Los coches que nos prometió ‘Blade Runner’: del Spinner volador al sedán de Deckard y otras maravillas diseñadas por Syd Mead
En un distópico Los Ángeles que en allá por 1982 era a todas luces el futuro pero que hoy no lo es tanto se desarrolla ‘Blade Runner’, uno de los films más emblemáticos de Ridley Scott y cinta de referencia del género ciberpunk.
Y como muchas películas que retrataban un futuro no muy lejano en la década de los 80, algunos coches prometían volar. La realidad, sin embargo, ha sido muy distinta. Repasamos los vehículos y automóviles de esta obra maestra de la ciencia ficción.
‘Blade Runner‘ es una brillante reflexión existencialista en la que el ser humano ha jugado a ser deidad concibiendo máquinas a su imagen y semejanza para esclavizarlas (replicantes o ‘pellejudos’). Los más avanzados demuestran desarrollar sentimientos igual de profundos que las personas de carne y hueso (“Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia”). Y a estos androides los acompaña todo un universo de tecnología, donde no podían faltar los coches.
Para el film se diseñaron vehículos ex profeso, siendo los más representativos el Spinner, capaz de despegar a propulsión y surcar las autovías del cielo sobre la anegada y contaminada ciudad californiana, así como el sedán que conduce el ‘ex’ blade runner y protagonista Rick Deckard (Harrison Ford), y cuyas formas han inspirado el Tesla Cybertruck, o la furgoneta-camión ‘estilo armadillo’ que conduce el experto en genética J.F. Sebastian (William Sanderson).
Su diseñador fue el genial Syd Mead (‘Tron’, ‘Star Trek’, ‘Elysium’), que en principio fue contratado para perpetrar los vehículos en clave de futuro distópico para la película, pero que también acabó dando forma a los esculturales edificios inspirados en los escenarios de la ‘Metrópolis’ de Fritz Lang, así como los oscuros interiores, las muchas luces de león que contrastan con la lúgubre atmósfera general o la máquina capaz de identificar a los replicantes (Voight-Kampff). Una estética que se ha convertido en la más imitada en las últimas tres décadas.
Pero volviendo a los vehículos de ‘Blade Runner’, Mead también ideó los gigantescos taxis Metrokab o los modelos ‘Everyman Car’ (a los que también se parece peligrosamente la camioneta eléctrica de Tesla). Todos, excepto el Spinner, eran modelos terrestres que se abrían camino por las tortuosas y atestadas calles de Los Ángeles en este proyectado y paralelo 2019.
El Spinner policial
A día de hoy los coches siguen sin volar, más allá de automóviles que dicen ser voladores pero son más similares a pequeños jet o helicópteros, pero en la ‘Blade Runner’ de Ridley Scott sí había un automóvil que podía elevarse sobre el asfalto y los edificios.
En realidad, y aunque en la película vemos principalmente uno de los modelos, el que lleva a Deckard de un lado a otro en su búsqueda de replicantes por la lluviosa urbe americana con Gaff (Edward James Olmos) como chófer particular, la denominación Spinner sirve para designar a todos aquellos coches voladores del universo de ‘Blade Runner’.
Sólo personas autorizadas con una licencia especial pueden ponerse a sus mandos, y los más numerosos son coches patrulla de policía, aunque también están a disposición de los bolsillos más adinerados (en la película vemos diferentes tipos y algunos no policiales). Los Spinner pueden circular por carretera, pero también pueden elevarse, mediante despegue vertical, volar en modo crucero a alta velocidad y además navegar sobre el agua. La montura perfecta para dar caza a delincuentes y androides rebeldes.
Un total de cuatro Spinner policiales fueron concebidos para el film, tres completos y uno que sólo disponía del habitáculo. Todos ellos, como el resto de vehículos de ‘Blade Runner’ diseñados por Syd Mead, nacieron en el taller de Gene Winfield, fabricante especialista en vehículos de la gran pantalla, que ha trabajado en otras franquicias futuristas de éxito como ‘Star Trek‘ o ‘Robocop‘.
De los mismos, el denominado ‘Spinner 44‘ es el que utilizaron para las tomas terrestres en las que aparecía aparcado. También se confeccionó uno idéntico en aluminio, más ligero, para aquellas en las que la grúa debía elevarlo simulando su despegue, mientras que el ‘Spinner 54‘ fue utilizado en escenas de tráfico rodado y el cuarto en discordia era un mero habitáculo para las tomas del interior del coche.
Este diagrama nos da una idea de su mecánica, el Spinner equipa cuatro motores asociados a cada una de las ruedas, por lo que es tracción total, dispone de propulsores laterales para elevarse y de una turbina de propulsión trasera, que se apoya en un motor de combustión adicional para imprimir más potencia en modo vuelo. Cada una de las ópticas delanteras dispone de una batería independiente y en su interior el volante queda sustituido por un joystick, mientras que el retrovisor trasero es en realidad una cámara. Sus puertas son de tipo tijera.
En el habitáculo encontramos varias pantallas, una muy grande, que hace las veces de cuadro de instrumentos (más propio de un caza o nave), otra más pequeña en el centro para comunicaciones e información policial y varias superepuestas sobre el parabrisas. No obstante, al igual que otros artilugios futuristas del film, son en su mayoría pantallas CRT que ahora apreciamos como arcaicas con la llegada de las planas digitales. Aunque no dejan de tener ese encanto retro: en el caso de ‘Blade Runner’ han envejecido muy bien gracias a su marcada estética vintage.
Como curiosidad, el Spinner no sólo sale en las secuelas de ‘Blade Runner’ (‘Blade Runner 2049’ y el cortometraje de anime ‘Blade Runner Black Out 2022’): una de las unidades fue utilizada como atrezzo en ‘Regreso al Futuro II’, como ha confirmado el propio Gene Winfield, así como en la película ‘Solar Crisis’. Además, una de estas cuatro unidades está expuesta en el Museo de Ciencia Ficción de Seattle y otra en el Petersen Automotive Museum en Los Ángeles.
El sedán de Deckard
Es el único coche que conduce el casi retirado blade runner interpretado por Harrison Ford cuando decide ir por libre sin la asistencia del misterioso y amante de la papiroflexia Gaff. Con el Spinner, es el automóvil más representativo del imaginario de la saga basada en la novela de Philip K. Dick ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’.
Con formas aristadas, destaca por contar con numerosas superficies acristaladas, comenzando por el gigantesco parabrisas y siguiendo con las dos enormes lunas laterales que protagonizan su perfil. Por el contrario, la zaga integra la mecánica que queda a la vista.
Este automóvil fue construido por Gene Winfield sobre un Volkswagen Beetle, aunque poco se atisba en él del ‘escarabajo’ germano. Winfield optó por este modelo tanto con el Spinner como el coche de Deckard debido que contaba con mecánica trasera y facilitaba el diseño. “El motor trasero permite bajar más el frontal afilando el capó hacia abajo”, explica Winfield en esta entrevista.
Con generosas defensas, ideales para persecuciones, este automóvil es de dos puertas, en configuración alas de gaviota, dispone de alargadas ópticas rectangulares en el frontal y en la trasera o de un limpaparbrisas que resulta escueto dada la gran luna delantera y lo que llueve en esta visión de Los Ángeles. Winfield comenta que uno de los materiales que más utilizó para su construcción fue la madera, tanto blanda, como de contrachapado, como de pino.
En esta secuencia de la película, podemos ver el habitáculo del coche, en el que también dominan las pantallas y aunque en el corte sólo se ve la de la videollamada, en un televisor muy ochentero, dispone de una enorme instrumentación integrando dos displays: uno grande y rectangular y otro más pequeño. A diferencia del Spinner, no dispone de joytick, sino de un volante convencional.
Si bien el modelo de Deckard viste su carrocería en una especie de gris verdoso en ‘Blade Runner’, este modelo fue pintado posteriormente en rojo para lucir palmito en otra película de ciencia ficción: ‘Guardianes del futuro (Trancers)’, también ambientada en un futurista Los Ángeles. Por ello, la unidad que está expuesta en el Petersen Automotive Museum angelino, donada por el propio Winfield, es de ese color.
Además, a lo largo de la cinta vemos a este modelo también haciendo las veces de coche patrulla terrestre, con decoración en blanco y negro y luces policiales sobre el techo.
‘The Everyman Car’, el coche del pueblo en Blade Runner
Otro de los automóviles concebidos por Mead y Winfield para el film fue el conocido como ‘The Everyman Car‘, bautizado así por que aparece haciendo las veces de automóvil particular, taxi o vehículo de transporte de mercancías. De los 25 vehículos que el equipo de Winfield contruyó para ‘Blade Runner’, ocho fueron de este utilitario futurista.
También fue fabricado tomando como base un Volkswagen, en su caso un Super Beetle de 1972, y representa el ‘coche del pueblo’ en esta realidad distópica donde las clases más altas ya se han ido a otras colonias abandonando la maltrecha y contaminada Tierra.
De las ocho unidades utilizadas en el rodaje, sólo una ha sobrevivido, la cual se exhibe también en el Petersen Automotive Museum angelino junto al sedán de Deckard o al Spinne, también pertenecientes a la colección de Winfield. La misma dispone de un techo más bajo, que fue modificado en la grabación para ofrecer una mejorada sensación de perspectiva en un plano de la película.
El ‘The Everyman Car‘, también hace gala de líneas aristadas y trapezoidales, aunque no dispone de tanta superficie acristalada como el coche de Deckard. Las ruedas traseras quedan ocultas por la carrocería, tras unos listones verticales negros, también cuenta con dos puertas, en su caso de tipo suicida, y da cabida a cinco ocupantes.
El Metrokab
Otro de los vehículos diseñados por Syd Mead para ‘Blade Runner’ es el Metrokab, que imita la decoración de los taxis angelinos y neoyorquinos, con la carrocería pintada en amarillo y con la clásica franja a cuadros blancos y negros.
Esta especie de furgoneta, también con un frontal anguloso y en forma trapezoidal, dispone de una cabina a la izquierda donde se ubica el conductor y de un gran parabrisas en la zona derecha que queda diáfano. Además, todo el lateral va acristalado, lo que permite a los pasajeros ‘disfrutar’ de las vistas de la ciudad o de alguna escena pintoresca, como la de un blade runner dando caza a una replicante, como es el caso de una de las famosas secuencias del film.
En su origen, el diseño del Metrokab era similar al sedán de Deckard, pero Mead hizo diferentes bocetos que incluía este vehículo de mayor tamaño. La idea es la que más gustó a Ridley Scott, pues retrataba mejor el concepto de deshumanización al tratar a las personas como si fuesen carga o mercancía. De ahí que el Metrokab ganador fuera una especie de furgoneta industrial. No obstante, en la película también vemos a los ya mencionados ‘The Everyman Car’ haciendo las veces de taxi.
La Armadillo Van
Otra pequeña furgoneta se convierte en protagonista en ‘Blade Runner‘. Conocida como Armadillo Van, se trata del vehículo de uno de los personajes del film, el ingeniero genético J.F Sebastian, al que acude la replicante Pris (Daryl Hannah) haciendo pasar el encuentro como casual, al resguardarse en el portal de éste bajo un montón de basura.
Similar a un camión en reducidas dimensiones, replica el diseño del Metrokab, con una cabina individual que no ocupa todo el frontal, sino sólo la parte izquierda. De nuevo encontramos el diseño aristado y trapezoidal de todos los coches diseñados por Mead para la película, a excepción del volador Spinner.
Como ocurre con el coche de Deckard cuenta con prominentes defensas y su nombre lo toma de su zaga, que queda redondeada en contraste con las formas angulosas del frontal y que recuerdan al animal en cuestión. La cabina está directamente conectada con la caja, a la que se accede desde la misma mediante dos puertas laterales. De ellas vemos salir a J.F Sebastian antes de encontrarse con Pris.
Coches clásicos en Blade Runner
En la desnotada Los Ángeles de ‘Blade Runner’ también encontramos automóviles clásicos, algunos de ellos modificados. Es el caso de un Imperial Crown Southampton de 1960 que vemos en un plano en un atasco. Pero no es el único, similares coches estadounidenses de la década de los 70 y 60 se dejan ver en las calles de la obra fílmica, como el que están desvalijando una pandilla de saqueadores.
En el caso del Imperial Crown, vemos como lleva adherido al techo una especie de depósito, aunque también podría ser un cofre portaequipajes. Sea como fuere, la inclusión de estos automóviles clásicos ayuda a contribuir a esa atmósfera vintage que rezuma toda la película, clave en la brutal estética de ‘Blade Runner’, donde bicicletas convencionales se mezclan con futuristas paraguas con el palo imitando un sable láser al más puro estilo ‘Star Wars’. Larga vida a Mead y Winfield.
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La noticia
Los coches que nos prometió ‘Blade Runner’: del Spinner volador al sedán de Deckard y otras maravillas diseñadas por Syd Mead
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Motorpasión
por
Alejandra Otero
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