Probamos el SEAT Arona: un SUV compacto de 115 CV equilibrado y con un interesante toque dinámico
El segmento de los SUV utilitarios está cada vez más complicado. Siguen aflorando los competidores para una lucha sin cuartel entre los todocamino de ámbito urbano y el SEAT Arona es posiblemente uno de los mejores representantes.
No queremos hacer ningún tipo de spoiler pero después de haber probado el SEAT Arona nos damos cuenta de que en Martorell saben muy bien cómo trabajar para dar en el clavo. Ha pasado por nuestras manos la versión 1.0 TSI de 115 CV en acabado FR, y aquí te dejamos la prueba completa.
SEAT Arona: más que un Ateca a escala
Si bien la fiebre SUV parecía haberse aplacado un poco, lo cierto es que lejos está de haberse calmado. Mientras algunos pesos pesados del segmento llevan años campando a sus anchas tuvimos que esperar hasta 2016 para que SEAT lanzase su primer SUV, el Ateca que ahora acaba de renovarse, para un año más tarde aparecer en escena el SEAT Arona del que hoy vamos a hablar.
Enrolado dentro del mercado de los B-SUV, los SUV pequeños o utilitarios, el Arona es un coche que parte de un SEAT Ibiza y crece para ofrecer las bondades de la carrocería con aires todoterreno. Así, el Arona mide 4,13 metros de largo por 1,55 de alto y 1,78 de ancho: 79 mm más de largo y 108 mm más de alto que un Ibiza, mientras que la anchura es idéntica así como la distancia entre ejes.
Hay que reconocer que con respecto al Ibiza, la imagen del Arona gana muchos enteros. Sí, es cierto que el compacto ha envejecido realmente bien con el paso de los años al igual que lo ha hecho el SEAT León de generación saliente, pero el Arona aporta un extra de frescura que le va como anillo al dedo para llamar la atención de sus potenciales clientes.
Los faros son unos grandes grupos rasgados con tecnología LED y luz diurna que escoltan a una parrilla de mayores dimensiones en el SUV y un paragolpes con más músculo gracias a las inserciones de aspecto offroad.
Por detrás tenemos la misma receta con un trasero chato pero resultón, grupos ópticos LED estirados hacia el interior y un paragolpes con protecciones en su parte inferior que le dan un especto más aguerrido, aunque es sólo eso, aspecto. En realidad el Arona marca distancias con el Ibiza en la zaga, con unas formas mucho más próximas al Ateca.
Si pusiéramos al SEAT Arona justo al lado del Ibiza encontraríamos muchas similitudes, pero también diferencias notables. La más importante es la diferencia de altura obviamente y, como curiosidad, el Arona esboza una parrilla con seis lados en lugar de los cuatro del Ibiza. Una parrilla hexagonal que ya es marca de la casa desde que la esternase el SEAT Tarraco para posteriormente heredarse en el León y más recientemente en el Ateca.
Molduras plásticas en todo el contorno inferior, barras de techo, inserción de aspecto metálico en un pilar C más robusto y el techo en color de contraste (de serie en los acabados superiores) le dan al Arona un aspecto bastante atractivo y diferenciador que refuerzan su imagen como SUV moderno. Un conjunto que funciona a la vista de las más de 200.000 unidades vendidas en Europa desde su lanzamiento; 110.648 unidades sólo en 2019.
Un interior muy de SEAT Ibiza
Si nos subimos al habitáculo del SEAT Arona nos sentiremos como viviendo un déjà vu, pues es exactamente igual que el del SEAT Ibiza en líneas generales. Vale, sí, la posición de conducción es más elevada gracias a la mayor altura al suelo del coche (19 cm de altura libre), lo que nos facilita la entrada y acceso, además de la visibilidad en marcha, pero por lo demás es idéntico.
El volante de tres radios es sencillo y muy agradable. Su diámetro es contenido, ni grande ni pequeño pero resulta muy manejable. En el acabado FR la parte inferior está innecesariamente achatada como en tantos otros modelos. Cosas de las modas.
El cuadro de mandos de serie es de doble esfera analógica con una pequeña pantalla digital, pero en la unidad que hemos probado se equipaba el cuadro totalmente digital de la marca. No es un panel de alta definición al nivel de los mejores del mercado, pero tiene una legibilidad buena, unos gráficos simples y muy agradables y una cantidad ingente de información con datos de viaje o la proyección del GPS.
El resto del salpicadero es muy sencillo, sin alardes, pero con una buena sensación de calidad. Los ajustes son buenos y los materiales están bien resueltos y la percepción general es muy satisfactoria, superior en este aspecto a otros competidores europeos y asiáticos.
La pantalla central para el sistema de infoentretenimiento es de serie en los acabados Xcellence y FR. No es de lo mejor del mercado y le sentaría fenomenal un dispositivo más moderno, pero sí que es superior a la media de la competencia en la que el Arona se mueve. Su manejo es intuitivo y sencillo y agrupa todas las funciones, incluyendo la cámara de marcha atrás con una visión muy amplia y bien definida o el sistema de navegación GPS (opcional).
El sistema de infoentretenimiento del SEAT Arona cuenta con conectividad total con Android Auto y Apple CarPlay a través de la función Full Link. La plataforma de carga inalámbrica para smartphone también es opcional.
A nivel de habitabilidad, el SEAT Arona no tiene grandes diferencias con un Ibiza más allá de la posición algo más elevada. Es un coche de dimensiones interiores correctas y que puede acoger con comodidad a cuatro ocupantes. Tres personas en las plazas traseras ya se antojan demasiadas pues la anchura es limitada.
En cuanto a los asientos, los delanteros son correctos, con un buen mullido y primando el confort, aunque en el acabado FR recurren a una tapicería mixta de aires deportivos; el apoyo lateral es escaso. En las plazas traseras un poco más de lo mismo, con los asientos de los laterales bien resueltos con altura suficiente para personas por encima de 180 cm y el asiento central escaso y demasiado plano.
Para acceder al maletero del SEAT Arona no plegaremos el logotipo de la S como en el Ibiza o el León, sino que habrá que presionar un botón sobre la matricula. En su interior hay un espacio considerable con 400 litros de capacidad y un suelo con doble fondo muy práctico. El plano de carga no es excesivamente alto y sí bastante ancho, lo que se agradece para cargar bultos.
Un SUV de 115 CV y buena capacidad dinámica
En esta unidad la motorización que se esconde bajo el capó se corresponde con el motor 1.0 TSI. El bloque de 999 centímetros cúbicos de tres cilindros y turbo desarrolla en esta versión una potencia de 115 CV y 200 Nm de par motor, destinados a las ruedas delanteras a través de una caja de cambios manual de seis relaciones. Ningún arona puede equiparse con tracción integral, pero sí con cambio automático DSG de siete relaciones.
Para tratarse de un coche moderno con un motor pequeño, hay que reconocer que el Arona se mueve bastante bien. Buena parte de ello es debido a su ligereza, y es que el Arona para la báscula sin alcanzar los 1.200 kg de peso. Los DS 3 Crossback, Hyundai Kona, Jeep Renegade o Peugeot 2008 superan de largo esta cifra.
Para tratarse de un motor pequeño, el 1.0 TSI tricilíndrico nos ha dejado un buen sabor de boca gracias a una puesta a punto que lo convierte en un coche muy lineal. Tiene una buena respuesta en bajos, no se queda muerto gracias a la asistencia del turbo. A cambio no despunta demasiado en la zona alta, pero cumple con su cometido.
Sí, es cierto que tampoco es un motor especialmente brioso, pero cumple con su cometido y, jugando con la palanca de cambios, nos veremos bendecidos por un comportamiento solvente en carreteras de curvas y confortable en viajes por autopista gracias a unos tarados de suspensión que han primado el aislamiento. Lo que sí encontramos es algo de ruido aerodinámico rodando a velocidad constante.
Hablando de carreteras de curvas hay que reconocerle a SEAT el mérito que ha tenido con el Arona. No estamos ante un coche precisamente aspiracional, pero sí que puede ser divertido juando jugamos a ver hasta dónde puede llegar. Eso sí, la dirección no es precisamente informativa. Está muy asistida.
Los largos recorridos de suspensión, su carrocería elevada y el tarado de las suspensiones producen una inclinación no excesiva al atacar las curvas, pero también un comportamiento preciso e interesante. El tren delantero se siente bien anclado al suelo cuando entramos rápido en los virajes (dentro de los límites de lo razonable), mientras que la zaga tiene cierta tendencia a descolocarse, aunque de manera progresiva.
Esta percepción la comprobamos con mayor intensidad cuando circulamos a buen ritmo sobre tierra o grava. Cuando insinuamos un viraje más apurado de la cuenta, la parte trasera del Arona muestra cierta querencia por irse hacia el exterior. En el acabado FR la suspensión monta un tarado más deportivo, una configuración que nos pareció apropiada, para nada incómoda.
Conviene recordar que el SEAT Arona no es un todoterreno pese a su aspecto SUV y a sus casi 20 cm de altura libre. Sus habilidades en terrenos no asfaltados deberían limitarse a tramos en buen estado con algunos baches y poco más. Su puesta a punto es asfáltica, lo que se nota rápidamente a pocas irregularidades que haya en el terreno, y que ni siquiera puede tener tracción integral en opción.
El matiz deportivo de SEAT, presente en el Arona
Después de haber rodado unos cuantos cientos de kilómetros con el SEAT Arona, volvemos a darnos cuenta de que el B-SUV de Martorell es una apuesta propia y clara de la marca española. Sí, es un SUV y se siente blando y confortable si apretamos el ritmo porque así son las leyes de la física, pero si lo comparamos con otros de sus competidores en el mercado nos daremos cuenta que al mismo tiempo se percibe un poco más dinámico y eso es un gran punto a su favor.
El Arona también puede equipar el sistema Drive Select con cuatro modos de conducción (Eco, Comfort, Sport y uno personalizable por el usuario), que pueden actuar sobre el tacto de la dirección, la respuesta del motor y el tarado de la suspensión. No hay una diferencia especialmente notable entre los modos.
En lo referente a consumos hay que destacar que si bien el esfuerzo de SEAT por conseguir un coche parco vía ligereza es notable, se notan dos puntos clave. El primero es que con la tecnología utilizada en este motor no se puden hacer maravillas, y por otro lado los motores tricilíndricos turbo en un uso normal al final terminan elevando las cifras de consumo de gasolina. El resultado de nuestra prueba nos dejó con 6,5 litros a los 100 km de media; no muy alejado de los 5,8 litros que anuncia pero por encima de lo deseable.
El precio de tarifa de este SEAT Arona 1.0 TSI FR es de 23.860 euros, a lo que habría que añadir el equipamiento opcional. Un DS 3 Crossback de 100 CV parte de 23.950 euros, el Hyundai Kona de 1.0 T-GDI de 120 CV hace lo propio por 22.240 euros y el Nissan Juke arranca en 21.300 euros para el motor DIG-T de 117 CV. Un segmento extremadamente competido donde ningún actor se sale demasiado de la foto.
Al final de nuestra prueba lo cierto es que nos damos cuenta de que el SEAT Arona no es un coche que destaque en nada, pero cumple con todo. No es rompedor ni mucho menos en cuanto a diseño pero sí es agradable, está bien acabado, tiene una gama de motores interesante y su precio está en la media con sus rivales. Ahí, en el equilibrio, está su principal valor.
Sin brillar en ningún apartado lo cierto es que SEAT ha sabido cómo aglutinar lo que quieren sus clientes y, de paso, ofreciendo ese punto de deportividad dinámica característico en los productos de la marca. Y lo cierto es que les ha salido muy bien.
SEAT Arona 2020 – Valoración
7.2
8
6
7
7
8
7
7
8
7
7
A favor
- Diseño diferenciado
- Buena calidad interior
- Bien equipado
- Un B-SUV con un toque dinámico
En contra
- Interior visto
- Plazas traseras estrechas
- Sistema de infoentretenimiento mejorable
- Consumo algo elevado
SEAT Arona 2020 – Ficha técnica
Versión probada | Arona 1.0 TSI 115 CV FR | |||
Cilindrada | 999 cm³ | Tipo de tracción | Delantera | |
Bloque motor | Tres cilindros en línea turbo | Combustible | Gasolina | |
Potencia | 116 CV a 5.000 – 5.500 rpm | Capacidad del depósito | 40 litros | |
Par motor | 200 Nm a 2.000 – 3.500 rpm | Consumo urbano | 7,2 l/100 km | |
Masa en vacío | 1.189 kg | Consumo extraurbano | 6,1 l/100 km | |
Velocidad máxima | 182 km/h | Consumo combinado | 5,8 l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | 9,8 segundos | Capacidad maletero | 400 litros | |
Transmisión | Manual de seis velocidades | Precio | Desde 23.860 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por SEAT. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
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La noticia
Probamos el SEAT Arona: un SUV compacto de 115 CV equilibrado y con un interesante toque dinámico
fue publicada originalmente en
Motorpasión
por
Jesús Martín
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