Ray-Ban Stories, análisis: así es ver a través de los ojos de Facebook
Llevamos años oyendo hablar de las Google Glass, nadando entre los rumores de las gafas de Apple y con propuestas en firme como las OPPO Air Glass. Facebook no quiere quedarse fuera, pero ha traído al mercado un concepto alejado de la realidad aumentada y ese halo futurista. Las Ray-Ban Stories son, simplemente, un par de gafas con cámara, micrófono y altavoces, algo similar a las Snapchat Spectacles de segunda generación, aunque bastante más discretas.
Hemos probado estas gafas a fondo durante unas semanas, y tenemos claros los usos que se le pueden dar, las posibilidades que da este tipo de dispositivo y la respuesta a si vale o no la pena comprar estas gafas inteligentes.
Ficha técnica de las Ray-Ban Stories
ray-ban stories |
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dimensiones y peso |
Wayfarer: 41 x 50 x 150 mm Round: 45 x 48 x 150 mm Meteor: 45 x 51 x 155 mm |
captura de imágenes |
2.592 x 1.994 píxeles |
captura de vídeo |
1.184 x 1.184 píxeles 30 FPS |
sistema de audio |
2 x altavoces 3 x micrófonos |
asistente de voz |
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controles |
Táctiles Por voz |
memoria |
500 fotos 30 clips de 30 segundos |
batería |
Hasta tres días con una carga |
conectividad |
WiFi ac Bluetooth 5.0 |
compatibilidad |
iOS 13 en adelante Android 8.1 en adelante |
precio |
Unas Ray-Ban discretas y clásicas
Hay tres modelos de Ray-Ban Stories. Las Round (acabado redondeado), Wayfarer (las clásicas que hemos probado) y las Meteor (corte clásico sin tintado en los cristales). Son gafas de sol que se pueden graduar, pensadas para el uso habitual. Los cristales están polarizados y podemos escoger el tipo de acabado de los mismos.
Pero lo que más llama la atención del diseño es que, si no nos fijamos de cerca, son gafas completamente normales. Durante estas semanas de uso nadie se ha dado cuenta de que teníamos unas gafas inteligentes, hasta que hemos mostrado los principales puntos que las delatan.
El primero son las patillas laterales, algo más gruesas de lo habitual. No obstante, esta pudiera parecer una decisión de diseño en unas gafas al uso, más que un mal necesario para incluir hardware dentro de unas gafas de sol. El segundo punto para detectar que son unas gafas ‘inteligentes’ es el botón de disparo, ubicado en la parte superior la patilla derecha.
Es muy discreto, delgado y no se aprecia en medias distancias. Lo mismo sucede con el último elemento diferencial a nivel de diseño: el LED indicador de grabación. Cuando estamos haciendo fotos o vídeo, se activa en color blanco.
Es algo que apreciaremos solo si estamos cerca de la persona que tiene las gafas, pero en cuanto la persona se aleje, será imposible ver un LED, con un tamaño de apenas 1mm, en la distancia.
Resulta también especialmente llamativo que las dos cámaras que tiene en el frontal son muy discretas. Si nos acercamos bastante notaremos que hay “algo raro” (hay que ser un poco nerd para pensar que estas gafas llevan dos cámaras), pero en medias distancias simplemente parecen dos remates de las gafas.
Por dentro, en su patilla izquierda, tienen un pequeño switch para apagar y encender el dispositivo, en el lado opuesto tenemos otro LED que indica estado de batería y conexión y, en la parte inferior, dos pequeños altavoces.
En resumen, son gafas que pasan desapercibidas y que, salvo que alguien se fije con detenimiento, es difícil que detecte el propósito de las mismas.
El proceso de emparejarlas
Para emparejar estas gafas con nuestro teléfono (debe tener iOS 13 o Android 8.1, al menos) tenemos que descargar la app Facebook View. También es obligatorio tener una cuenta de Facebook, algo especialmente molesto, aunque lógico siendo unas gafas de la compañía.
Tras iniciar sesión, tendremos que encender las gafas, emparejarlas mediante Bluetooth al teléfono y configurar la voz del Asistente de Facebook, del que hablaremos más adelante. En este momento también escogeremos si permitimos a Facebook que almacene nuestras interacciones de voz para “ayudar a entender y responder mejor a las solicitudes”. Nosotros respondimos que no.
Podemos también vincular Messenger (siempre que tengamos la app instalada) para enviar mensajes o llamar a nuestros contactos a través del Asistente de Facebook. Una vez esté todo configurado, un breve tutorial nos enseñará cómo se usan. Hay varios fallos de traducción en la app para iOS (en la de Android no hemos encontrado este problema), pero es fácil entender el funcionamiento.
Al acabar el tutorial, Facebook nos indica que solo recopilan “los datos necesarios para hacer que las gafas y la app funcionen correctamente”, aseguran que no usan el contenido de las fotos ni los vídeos para mostrar anuncios personalizados y que nuestra privacidad está a salvo. O eso dicen.
La app de Facebook View
La app de Facebook View es bastante simple. Su interfaz principal es una galería de fotos y vídeos, con una segunda pestaña de favoritos. Cuando pulsamos sobre una foto, contamos con varios ajustes:
- Borrar
- Edición básica (brillo, nitidez, saturación, calidez, recorte)
- Crear un montaje de vídeo a partir de fotos
- Darle un efecto de animación a la foto (tres efectos disponibles)
- Descargar
- Compartir
En el caso de los vídeos tenemos las mismas opciones de edición, pudiendo también crear montajes uniendo varios vídeos. Si nos vamos a los apartados de configuración, seguimos estando ante una app ligera y con pocas opciones.
Hay múltiples ajustes relacionados con la privacidad. Podemos acceder al registro de grabaciones de voz, escoger si queremos que se almacenen o no los datos de las gafas, acceder a la política de datos de Facebook View, etc. A nivel de personalización poco podemos hacer, más allá de regular el sonido del sistema y brillo del LED interior.
Respecto a las opciones del “asistente de voz”, son muy pobres. Solo podemos invocarlo para funciones extremadamente simples, como que haga fotos o vídeos. Una integración con Google Lens o Siri hubiese sido maravillosa, potenciando las capacidades de manos libres que tiene este dispositivo.
Grabación de vídeo y fotografías
Para grabar vídeos y hacer fotos con estas gafas tenemos dos formas. La primera es hacerlo mediante el botón lateral. Una pulsación larga hará una foto, y una pulsación corta empezará un vídeo. También podemos invocar al Asistente con un “Hey Facebook” (la app no está todavía en español), y pedirle en inglés que haga un vídeo o una foto. Las cámaras son de cinco megapíxeles y son capaces de grabar vídeo en resolución 1184 x 1184 hasta 30 FPS.
La experiencia de grabación es curiosa, ya que no estamos acostumbrados a grabar, literalmente, lo que verían nuestros ojos. Los planos y las fotografías son algo caóticas, ya que no es fácil encuadrar de forma exacta con las gafas.
La calidad de las fotografías es suficiente para el tipo de dispositivo del que hablamos, aunque bastante justa si lo comparamos con cualquier smartphone de gama media. Tiene bastantes problemas con las altas luces, y es que no es sencillo hacer que unas gafas procesen HDR. No obstante, pese a la escasa resolución, las fotografías están bastante cerca de lo que vemos en móviles especialmente económicos.
Lo que sorprende es la calidad en la grabación de vídeo. El trabajo de estabilización es muy bueno. He grabado vídeos conduciendo (los cuales no podemos mostrar por la cantidad de matrículas y personas que aparecen), con mucha vibración, y la estabilización es mejor de la que he visto en algunos móviles de gama alta. El rango dinámico en vídeo también es bueno, mejor que el de las fotografías y, en general, obtenemos tomas de bastante calidad.
El principal problema es que los vídeos se graban en una relación de aspecto completamente cuadrada (algo terrible para subirlo a redes sociales) y que su duración es de tan solo 30 segundos. Están pensadas para grabar contenidos cortos para redes sociales y no llenar los 4 GB de memoria con los que cuentan de forma rápida, ** echamos de menos poder grabar durante algunos minutos**.
Las Ray-Ban View como manos libres y auriculares
A nivel de sonido, el comportamiento es excelente con llamadas. Podemos usarlas como manos libres, con un volumen bastante alto y escuchando a nuestro interlocutor relativamente bien. Tampoco cumplen mal en reproducción de podcast, pero si queremos escuchar música, los diminutos altavoces muestran sus claras limitaciones. El volumen es más que suficiente, pero la calidad es mínima.
No son un sustituto de los auriculares, pero sí un manos libres genial. Ir con las gafas puestas, recibir una llamada y poder atenderla sin necesidad de móvil o auriculares es un punto muy a favor.
Batería y carga
Indicar que estaremos muy limitados en la toma de fotos y vídeos por culpa de la batería. Facebook promete 3h de duración, pero en nuestro caso hemos sido incapaces de sobrepasar la hora y media. La batería vuela, y si usamos bastante la grabación de vídeo, no podremos más que disfrutarlas un rato. El consumo en reposo también es excesivo.
Para cargarlas, tenemos que introducirlas en su caja, la cual tarda cerca de hora y media para cargarlas al completo. Este estuche funciona de forma muy similar a la de unos auriculares TWS, y cuenta con un puerto USB-C para alimentarlo.
Ray-Ban Stories, la opinión de Xataka
Las Ray-Ban Stories cumplen con dos claros propósitos: tener un dispositivo manos libres cuando no queremos llevar auriculares conectados y, el más evidente, grabar de forma discreta cuando no queremos sacar el móvil. Por más hincapié que Facebook haga tanto en la privacidad del usuario como en la privacidad de las personas a las que grabamos, las Ray-Ban Stories son el dispositivo perfecto para grabar sin consentimiento, y el pequeño LED frontal no es una herramienta lo suficientemente potente para evitarlo.
Como herramienta de creación de contenido, no terminan de cumplir su función. La calidad final es buena, pero el formato de grabación no es bueno para redes sociales (es curioso que se llamen ‘Stories’ y graben en un formato completamente opuesto al del formato ‘Storie’), y las limitaciones en tiempo de grabación y batería son importantes hándicaps.
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La noticia
Ray-Ban Stories, análisis: así es ver a través de los ojos de Facebook
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Ricardo Aguilar
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