‘Soy leyenda’: cómo la mejor novela de Richard Matheson se convirtió en la historia post-apocalíptica definitiva

'Soy leyenda': cómo la mejor novela de Richard Matheson se convirtió en la historia post-apocalíptica definitiva

Richard Matheson se ha ganado, con el paso del tiempo, un merecidísimo puesto en esa nutrida categoría de los autores de género que, sin necesidad de codearse con los nombres inmortales e indiscutibles (de Poe a King, pasando por Lovecraft o Jackson), conforman una segunda línea de clásicos básicos a los que conviene releer a menudo. Sobre todo porque, con el paso del tiempo, muchas de sus obras revelan un impacto infinitamente más profundo en la cultura pop de lo que creíamos.

Es el caso de autores como Robert Bloch, Fredric Brown, TED Klein, Suzy McKee Charnas, Fritz Leiber o Poppy Z. Brite por decir unos cuantos y cuantas de muy diversos géneros y épocas. O como Richard Matheson, claro. Autores efectivos, directos, con temas y estilos definidos y que, a menudo, escribieron solo (que no es poco) para ganarse la vida y sacar adelante su literatura. Sin ambiciones más allá que la de ser leídos y que la gente disfrutara con sus historias.


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Matheson nunca ha sido reconocido como un clásico absoluto como sí lo han sido compañeros generacionales como su amigo Ray Bradbury. Sin embargo, un somero repaso a su obra, por calidad y cantidad, arroja fácilmente algo de luz sobre la importancia determinante que ha tenido en la evolución del terror y la ciencia-ficción. Y no solo en términos literarios: el cine y la televisión han bebido en buena parte de sus ideas.


Richard Matheson: una carrera rica en espantos

Matheson publicaría su obra más conocida, ‘Soy leyenda’, que ahora vuelve a las tiendas gracias a una nueva reedición de Minotauro, en 1954. Pero mucho antes, ya en la primera obra que publicó en 1950, el relato ‘Nacido de hombre y mujer’, estaba claro que conocía los resortes de los géneros populares, pero también que pretendía retorcerlos en su beneficio. En este cuento primerizo, por ejemplo, publicado con solo 25 años, narra la historia de un niño monstruoso encerrado en un sótano, pero lo hace en un idioma prácticamente inventado, propio de alguien que ha aprendido a hablar solo. Inició así una larga carrera caracterizada por un estilo sencillo y directo, lleno de relatos breves, a menudo de una sola idea exprimida de forma sorprendente.

Por eso Matheson tuvo una larga y fructífera relación con la televisión. A menudo escribió los guiones de las adaptaciones de sus relatos, muchos de los cuales fueron para la mítica ‘The Twilight Zone’, la esencial serie de fantasía de Rod Serling, donde se adaptaron 16 historias suyas, casi siempre con él mismo como guionista. Algunos de ellos son tan icónicos como ‘Button, button’ o ‘Nightmare at 20.000 feet’, perfectas pesadillas con final sorpresa y moraleja perversa.

Sus novelas y relatos más conocidos fueron adaptados siempre al cine, y a menudo con notables resultados. Aunque no es uno de sus relatos más populares, ‘El diablo sobre ruedas’ fue el debut de Steven Spielberg como director y transpira el estilo de Matheson por los cuatro costados: de la rebelión del mundo moderno a la paranoia, el encierro y la asfixia como motores del suspense.

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Y aún más populares fueron ‘El increíble hombre menguante’, una pieza esencial de la ciencia-ficción de los años cincuenta, fantástica epopeya humanista que se convirtió en icono del género por lo poderoso de sus imágenes y lo atrevido de su propuesta. O ‘La casa infernal’, una especie de réplica punk de la seminal ‘Hill House’ de Shirley Jackson que dejó bien claro que la edad no hacía levantar a Matheson el pie del acelerador.

‘Soy leyenda’: más actual que nunca

Sin embargo, la cima de su literatura está en ‘Soy leyenda’, su novela más popular, y sin duda la más influyente de toda su obra. Escrita en 1954, se anticipó a una buena cantidad de conceptos clave de la ciencia-ficción y el terror que tomarían distintos derroteros, pero que han acabado resultando escalofriantemente actuales. Minotauro, como decimos, vuelve a poner en la calle la novela de Matheson, y hablamos con Vicky Hidalgo, su editora jefe, para que nos destaque la importancia de este libro y su trascendencia.

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“Soy leyenda es probablemente la obra más icónica de Richard Matheson”, nos dice. “Diría que lo que la hace más destacable dentro de su producción es su tremenda originalidad. Por otro lado, al ser una de sus obras más adaptadas (fue llevada a la pantalla hasta en cuatro ocasiones, aunque por desgracia en ninguna de ellas se utilizó el guion original de Matheson tal como él lo había escrito), ha pasado a formar parte del imaginario colectivo popular”.

La novela cuenta cómo un solo hombre ha sobrevivido a un desastre indeterminado que ha acabado con toda la población de la Tierra. Sobreviven, eso sí, unas criaturas que podríamos calificar como vampiros: viven de noche y acosan a nuestro protagonista, Neville, en su casa, donde vive atrincherado. Durante el día, mientras duermen escondidos, sale para cazarlos en sus guaridas mientras descansan, y también para buscar víveres y una cura.

Los “vampiros” que acosan a Neville tienen todas las características de los chupasangres clásicos

Es cierto que ninguna de las películas que han adaptado ‘Soy leyenda’ alcanzan la calidad del libro original, entre otras cosas porque todas introdujeron elementos narrativos que se distanciaban de la impresionante atmósfera claustrofóbica propuesta por el libro de Matheson. Más supervivientes como Neville o vampiros más monstruosos -según las modas de la época- han sido los cambios más habituales en películas, por otro lado, todas bastante estimables, como ‘El último hombre sobre la Tierra’ (1964), ‘El último hombre… vivo’ (1971), ‘Soy leyenda‘ (2007) o el mockbuster de la inefable The Asylum ‘I am Omega’ (2007).

Pero la originalidad que destaca Vicky Hidalgo viene de otro punto: su racionalización de los monstruos. Los “vampiros” que acosan a Neville tienen todas las características de los chupasangres clásicos (colmillos, palidez, fobia a la luz y a las cruces, hibernan de día), pero Matheson lo convierte en una enfermedad, entre psicológica y mutante, una dolencia clínica más que una condena trágica. El vampiro de ‘Soy leyenda’ es analizable (e incluso curable), no es una entelequia incomprensible y mítica, como Drácula. ‘Soy leyenda’ es la versión postindustrial de la novela gótica.

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Hidalgo nos cuenta que ‘Soy leyenda’ presenta “la evolución del mito del vampiro, que por primera vez es una plaga, no una singularidad. Un concepto que después han desarrollado de forma magnífica Stephen King en ‘El misterio de Salem’s Lot’ o Carlos Sisí en su trilogía ‘Rojo'”. Pero hay más, claro, y para entenderlo solo hay que irse a una película esencial para el terror moderno, y que bebe muchísimo del libro de Matheson, casi hasta el punto de ser una versión apócrifa de la novela: ‘La noche de los muertos vivientes’ de George A. Romero.

No solo nos encontramos en la película que dio el pistoletazo de salida para el cine de terror moderno una situación argumental parecida, con unos monstruos en masa y muy parecidos entre sí, casi sin identidades diferenciadas, acosando a unos humanos en una casa. Además, los supervivientes tienen la sensación de que, aunque consiguieran escapar de esa encerrona, no habría una salida clara. Porque la sociedad ha colapsado. El fin del mundo ha tenido lugar (como en ‘Soy leyenda’, en ‘La noche…’ nunca se termina de definir qué ha pasado exactamente) y aunque se libren de los vampiros / zombis, no se sabe qué sucederá a continuación.

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Todos estos elementos aparentemente dispares (racionalización de un mito del terror gótico, post-apocalipsis, historia asfixiante y paranoica de un hombre encerrado en un entorno hostil) se ramificaron en múltiples influencias. Nos cuenta Hidalgo que “sin ‘Soy leyenda’ no existirían los zombis tal como los conocemos hoy”, y es cierto, porque sin ella, los zombis seguirían teniendo su origen en los ritos del vudú y no serían esa masa inabarcable y anónima que identificamos con el mito.

Gracias a la ágil pluma de Matheson y a su estilo sencillo y accesible, además, todos estos elementos dispares confluyen en una narración coherente y con sentido. El fluir de los pensamientos de Neville, que pasa continuamente de la desesperación a la esperanza, y vuelta al pesimismo total, está perfectamente retratado por la pluma de Matheson, que relata un confinamiento extremo con sumo realismo. Hidalgo coincide en que “la verdad es que Matheson es un autor muy cinematográfico.** Todas sus obras son tremendamente efectivas; tiene un sentido del ritmo increíble que además no está reñido con la calidad** literaria”.

Además, da la sensación de que esta reedición llega en un momento en el que estamos especialmente sensibles al tema del aislamiento y la soledad forzadas: “creo que es una lectura muy interesante en estos momentos, claro”, afirma Hidalgo: “los lectores que se acerquen a ella podrán establecer un diálogo con la obra, y eso es lo que la convierte en un clásico”. Concretamente, “si bien es cierto que son temas que nunca han dejado de tener vigencia, hoy, encerrados en nuestras casas como el personaje de ‘Soy leyenda’, nos parecen más cercanos que nunca“.

Vicky Hidalgo desvela que una de las claves del libro es que “Neville, ante la frustración que le supone la ausencia de contacto con otros seres humanos, se refugia en el arte, en la música y la literatura“. Es decir, que “la novela trata temas como la soledad o el aislamiento a partir de un magnífico retrato psicológico del personaje de Robert Neville. En este sentido quizá Matheson sí supo comprender cuál es la naturaleza humana y cómo actuamos en situaciones extremas como la que estamos viviendo en estos momentos”, lo que demuestra hasta qué punto ‘Soy leyenda’ sigue siendo una historia pertinente ahora mismo.

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Ahora, además, tendremos la ocasión de volver a disfrutarlo en una nueva traduccción, en una editorial donde esta novela es especialmente icónica: “Para nosotros”, nos cuenta Vicky Hidalgo, “‘Soy leyenda’ forma parte del ADN de Minotauro (como ‘Crónicas Marcianas’ o ‘El Señor de los Anillos’). Se editó por primera vez en 1960, justo hace ahora 60 años, y fue una obra totalmente rompedora, que sirvió de inspiración a grandes autores de generaciones posteriores, como Stephen King. Que formara parte de nuestra colección de Minotauro Esenciales era una cuestión de justicia”.

Nuestra última pregunta pasa por el futuro de Matheson en España. El autor de ‘Más allá de los sueños’ ha sido editado abundantemente en nuestro país, pero queremos saber si el tratamiento especial que ha recibido ‘Soy leyenda’ se repetirá en Minotauro. “Justamente recuperamos La casa infernal también en nuestra colección de Esenciales”, nos confirma Hidalgo, “y no descartamos seguir sumando otras de sus obras al catálogo de Minotauro”.


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‘Soy leyenda’: cómo la mejor novela de Richard Matheson se convirtió en la historia post-apocalíptica definitiva

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Xataka

por
John Tones

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