2019, ser influencer ya es una profesión reconocida, pero no todos damos el perfil
Conversación real hace dos años vía Instagram. Perfil, un chico de diecinueve años sin estudios, sin trabajo y sin ganas de hacer una cosa o la otra. Me confiesa que quiere ser influencer. Miro su cuenta y tiene cientos de fotografías idénticas. Un joven con capucha, pantalones rotos sentado en diferentes escenarios.
No tiene ningún talento por el que destaque: música, pintura, fotografía, dibujo, diseño, escritura…, pero lo tiene claro: él quiere que las marcas le llamen y vivir de eso. Cuando por fin se ha logrado crear diferentes categorías dentro de esta ocupación, resulta llamativo que haya gente que piense que crear tendencia sea sencillo.
El influencer comenzó escribiendo un blog
Después de que desaparecieran todos los que pensaban que por hacerse una fotografía en un jardín posando como un modelo, las ofertas les iban a caer del cielo, las marcas han comprobado que el término influencer, no puede ser tomado en vano.
Tampoco de manera despectiva, puesto que en realidad, esta profesión viene de lejos. Por ejemplo, si pensamos en bloggers cuya temática eran los viajes, y eran patrocinados por diferentes marcas.
Crear tendencia, conseguir una comunidad de calidad, partir con un objetivo claro y seguir una estrategia donde el trabajo diario, va más allá de hacerse una foto, es el ejemplo de lo que es un influencer.
Tipos de influencers
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Micro: influencer que tiene entre 5.000 y 25.000 seguidores, y cuyo engagement, sobre el total, es del 4%.
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Pequeño influencer: sus seguidores están entre los 25.000 y 100.000, y su engagement es del 2,4%.
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Grande: son aquellos influencers que presentan un número de seguidores entre 250.000 y 1 millón de seguidores. Y tienen un engagement igual que el influencer medium, del 1.8%.
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Macroinfluencer: tiene entre 1 y 7 millones de seguidores y es capaz de crear un engagament del 1,6%.
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Celebrity: es el influencer que cuenta con más de 7 millones de seguidores y cuyo engagement es también de 1,6%.
El engagement ya sabemos que es el compromiso entre la marca y los usuarios, es decir en el caso del influencer, el grado de fidelidad entre sus seguidores. En lo cual se tendrá que fijar la marca o servicio que piense en apostar por un influencer.
Colaborar con un influencer también es cosa de pymes, siempre teniendo en cuenta, el tipo al que nos dirijamos, su número de seguidores y lo más importante: comprobar si son verdaderos o falsos seguidores, si a su alrededor existe una coherencia entre los comentarios (la conversación) y el número de seguidores.
Eso sí, sin olvidar a nuestros consumidores fieles, que también son influencers en alguna medida, sobre todo si son amantes de compartir su experiencia de compra en las redes sociales.
Imagen|Pixabay
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2019, ser influencer ya es una profesión reconocida, pero no todos damos el perfil
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Pymes y Autonomos
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Joana Sánchez
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