‘Buffy, Cazavampiros’: Guía para alguien que nunca ha visto ‘Buffy’

‘Buffy, Cazavampiros’: Guía para alguien que nunca ha visto ‘Buffy’

La política de Amazon Prime Video de recuperar series de televisión clásicas, de ‘Expediente X’ a ‘V’, pasando por ‘Galactica’ o ‘Lost’, nos da la excusa perfecta para revisar auténticos hitos catódicos… o experimentarlos por primera vez. ‘Buffy, Cazavampiros’ es una de las experiencias más recomendables en ese sentido aunque estética y técnicamente los años no hayan pasado en balde por ella, y si estás acostumbrado o acostumbrada al frenético ritmo de las producciones habituales, sus veintitantos años de edad pueden pesar. Pero las satisfacciones que puede darte lo compensan de sobra.

Para animarte a afrontar una serie que puede imponer respeto por su extensión, hemos preparado una pequeña guía introdutoria que te permitirá dar los primeros pasos en el universo de Buffy, Willow, Spike y el resto de sus compañeros. En cuanto le des una mínima oportunidad, estarás zampándote un episodio tras otro, como estamos haciendo nosotros por enésima vez. Así que reúne al Scoobygang, afila las estacas, y vamos: la mejor serie sobre jóvenes cazadoras de vampiros ha vuelto.


Antes de empezar… ¿cuál es el problema con la remasterización de la serie?

Puede que hayas oido que la serie fue víctima de un fatídico remasterizado en 2014, perpetrado por Fox. Es cierto, y el resultado es tan horroroso como se dice: la serie, concebida en formato 4:3 catódico pasa a un 16:9 adaptado a las televisiones actuales, pero eso conlleva una serie de problemas, porque se lleva a cabo a base de reencuadres y zooms digitales. Zonas con excesivo aire, planos recompuestos de forma terrible e incluso momentos en los que se ve al equipo técnico. Además, los planos se transforman, y encuadres abiertos pasan a ser primeros planos, estropeando la planificación original.

Hay más: la paleta de colores original ha sido destruida. Las primeras temporadas se rodaron en 16mm, con su consiguiente grano natural en la imagen, pero el remasterizado se lo carga con un horrendo y artificioso filtro de suavización de imagen. Los rostros dejan de tener detalle y, además, los colores se transforman y la imagen se aclara, lo que da pie a que determinadas secuencias no tengan sentido: Buffy yéndose a dormir a plena luz del día o un paseo melancólico por la playa al amanecer ahora se transforma en un picnic a pleno sol.

¿Es esto grave, o al menos, lo suficientemente grave como para no ver la serie? Para quienes vimos en su día la serie en Canal+ con un doblaje que se cargaba los tronchantes juegos de palabras del guión original, y por supuesto con cortes, mutilaciones y moscas gigantes, esta nueva infamia es, sencillamente, una más. Si esta es la única forma que tienes de verla, vale la pena que acudas a ella, teniendo siempre en cuenta que el formato original es muy superior. Si tienes la posibilidad de rescatar los DVDs que incluyen la serie tal y como la concibió Joss Whedon (por ejemplo, la primera edición española temporada a temporada), lánzate a por ellos.

Los precedentes: la película de Buffy y Joss Whedon

Posiblemente hayas oído hablar de una película de Buffy, titulada ‘Buffy, la cazavampiros’, que no tiene nada que ver con la serie. Es cierto: tiene bien poco en común salvo el concepto de partida. Aunque sobre el papel poseía muchos de los elementos característicos de la serie (el tono oscuro, el humor negro, los diálogos referenciales), la productora decidió darle un tono más blanco y juvenil y eliminó los elementos más macabros del guión de Whedon (Merrick, el primer Guardián de Buffy, se suicidaba; y acababan con los vampiros incendiando el instituto). Aún así, el reparto es excelente (Kristy Swanson y Luke Perry son una buena pareja protagonista, y les acompañaban gente como Rutger Hauer, Pee-Wee Herman o Donald Sutherland) y la película conserva un tono excéntrico muy particular y disfrutable.

Buffy 1992

En cuanto a Joss Whedon, conoces de sobra su trabajo posterior. Ha ganado fama a nivel mainstream como director de las dos primeras películas de los Vengadores y, por tanto, rubricando el estilo Marvel en el cine. Potenció en la primera de ellas (aún hoy la película más equilibrada del MCU) el tono levemente autoconsciente y el ligero humor despreocupado que luego ha empapado muchas de las películas de la casa, así como las dinámicas de grupo entre héroes, y que tan bien maneja desde los tiempos de ‘Buffy’.

Otras creaciones de Whedon de importancia son ‘Firefly’ -su otra obra maestra-, ‘Dollhouse’, ‘Agentes de S.H.I.E.L.D.’ y, por supuesto, ‘Angel’, el spin-off de ‘Buffy’. Ha coescrito películas como ‘Toy Story‘, el estupendo film de meta-terror ‘La cabaña en el bosque‘ y fue apedreado por los fans de DC por intentar poner orden sin éxito en el marasmo snyderiano de ‘Liga de la Justicia‘. Como se ve, es uno de los grandes creadores de fantástico moderno, también estupendo guionista de comics (su etapa al frente de ‘Astonishing X-Men’ es memorable), y cuyo prestigio está siendo puesto en duda las últimas semanas por unas acusaciones de Ray Fisher tras el rodaje de ‘Liga de la Justicia’.

¿Cómo veo Buffy?

Buffy The Vampire Slayer

Esta es fácil: en orden. La serie no solo cuenta una historia con un principio y un final a lo largo de sus 144 episodios, sino que verla en orden es la mejor forma de apreciar la evolución de sus personajes, en algunos casos tan espectacular como la de Spike, Willow o la propia Buffy. Hay episodios que tienen fama como capítulos aislados, como el musical ‘Once More With Feeling’, pero no solo no te vas a enterar de la mitad de lo que sucede, sino que te vas a comer una cantidad insensata de spoilers.

Pero si estás empeñado o empeñada en catar algo bueno antes de empezar y que no tenga demasiados spoilers, prueba con ‘Hush‘, el episodio 10 de la temporada 4. Es un maravilloso monster-of-the-week prácticamente mudo (la pandilla está bajo un hechizo que les deja sin voz) y que reúne lo mejor que tiene Buffy: humor, subtexto, drama y monstruos alucinantes, en este caso unas criaturas que parecen salidas de uno de esos coqueteos de ‘Doctor Who’ con el terror.

De qué va ‘Buffy’

Principalmente es la historia de Buffy Summers (Sarah Michelle Gellar), una adolescente recién llegada al instituto de Sunnydale. En realidad, y aunque no lo sabe es una Cazadora, última en una estirpe de mujeres que batallan las fuerzas del mal. Su Vigilante, un adulto encargado de entrenarla e instruirla, es Giles, y pronto hace amistad con un par de jóvenes del instituto: Willow (Alyson Hannigan), que acabará convirtiéndose en bruja, y Xander (Nicholas Brendon), el Shaggy de la pandilla. Estarán junto a ella en todos los episodios de la serie (bueno, Xander falta en uno)

Este es solo el punto de partida: se enfrentarán a seres demoniacos, habitualmente de corte vampírico, y Buffy se enamorará de un par de ellos. El primero es Angel (David Boreanaz), y no desvelamos más porque esto es prácticamente el arranque de la serie. Pero conoceremos a otras criaturas de la noche, igualmente fascinantes: Spike (James Marsters), por ejemplo, es el antihéroe por excelencia de la ‘Buffy’ y en cada temporada habrá un gran villano, entre los que destacan sin duda el director del instituto de Sunnydale, en la que para los fans más tradicionalistas es el mejor año de la serie, el tercero.

spike

Buffy y los suyos conocerán a amigos que acabarán como enemigos y viceversa: Faith (Eliza Dushku) es otra cazavampiros, la hermana y madre de Buffy ganarán cada vez más importancia y secundarios como la inefable pija Cordelia (Charisma Carpenter) o el joven Oz (Seth Green) ganarán en profundidad dramática a pasos acelerados según avancen las temporadas. La cantidad de personajes secundarios memorables es apabullante, como también lo son los monstruos, némesis y conceptos ocultistas de tebeo que maneja la serie.

Al final lo que se nos está contando es la impresionante evolución de Buffy, de adolescente descerebrada a heroína que tiene mucho que sacrificar para salvar al mundo. Solo así funcionan los episodios más dramáticos de la serie, en las últimas temporadas, después de que nos hayamos enamorado de algunos de los personajes mejor escritos de la historia de la televisión.

Pero… ¿por qué a la gente le gusta tanto ‘Buffy’?

buffy

‘Buffy’ es un ejemplo clásico de serie que funciona a niveles muy distintos. Es perfectamente disfrutable como una historia de aventuras, comedia y terror suave para adolescentes, y de hecho, es uno de los mejores ejemplos del género: excelentemente interpretada y escrita, proporciona diversión sin complicaciones en modo chorrazo. Tiene una trama general que se continúa a lo largo de sus siete temporadas, y hay relaciones que se abren y cierran entre sus muchos protagonistas, es decir, que el elemento culebrón que te mantiene al borde del asiento episodio tras episodio funciona a la perfección. Pero con vampiros.

Pero al igual que sucede con series como ‘Doctor Who‘ (significativa y nada sorprendentemente, otro clásico de la televisión fantástica), ‘Luz de luna’ o ‘Los Vengadores’, por citar tres muy dispares, solo hay que rascar un poco para encontrar una gran variedad de hallazgos que multiplican sus bondades. Para empezar, y esto es algo que se aprecia primordialmente en su versión original, lo personalísimo de sus guiones. Los diálogos, enrevesados, llenos de juegos de palabras y sobreentendidos, son tan densos (sin dejar de ser divertidísimos) que el vocabulario de la serie tiene sus propios estudios: el ‘slayer slang’ ha generado hasta libros que explican el significado de palabras como “bronzerdom”, “scoobygang”, “slayerfest” o “staking”. Un diálogo de ‘Buffy’ solo puede estar en ‘Buffy’

Buffy Image

La serie emplea esa adscripción aparente a los códigos de lo juvenil y lo vampírico para ir demoliendo los tópicos del género: aquí hay romances, pero no entre quienes es previsible; y hay villanos, pero con motivos inesperados y, a veces, incluso entrañables. Y por supuesto, los héroes fallan y los villanos se redimen (a veces). ‘Buffy’ aprovecha que el espectador sabe cómo funcionan las historias de vampiros para desintegrar nuestras expectativas. Llega un momento, pasada la tercera temporada, donde literalmente nada es mínimamente previsible en ‘Buffy’.

Y todo esto, con una planificación de la historia exquisita, que hace que las situaciones de impacto y los giros de guión de la sexta temporada se hayan sembrado años antes. Las capas de significados se suceden a partir del segundo año, cuando Whedon comienza a preparar la historia para que funcione a medio plazo. Y todo sin perder su esencia: en ningún momento olvida que Buffy es la historia de una adolescente que caza vampiros.

Además, hay una sensacional autoconsciencia que, sin llegar a romper la cuarta pared, sí que hace que en todo momento los personajes se comporten como “personajes”. Hay reflexiones en voz alta sobre los códigos inevitables de las series de televisión, los arcos narrativos, el malo final, la pausa entre temporadas… personajes que desaparecen durante años y luego reaparecen o, sencillamente, aparecen como si siempre hubieran estado ahí, son saludados con comentarios sarcásticos que dejan claro que en el fondo, los personajes de ‘Buffy’ saben que son personajes de una serie.

Algunos episodios memorables

Una selección de episodios destacados con, obviamente, leves spoilers de sus argumentos.

Becoming (T2)

Becoming

Si hay dos episodios canónicos en Buffy, son los dos que componen ‘Becoming’, el cierre de la segunda temporada. Tenemos la conclusión, altamente dramática y satisfactoria (y lacrimógena) de la relación amorosa más representativa de Buffy. Willow hace su primer hechizo. Spike y Buffy son aliados por primera vez. Todo con el tono divertido, despreocupado, pero enamorado de sus personajes y sus problemas, que representa a la serie. Hay episodios de ‘Buffy’ mejores, más rupturistas, más innovadores, pero ninguno tan ‘Buffy’ como estos dos. Todavía veríamos una season finale igualmente canónica, perfecta y satisfactoria: la conclusión de la tercera temporada, ‘Graduation Day’.

Doppelgangland (T3)

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Hay muchos episodios perfectos de ‘Buffy’ que son pura comedia, y pocos tan divertidos como este en el que conocemos al doble vampírico de Willow. Una comedia de enredo con confusiones de identidades y una Alyson Hannigan brillante tanto haciendo de Willow como de su lado oscuro… aunque lo realmente divertido llega cuando da vida a Willow intentando fingir que es su doble. Una aventura tronchante y un descanso entre tanto drama juvenil.

Restless (T4)

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Uno de los episodios más “todo vale” de Buffy y que cerró la cuarta temporada… cuando todos los arcos habían concluido ya en el penúltimo episodio. Aquí, la pandilla se queda dormida frente al televisor y todos son víctimas de un sueño que los confronta con todos sus miedos y psicosis particulares. Conoceremos a la Primera Cazadora en una de las historias más desconcertantes de la serie, con continuos saltos estéticos, enigmas absolutos (el Hombre del Queso parece salido de ‘Twin Peaks’) y un agudo análisis acerca de cómo se ven a sí mismos los personajes de ‘Buffy’.

The Body (T5)

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El episodio dramático de Buffy por excelencia, uno que examina a fondo las consecuencias del duelo tras la muerte de alguien querido, y que supone un punto sin marcha atrás para todos los personajes que rodean a la heroína. Inusualmente honesto, tranquilo y sin artificios, ‘The Body’ es al mismo tiempo una rareza en el catálogo de episodios y un ejemplo perfecto de por qué es tan buena.

Seeing Red (T6)

Seeingred

Para los fans tradicionales de ‘Buffy’, la sexta y la séptima temporada son las peores: con Joss Whedon fuera de su labor de showrunner adquirieron un tono más oscuro y deprimente que cuaja en este impactante episodio que rompe por completo el tono despreocupado de los anteriores cinco años: en él vemos algo tan poco habitual en la serie como una muerte sin ceremonias y por arma de fuego (de un personaje especialmente querido, además) y un intento de violación. Aún hoy, muchos fans no han perdonado a la serie, pero a la vez, es una de las historias que recuerdan más a fuego.

Once More, with Feeling (T6)

El episodio más premiado de ‘Buffy’ es una auténtica maravilla que se distancia un poco del tono oscuro de la sexta temporada (fue el único escrito por Whedon). Y lo cierto es que es un resumen de todo lo que nos gusta de la serie: una ruptura narrativa justificada argumentalmente y ejecutada de forma impecable con momentos emocionantes, interpretaciones estupendas y, cómo no, canciones soberbias.

Y con esto, tienes para empezar… y entretenerte un rato largo. Recuerda que tras toda esta marabunta de aventuras cazavampíricas, te puedes pasar a ‘Angel’, el estimable spin-off protagonizado por el vampiro que se presentaba desde el mismo inicio de la serie madre, y que arrancó sin demasiada energía pero que acabó teniendo un par de temporadas a la altura de los mejores momentos de ‘Buffy’. Hasta que te lo ventiles todo te esperamos tomando una copichuela en el Bronze.


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‘Buffy, Cazavampiros’: Guía para alguien que nunca ha visto ‘Buffy’

fue publicada originalmente en

Xataka

por
John Tones

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