Cómo evitar los daños que ocasiona la sal, la arena y el calor si viajas con el coche a la playa
El verano ya ha llegado y con él las vacaciones y los viajes a la playa. Pero la tierra prometida de la época estival tiene ingredientes que no le sientan muy bien al automóvil: arena, salitre, calor… Repasamos qué precauciones es recomendable adoptar cuando vamos con el coche a la playa.
Lo primero, antes de un viaje largo es aconsejable hacer un chequeo rápido del vehículo, sobre todo si lo hemos tenido parado durante un periodo largo (algo que han sufrido muchos vehículos durante la pandemia): nivel del aceite y otros líquidos, presión y estado de los neumáticos, nivel de carga de la batería etc. Prevenir siempre es mejor que sufrir una avería en pleno viaje o durante las vacaciones.
Una vez llegamos a nuestro destino, si éste está en una zona de costa, podemos tomar una serie de precauciones mientras disfrutamos del merecido descanso para minimizar los efectos de la cercanía del mar en la carrocería y el interior del coche, así como en la mecánica o los neumáticos.
¿Dónde y cómo aparcar?
Si vamos hasta la playa con el coche o bien si, en general, estamos en una zona costera, es esencial escoger un buen emplazamiento para estacionar el vehículo. Lo ideal es aparcarlo lo más lejos posible del mar, pues así se reduce el impacto de la brisa marina cargada de salitre, que favorece la corrosión de materiales, tanto para la carrocería como para el motor.
Por ello, siempre debemos estacionar de espaldas al mar, evitando que la brisa incida directamente en el motor a través de la parrilla frontal o las rejillas de ventilación. Respecto a la carrocería, la mejor opción sería cubrirlo con una funda, aunque esto puede resultar algo engorroso. No obstante, si no vamos a mover mucho el coche durante las vacaciones, sí que puede resultar una opción. Si no es así, sería recomendable lavarlo en algún momento mientras estamos en la costa.
La sombra siempre es nuestra aliada, pues el calor aumenta la temperatura notablemente en el habitáculo del coche, además de que no le sienta bien a la mecánica. Esto es extrapolable a todo el verano, estemos de vacaciones o no, cuando se aparca en la calle. Por ello, siempre que se pueda, la mejor opción es estacionarlo en un párking cerrado.
A vueltas con la arena
En caso de tener que utilizar el coche para ir directamente a la playa es habitual que el interior del coche se llene de arena. Algo que podemos minimizar limpiando bien los pies y zapatillas antes de subir al vehículo, así como los enseres que hemos llevado con nosotros (toallas, sillas, bolsas, sombrilla, etc.)
Para evitar que se acumule media playa en el habitáculo, lo suyo es sacudir las alfombrillas regularmente y aspirar el coche por dentro incluso durante las vacaciones. Asimismo, cuando regresemos de nuestro periodo de descanso, lo más aconsejable es hacer una limpieza en profundidad tanto del interior como del exterior.
Si el coche tiene arena adherida a la carrocería, hay que eliminarla antes de echar el agua pues podría rallarla. Por ejemplo, con aire a presión. Asismismo, con agua a presión podemos limpiar los bajos, así como las llantas.
En lo que toca a la tapicería, se puede evitar que se dañe o manche cubriendo los asientos con una funda, que resulta una buena solución contra el sudor o los bañadores húmedos o mojados.
En ocasiones, si vamos a acceder a una playa recóndita implica circular por caminos de tierra o arena. Si nuestro coche no es un todoterreno o un SUV, lo más recomendable es evitarlo en la medida de lo posible, pues la arena y el polvo puede colarse en la mecánica, lo que podría provocar una avería. Además, siempre deberemos ir muy despacio y vigilando que una piedra o desnivel no dañe los bajos del coche.
De igual maner, si aparcamos en una zona con mucha pendiente o desnivel, además de dejar la marcha metida en sentido contrario a la misma, podemos calzar las ruedas para evitar sustos, por ejemplo, con una piedra.
Calor, neumáticos y geles desinfectantes
En general el calor no le sienta bien a los ruedas del coche: durante el verano el asfalto incrementa notablemente la temperatura sobre todo si está al sol, pudiendo ocasionar un desgate prematuro en los neumáticos.
Por este motivo, deberemos prestar especial atención a las ruedas durante las vacaciones, no sólo antes de los trayectos de ida y vuelta. Llevar una presión adecuada evitará que se desgasten de forma irregular.
Además, si antes de viajar comprobamos que el dibujo está algo justo, lo más recomendable es cambiarlas antes de comenzar las vacaciones: se recomienda sustituirlos cuando los surcos están a 2 mm de profundidad, aunque el mínimo legal sea de 1,6 mm.
Por último, en lo que respecta al habitáculo y las altas temperaturas, este verano 2020 se suma un nuevo enemigo: los geles desinfectantes, ya que suelen tener un alto contenido de alcohol, que junto al sol directo, pueden estropear las superficies del interior del coche (volante, salpicadero, asideros de las puertas…).
Igualmente, hay que evitar dejar el gel hidroalcoholico con el que nos desinfectamos las manos en el interior del coche, pues puede calentarse mucho y podría generar quemaduras en la piel si se aplica a altas temperaturas.
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Cómo evitar los daños que ocasiona la sal, la arena y el calor si viajas con el coche a la playa
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por
Alejandra Otero
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