Es el mayor fracaso de la historia de Netflix a nivel de reviews. Y por una vez, coinciden crítica y público
De sencillamente desastrosa se puede calificar la recepción a ‘La reina Cleopatra’, una docuserie con elementos de ficción y abiertamente posicionada con un contenido racial, y que está siendo víctima de un apabullante review bombing que está dejando su puntuación por los suelos en todo tipo de medios. La más espectacular, sin duda, es la de Rotten Tomatoes: la puntuación del público es de un 3%, la más baja de la historia en el agregador para una producción de Netflix.
Otras puntuaciones. Lo importante para no considerar este review bombing una acción al uso de este tipo al uso es que las críticas profesionales, pese a ser algo más generosas no van mucho más allá: en Rotten Tomatoes, la crítica le da un 15%, lo que deja por debajo series como ‘The I-Land’ o ‘Hoops’. En Metacritic, la crítica profesional es aún más sosegada: un 45, que contrasta con el abismal 0’1 de los usuarios. En Google, la serie tiene la puntuación mínima: un 1.0.
El poder del bombardeo. El review bombing, a menudo generados por temas vinculados a películas, series o videojuegos, consisten en que grupos organizados de usuarios, procedentes de avisperos del pensamiento conservador en internet, como 4chan y compañía, puntúan de forma negativa y en masa películas que creen a las que acusan de tener una “agenda woke”. Algunas famosas afectadas por estas acciones han sido ‘Masters del Universo: Revelación‘ (38%), ‘Capitana Marvel‘ (45%), ‘Cazafantasmas‘ (49%) o ‘Star Wars: Los últimos Jedi‘ (42%).
La diferencia. Sin embargo, este review bombing ha sido distinto: revisando esos o cualquier otro estreno que haya sido víctima de estas acciones (como por ejemplo, prácticamente todos los estrenos de Disney o Netflix con un protagonista femenino o no caucasiano), se puede comprobar que a menudo las notas de la crítica son altas o muy altas, rozando el notable alto o el sobresaliente. En ‘La reina Cleopatra’ no ha pasado: las notas han sido mediocres también para los profesionales.
El motivo. Básicamente, Cleopatra es interpretada por Adele James, actriz británica de raza negra. Voces dignas de ser escucharas al respecto, como el Ministro de Antigüedades del Gobierno de Egipto ha calificado esta decisión como una “falsificación”. El auténtico color de piel de Cleopatra siempre ha suscitado polémicas, pero los relatos que se poseen y su ascendencia con casi total seguridad de origen egipcio hacen pensar en una piel más clara (aunque obviamente lejos de los rasgos caucásicos de Elizabeth Taylor). La serie ha sido acusada de revisionismo y de intentar borrar la historia egipcia, acusaciones que a menudo se dirigen a la industria del cine y la televisión blancos.
La justificación. ¿Cómo justifican los responsables de la serie esta elección? Tina Gharavi, directora de la serie, afirmó que el color de la piel de la actriz es más una reivindicación del multiculturalismo de la sociedad egipcia de la época que una tesis racial (para referirse, además, a una época en la que el concepto de “raza” es muy distinto al actual). Por desgracia, y eso es lo que resaltan muchas de las críticas, es posible que este encomiable propósito se haya formulado de forma errónea.
La reacción de los responsables. Jada Pinkett Smith, productora de la serie y activista por los derechos de los afroamericanos ha buscado rápidamente culpables. La actriz -que presionó a los productores para cambiar la raza de la actriz-, en una entrevista con ‘The People’s Voice’, culpa a los “supremacistas blancos” de la mala valoración de la serie. Y aunque algo de racismo hay en el review bombing, estamos viendo multitud de reacciones bien fundamentadas de historiadores que ponen en duda este polémico enfoque.
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John Tones
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