Probamos el Citroën C5 Aircross PureTech 130 EAT8: un amplio SUV que aúna entrega y comodidad

El Citroën C5 Aircross se actualiza con un motor gasolina PureTech de 130 CV y caja de cambios automática EAT8 de ocho relaciones, que hemos podido probar en una pequeña ruta por el sureste de Madrid.

Esta nueva alternativa del Citroën C5 Aircross parte de los 26.450 euros. También está disponible la versión híbrida enchufable, a partir de los 37.100 euros.

Puntos fuertes y mejoras

Un SUV robusto y compacto. Estéticamente, el Citroën C5 Aircross es robusto, con un capó alto y moldeado, ruedas de 720 mm y una altura libre al suelo de 230 mm.

Sustituye en parte al C4 Aircross, un SUV compacto derivado del Mitsubishi ASX que no tuvo el éxito que deseaba PSA. El C5 Aircross es un modelo 100 % PSA. Comparte plataforma EMP2 con los Peugeot 3008 y 5008 y con el Opel Grandland X.

Con respecto al Peugeot 3008, mide 5 cm más y alcanza una longitud de 4,50 metros. Es del tamaño de un Mazda CX-5 y apenas más grande que un Volkswagen Tiguan, pero es 14 cm más largo que un SEAT Ateca.

Muy personalizable. Una de las características que definen al C5 Aircross es la posibilidad de personalizarlo con siete colores de carrocería que pueden asociarse a tres packs de color para las barras del techo, los paragolpes delanteros o los llamados Airbump. Se puedenn elegir entre 30 combinaciones, haciendo más complicado ver dos iguales por la calle.

Espacio a bordo. Si por algo se caracteriza este modelo es por la habitabilidad. En la parte trasera encontramos tres asientos individuales de la misma anchura y deslizantes hasta 150 mm hacia adelante o hacia atrás. También pueden abatirse hasta formar un suelo totalmente plano.

El maletero, con apertura automática y una boca de carga bastante cómoda, puede tener una capacidad de entre 580 l a 720 l bajo bandeja o alcanzar los 1.630 l hasta el techo con los asientos traseros abatidos.

Un salpicadero demasiado horizontal. Si bien la disposición de los elementos del habitáculo es correcta, sobre todo a la hora de ahorrar espacio, nos encontramos con un salpicadero demasiado horizontal y que resulta algo alejado de la mirada del conductor.

Los comandos con botones táctiles debajo de la pantalla táctil de 8″ muestran iconos muy intuitivos y es fácil familiarizarse con el sistema, pero la dependencia de la pantalla para ejecutar cualquier función hace necesaria una posición más cercana que no obligue a desviar tanto la vista de la carretera.

Asientos casi como los del sofá de casa. Encontramos un interior bien resuelto y con materiales agradables al tacto y acolchados en las zonas de contacto, como el apoyabrazos, la consola central y el frontal del salpicadero. Los asientos desempeñan un buen papel en cuanto a sujeción de los lumbares y filtración de las vibraciones y son anchos, aunque es cierto que elegir el cuero conlleva algunos riesgos de cara al verano.

Compuestos por diferentes capas de materiales como espuma poliuretano, viscoelástica y recubiertos con un forro acolchado. cuentan con banquetas y respaldos anchos y con reglaje en altura y lumbar en el puesto de conducción.

¡En marcha!

La entrada al C5 Aircross es cómoda y culmina con un sonido grave y seco de la puerta al cerrarse, dando la sensación de pesadez. Una vez dentro del C5 Aircross, el espacio está dispuesto para poder vaciar los bolsillos y almacenar todo tipo de objetos, desde las llaves hasta el móvil pasando por dos botellas de agua.

El espacio para las piernas tanto en la parte delantera como en la trasera es generoso, al igual que para la cabeza. El asiento central cumple su función, sin llegar a resultar demasiado estrecho.

Como hemos adelantado, el salpicadero se ha dispuesto de forma muy horizontal para ahorrar espacio, pero a pesar de los controles en el volante, la pantalla queda algo alejada y se echa de menos un puesto de conducción ligeramente más envolvente.

Una vez en marcha, salimos de la sede de PSA en un Villaverde (Madrid) algo mustio, aún despertando de los efectos de la pandemia. Salimos hacia el sureste de la comunidad dirección Chinchón, Camporeal y Nuevo Baztán, hacia la comarca de Las Vegas.

Aunque el día es bueno, nos sorprenden algunas rachas de aire por el camino que no resultan en demasiados zarandeos a pesar de los 230 mm de altura al suelo. El volante es compacto y cómodo, con levas para una conducción manual, y la conducción resulta fácil.

El motor gasolina PureTech 130 responde de forma sorprendente tanto en puertos de montaña como en adelantamientos, y cuando se le demanda potencia la entrega es notable. La caja de cambios automática EAT8 destaca por un paso rápido y fluido entre las distintas velocidades.

El cambio a 8 velocidades reduce el salto de régimen entre cada cambio de velocidad, es eléctrico, ergonómico e intuitivo, aunque tardas algunos minutos en interiorizar el funcionamiento (primero pulsa botón de desbloqueo, luego inclina la palanca hacia delante o hacia atrás para meter cada marcha), sobre todo cuando acabas de bajar de un Mercedes-Bez Clase A, que lleva las marchas en el volante.

La Suspensión de Amortiguadores Progresivos Hidráulicos ofrece un buen nivel de confort, suave y blando y consigue borrar los obstáculos y los defectos de la carretera. También se percibe una buena insonorización tanto a nivel de rodadura como aerodinámico.

La suspensión parte de un principio aparentemente simple: añadir dos topes hidráulicos, uno de extensión y otro de compresión, que ofrecen una mayor libertad de movimiento al vehículo, en condiciones normales, y ralentizan el movimiento de los amortiguadores de un modo progresivo cuando se circula sobre firmes en mal estado, con lo que se evitan paradas bruscas a final de recorrido y desaparecen saltos y rebotes.

El C5 Aircross está equipado con sistema de antideslizamiento inteligente Grip Control, que actúa sobre las ruedas motrices delanteras para incrementar la adherencia. Este dispositivo se activa a través de un mando giratorio situado en la consola central.

Se puede elegir entre uno de los cinco modos de uso disponibles, Standard, Arena, Barro, Nieve y ESP off, que adaptan la transferencia del par motor sobre el tren delantero y gestionan el sistema de frenado en función del terreno.

Sobre el asfalto y en ciclo combinado, el consumo del C5 Aircross a lo largo de una ruta de 160 km fue de 7,3 litros; no está mal para sus casi 1.500 kg.

En resumen, se trata de un modelo muy enfocado a la aventura familiar, con puntos fuertes como la altura al suelo. La gran habitabilidad y la posibilidad de equipar el Grip Control hacen de este todocamino un producto en el que prima el confort, sin grandes dosis de emoción pero que cumple con las expectativas.

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Probamos el Citroën C5 Aircross PureTech 130 EAT8: un amplio SUV que aúna entrega y comodidad

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Motorpasión

por
Victoria Fuentes

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