Las etiquetas medioambientales de la DGT, a examen: las nuevas pegatinas están en camino y podrían afectar a estos coches
Tras varios vaivenes, las pegatinas de la DGT, que clasifican el parque de vehículos en función de su impacto medioambietal, van a ser revisadas y actualizadas.
Esta demanda, que lleva tiempo sobre la mesa, ya ha sido confirmada por el Gobierno, enmarcada en la batería de medidas del plan de impulso a la automoción. ¿Cuándo llegarán estos nuevos distintivos? ¿Por qué necesitan una actualización? ¿Qué cambios se barajan? Lo analizamos.
Estos distintivos llegaron hace cuatro años, pero durante este periodo, se han ido estrenando nuevas tecnologías que han dejado en parte obsoleta la clasificación que hacen estos distintivos. El propio Ejecutivo lo admite así en su plan de la automoción.
Por ejemplo, en lo que toca a los mild-hybrid, que son calificados como híbridos cuando en realidad el motor eléctrico que acompaña al térmico no mueve las ruedas, como sí ocurre con los híbridos o los híbridos enchufables. De igual manera, también podrían ser revisados los PHEV, por que la gran mayoría son tratados como cero emisiones, cuando en realidad no lo son.
Así, esta actualización podría suponer que algunos vehículos cambiasen su clasificación en los cuatro distintivos ahora existentes (B, C, ECO y CERO), cinco si contamos aquellos que no tienen pegatina, y además, podrían incluirse nuevas etiquetas, a fin de hacer una clasificación más ajustada a las tecnologías actuales.
¿Cuándo llegarán las nuevas pegatinas?
La fecha señalada por el Gobierno en este documento es julio de 2021. Para realizar esta revisión y posible ajuste, la DGT establecerá un grupo de trabajo interministerial “que deberá valorar la necesidad de una actualización de las etiquetas medioambientales, consensuada con el sector y con el resto de agentes involucrados”.
Además, en dicho texto se señala que este grupo de trabajo deberá tener lista una propuesta en el plazo de seis meses, es decir, en diciembre de este 2020.
¿Qué cambios podrían contemplarse?
Si bien para conocer el primer esbozo de la actualización de los distintivos medioambientales habrá que esperar hasta finales de año, por lo adelantado por el Ejecutivo, así como por la polémica que ha suscitado la categoría de algunas mecánicas, se puede intuir qué cambios podrían venir.
El Gobierno reconoce que “la evolución tecnológica es una realidad y los nuevos vehículos que incorporan estas innovaciones deberían ser catalogados dentro de las posibilidades que ofrece el sistema de etiquetas actual, o bien añadiendo nuevas etiquetas”. Es decir, que se contempla la inclusión de nuevas distintivos, además de que algunos vehículos podrían verse incluidos en otras categorías.
¿Y qué mecánicas podrían estár en el punto de mira?
¿Dejarán los coches mild-hybrid de ser ECO y estrenarán nuevo distintivo?
Las primeras son las mild-hybrid, una solución tan económica como sencilla a la que han recurrido no pocos fabricantes en los dos últimos años para reducir las emisiones de sus modelos.
Ocurre que desde Europa, los mild-hybrid se homologan como híbridos, pero estas mecánicas meramente incorporan un pequeño motor de arranque/alternador eléctrico que, normalmente, va alimentado de una batería de 48 V, la cual suele utilizar un sistema de frenada regenerativa para cargarse.
Y este propulsor, además de arrancar el vehículo, únicamente sirve para alimentar los sistemas eléctricos del coche, aunque en algunos casos, también apoya puntualmente a la mecánica térmica en momentos de menor exigencia, como por ejemplo en desacelaraciones o frenadas. Es decir, en esencia, el motor eléctrico de los mild-hybrid no mueve las ruedas del coche, cosa que sí ocurre en los híbridos o en los híbridos enchufables.
De esta manera, asistimos a incongruencias como que coches gasolina y diésel de alta cilindrada con potencias que superan los 300 CV, incluso los 600 CV, pueden circular sin limitaciones por zonas de bajas emisiones y disfrutar de bonificaciones al aparcar en las zonas de estacionamiento regulado. Mientras que, por ejemplo, un cuatro cilindros gasolina Euro 6 de 90 CV no disfruta de semejantes ventajas.
¿Ejemplos? Pues entre los últimos estrenos encontramos al nuevo BMW Serie 4 Coupé: todas sus mecánicas son mild-hybrid, ascendiendo la más potentes a los 374 CV y 340 CV (440i y 440d). Pero hay más: los también recién llegados Mercedes-AMG GLE 63 S y GLS 63 S, equipados con un potente V8 de 612 CV, o el Audi RS 6 Avant, que monta un generoso V8 biturbo de 600 CV, que asimismo encontramos en el Audi RS Q8.
Por ello, podría darse la solución de lanzar una nueva etiqueta que incluya a los coches que lleven este sistema, además de, por ejemplo a los gasolina y diésel más modernos, como por ejemplo los Euro 6d.
Coches híbridos enchufables: ¿de CERO a ECO?
Si bien no todos los PHEV están categorizados como CERO, sí lo están todos los que superan los 40 kilómetros de autonomía eléctrica, que son la gran mayoría. Pero en realidad no son ‘cero emisiones’ pues no dejan de combinar un motor de combustión con uno eléctrico y, por tanto, sí emiten gases contaminantes.
Los nuevos planes de incentivos para la compra de vehículos alternativos nos dan pistas sobre este posible cambio de criterio. Por ejemplo, en el caso del Plan Renove que, finalmente, distingue en las ayudas a híbridos enchufables de eléctricos puros, aplicando dos tramos para los ahora etiqueta CERO.
Así, estas mecánicas cuentan con una bonificación estatal de 2.600 euros para particulares y autónomos, distinguiéndose de los etiqueta CERO eléctricos, de autonomía extendida y de hidrógeno (4.000 euros). Esta distinción unifica criterios con el Plan MOVES II, donde ya se existía esa distinción, pues
los hibridos enchufables reciben esta bonificación máxima de 2.600 euros, pues la gran mayoría no cuenta con una autonomía eléctrica superior a 90 kilómetros.
De esta manera, en esta revisión de las pegatinas de la DGT, los PHEV podrían pasar a formar parte de los ECO, junto a los híbridos no enchufables y los modelos a gas.
¿Cómo son las etiquetas medioambientales actuales?
Estos distintivos tiene su origen en el Plan nacional de calidad del aire y protección de la atmósfera 2013-2016 (Plan Aire), donde se proponía una clasificación de los vehículos en función de sus emisiones, ya que se señalaba al tráfico rodado como una de las fuentes principales de contaminación en las grandes ciudades.
Así, llegó esta clasificación en 2016 que está basada en las normativas Euro que califican los motores desde la Unión Europea. La misma se articula en las siguientes categorías:
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Sin etiqueta (A): engloba vehículos con los propulsores de combustión más antiguos, los gasolina anteriores a la normativa Euro 3 y diésel que no cumplan el estándar Euro 4.
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Etiqueta B: incluyen también a los térmicos pero más modernos, en su caso a los gasolina Euro 3 y a los motores de gasóleo Euro 4 y Euro 5.
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Etiqueta C: en esta categoría se encuentran los modelos con motores de combustión más actuales. En el caso de los gasolina, los que cumplen la norma Euro 4, 5 y 6. En el de los diésel, sólo los Euro 6.
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Etiqueta ECO: este distintivo ya incluye las mecánicas alternativas, que son híbridos convencionales (HEV), híbridos enchufables (PHEV) con una autonomía eléctrica inferior a 40 kilómetros, y modelos a gas natural (GNC, GNL) o de gas licuado de petróleo GLP. Todas estas configuraciones apoyan siempre un motor térmico, que se exige debe cumplir los criterios de la etiqueta C.
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Etiqueta CERO: califica a los vehículos más respetuosos con el medio ambiente. Es decir, los cero emisiones, que son eléctricos de batería (BEV), eléctricos de autonomía extendida (REEV) o de pila de combustible o hidrógeno. Pero también llevan este distintivos los híbridos enchufables con una autonomía eléctrica superior a 40 kilómetros.
Estas pegatinas además sirven para identificar a los vehículos según sus emisiones, haciendo criba para las zonas de bajas emisiones, como Madrid Central o la ZBE de Barcelona.
Si bien Tráfico no obliga a los vehículos a colocar estas etiquetas en el parabrisas, los ayuntamientos tienen potestad para obligar a llevarla. Por el momento, sólo la ciudad de Madrid lo exige y supone una multa de hasta 100 euros para los vehículos que no la lleven. En Barcelona se recomienda llevarlas, pero no es obligatorio.
En definitiva, si se cumplen los plazos anunciados, a partir del año que viene este sistema de etiquetado será sustituido por uno más justo y adecuado a las tecnologías que hoy están en el mercado.
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Las etiquetas medioambientales de la DGT, a examen: las nuevas pegatinas están en camino y podrían afectar a estos coches
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por
Alejandra Otero
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