
Desplazando la pantalla de derecha a izquierda el Amazfit X ofrece acceso a las distintas opciones: registro deportivo, metas (los aros de actividad), lectura de ritmo cardíaco y SpO2, niveles de estrés, información del tiempo, agenda y las alarmas. Además, el Amazfit X dispone de cronómetro, cuenta atrás y controles de reproducción. Para acceder a dichos controles hay que bucear por los menús, el reloj no los muestra automáticamente cuando hay música sonando en el móvil conectado.
Si bien la interfaz nos parece correcta ya que es intuitiva y funciona razonablemente bien, el software que gestiona el reloj aún necesita mucho desarrollo. El reconocimiento de los gestos es algo errático, no siempre responde al botón de presión, el vibrador puede activarse motu proprio (a veces vibra de manera suave sin que haya una acción que lo motive), el consumo de energía puede subir de golpe y la interfaz a veces se vuelve algo inestable. Debemos recalcar, eso sí, que Huami mantiene el software en desarrollo: todos los inconvenientes poseen cierta justificación debido al estado del Amazfit X. Actualizaremos este apartado si con las actualizaciones va mejorando.
Con respecto a la app para smartphones, Zepp es un compañero del reloj que no sólo almacena los datos para visualizarlos de manera extendida, también los ofrece de forma sencilla, legible y con la opción de compartirlos en el caso de que se necesite. Zepp permite subir al reloj los ‘watchfaces’ entre una colección de ellos predefinidos (de momento hay veinte) y, al menos de momento, no se pueden personalizar (sólo el que viene incluido en el Amazfit X). Desde la app también resulta posible gestionar las alarmas y los recordatorios de la agenda así como definir el comportamiento de las notificaciones o si se activa o no el gesto de encender la pantalla de la pulsera al girar la muñeca. Este gesto suele funcionar sin problemas.
Autonomía decente para un reloj, pobre como banda
¿Cómo será la autonomía de un híbrido que combina smartwatch y pulsera de ejercicio en un único dispositivo? Pues no es mala a tenor de las pruebas, incluso realizando ejercicios de larga duración con el GPS activado (o activado en teoría). Nuestra conclusión es que no hay que preocuparse de la batería ya que Amazfit X aguanta varios días con todos los registros activados.
Huami asegura que el reloj aguanta siete días tras desconectarlo del cargador. Esto no es así en la práctica, pero tampoco se aleja en exceso: los cinco días y medio con un uso moderado son más que viables, siempre con el registro continuo de pulso, estrés, con un par de prácticas deportivas al día y reflejando las notificaciones del teléfono. Con actividades de varias horas la autonomía puede contraerse hasta los tres días, más que de sobra para su faceta de smartwatch.
La carga del Amazfit X se realiza sin complicaciones: el dispositivo posee un conector magnético que se adosa automáticamente a la parte interna del reloj. En el otro extremo se encuentra el USB A, cualquier cargador o puerto de ordenador funciona sin complicaciones. Eso sí, la carga no es rápida: el Amazfit X tarda algo más de hora y media en revivir.
Amazfit X, la opinión de Xataka
Teníamos puesto un gran interés en el dispositivo ya que nos pareció una apuesta tan arriesgada como poco común. Y este es uno de los principales valores ya que el Amazfit X sorprende a primera vista, también suele cautivar. Basta con encender la pantalla y deslizar el dedo por los iconos para que el scroll vertical despierte las ganas de tenerlo. Y claro, cuando se usa en profundidad se descubre que la propuesta aún está lejos de ser confiable.
El Amazfit X es una gran pulsera de actividad por más que resulte demasiado cara si se usa sólo como eso. El lastre de la escasa fiabilidad del GPS limita su uso a la hora de correr en exteriores o salir en bici. Y como smartwatch se queda algo corto ya que no ofrece pagos móviles, no permite responder notificaciones y su funcionamiento no es demasiado independiente del smartphone. Se queda en tierra de nadie por su elevado precio.
Hemos de recordar que el software del Amazfit X aún no es definitivo, por lo que seguramente vaya mejorando con las futuras actualizaciones. De momento resulta difícil recomendarlo, sobre todo cuando dentro del propio catálogo de Huami existe una variada cantidad de dispositivos.
8
A favor
- El diseño es muy llamativo
- Se adapta muy bien a la muñeca
- La pantalla es espectacular
En contra
- El software está demasiado verde
- El GPS no funciona como debe
- Demasiado experimental
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La noticia
Amazfit X, análisis: un smartwatch futurista que rompe moldes con su pantalla curvada
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Iván Linares
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