Se repite la historia: los 7 nm de Intel se retrasan y no llegarán hasta 2022, para entonces TSMC tendrá listos sus 3 nm
A esta Intel le pasa algo grave. Nos ha tenido años atascados con la litografía de 14 nm que se ha ido reutilizando generación tras generación de procesadores Intel Core, y solo ahora estamos empezando a ver con cuentagotas cómo algunos modelos comienzan a usar la litografía de 10 nm.
Esos retrasos vuelven a producirse con el futuro salto a los 7 nm: Intel ha indicado que esos procesadores no debutarán hasata finales de 2022 o principios de 2023.
La historia de nunca acabar
Los responsables de Intel ofrecieron esta información durante la presentación de sus resultados fiscales para el segundo trimestre de 2020. Al comentar el futuro de sus procesadores, Bob Swan, CEO de Intel, explicó que habían detectado un problema en el proceso de fabricación.
Como resultado, explicaba, la empresa ha invertido en “planes de contingencia” que entre otras cosas harán que Intel contrate los servicios de terceras partes para fabricar chips, aunque no hizo mención de qué empresa lo haría.
Esos fabricantes externos también se encargarán de fabricar sus futuras GPUs Intel Xe con arquitectura Ponte Vecchio y con procesos litográficos de 7 nm, pero de nuevo hasta aquí se plantean retrasos: no veremos esas GPUs probablemente hasta finales de 2021 o principios de 2022, cuando se estimaba que aparecerían en 2021 sin problemas.
Los futuros procesadores Intel de la familia Granite Rapids, los primeros en usar litografía de 7 nm, no llegarán hasta 2023, lo que supone un aplazamiento respecto a sus primeras hojas de ruta, en las que se planteaba ese lanzamiento para 2022.
Todo parece llegar más tarde de lo esperado en Intel: ya tenemos algunos procesadores de 10 nm con nosotros en portátiles, pero no veremos nada en escritorio hasta la segunda mitad de 2021 con Alder Lake.
Es cierto que desde hace tiempo comparar litografías es delicado (ese es uno de los argumentos que defiende Intel para aliviar esos continuos retrasos), pero las ventajas de una mayor integración siguen siendo evidentes, como hemos podido comprobar con los Ryzen 4000 que ya triunfan en portátiles y acaban de aparecer para PCs de sobremesa.
Veremos si hay más retrasos, pero aún no habiéndolos ese plazo comienza a ser preocupante para Intel, sobre todo teniendo en cuenta que AMD lleva ya meses aprovechando las ventajas de los 7 nm y de hecho TSMC tendrá listo sus procesos de 3 nm para esas mismas fechas. A Intel le crecen los enanos: no solo se enfrenta a AMD y a “foundries” como TSMC, sino que ahora los micros ARM plantean otra amenaza por debajo.
Vía | Tom’s Hardware
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Se repite la historia: los 7 nm de Intel se retrasan y no llegarán hasta 2022, para entonces TSMC tendrá listos sus 3 nm
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Xataka
por
Javier Pastor
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