2023 fue el año en el que El Niño y el cambio climático compitieron. En la Amazonia ya sabemos quién ganó
El año pasado fue extraordinariamente seco en España, pero la sequía también afectó a otros confines del mundo. Algunos, piezas clave en el sistema ecológico mundial, como la cuenca del Amazonas.
El principal sospechoso. Una investigación llevada a cabo por el equipo de científicos del World Weather Attribution (WWA) ha señalado al cambio climático como el principal responsable de la situación que vivió la cuenca del Amazonas durante el año pasado. La sequía entonces llevó a las autoridades de decenas de ciudades brasileñas a declarar el estado de emergencia.
Separando efectos. Esto, que podría parecer obvio, no lo es tanto. El clima y la meteorología corresponden a sistemas complejos, lo que hace muy difícil identificar relaciones de causa-efecto individuales.
Esto quiere decir que, aunque sepamos que el cambio climático está ya influyendo en nuestra meteorología haciendo más frecuentes los eventos extremos como sequías o tormentas, resulta difícil señalar a nivel individual cuáles de los eventos que vivimos están relacionados con este fenómeno y en qué grado.
El año de El Niño. Entre todas las variables a tener en cuenta en estos casos se encuentran la oscilación del sur, El Niño. Durante la última década el clima mundial se vio bajo la influencia de tres eventos consecutivos de La Niña. 2023 fue el año de la llegada de El Niño.
El Niño es parte de lo que suele denominarse la Oscilación del Sur de El Niño (ENSO por sus siglas en inglés), siendo La Niña el otro lado de este péndulo climático. Una de las características clave de esta oscilación es el cambio en los patrones regionales de temperaturas y precipitaciones, particularmente en las zonas colindantes al océano Pacífico.
Atribuyendo culpas. El equipo científico responsable de este informe señala que, si bien el cambio climático y El Niño fueron ambos responsables de las situación vivida en el Amazonas, el principal causante de esta sequía fue el cambio climático.
El informe distingue dos caras de la sequía: la sequía meteorológica, vista como la ausencia de lluvias; y la sequía agricultural, que combina las estimaciones de precipitaciones con la evapotranspiración. Es decir, esta última tiene en cuenta también la evaporación del agua, la cual se incrementa cuando las temperaturas suben.
Los autores señalan que en el caso de la sequía meteorológica (la falta de lluvias), podemos repartir la culpa entre el cambio climático y El Niño. Sin embargo el papel que el incremento en las temperaturas medias vinculado con el cambio climático habría tenido un doble impacto, convirtiéndose en el determinante clave de esta situación de sequía.
“Punto caliente” para la biodiversidad. El estado del Amazonas es relevante en múltiples dimensiones. Empezando por los millones de personas que viven en su cuenca y dependen de sus aguas. Las
El río también alimenta una de las selvas más importantes del mundo. Esto hace a la cuenca del amazonas una de las principales reservas de biodiversidad del planeta y a Brasil el país con mayor variedad de especies en el mundo.
Imagen | Deb Dowd
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2023 fue el año en el que El Niño y el cambio climático compitieron. En la Amazonia ya sabemos quién ganó
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Xataka
por
Pablo Martínez-Juarez
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