‘Fin’: Netflix propone un tenso post-apocalipsis ambientado en la España rural
El género post-apocalíptico no es habitual en el cine español, pero lo cierto es que nuestro cine fantástico tiene una pieza clave con una película de este tipo: ‘La hora incógnita’ de 1963, de Mariano Ozores, una pequeña maravilla, pesimista y oscura pero a la vez muy divertida. Otras películas que han tratado el tema, ya por debajo del clásico de Ozores, son ‘El refugio del miedo’ de José Ulloa (1974) o ‘3 días’ de Francisco Javier Gutiérrez (2008).. Y también recientemente, la muy interesante ‘La hora fría’ de Elio Quiroga, en 2006.
‘Fin’, que se estrenó en salas en 2012 pero recibe ahora una merecida nueva oportunidad con su aterrizaje en Netflix, recoge algo de la herencia de estas películas: la mayoría están centradas más en explorar la psicología de los personajes que en examinar los códigos del género. O dicho de otro modo, usan el fantástico como excusa para lo dramático.
Se trata de un recurso que, en el caso de Ozores, funcionaba estupendamente, pero tiene sus riesgos: el de dejar al espectador con la necesidad de que se expliquen con cierta convicción los porqués, cómo se ha llegado a esa situación. ‘Fin’ opta por esta vía, muy propia de realizadores de fantástico de nuestro cine, como Alejandro Amenábar, pero el invento funciona gracias a un guión por encima de la media y lo apropiado de los intérpretes.
‘Fin’ arranca cuando un grupo de amigos que no se ven desde hace un par de décadas se reencuentran en una casa rural para ponerse al día. Sin embargo, a mitad de la noche, y justo cuando empiezan a asomar viejos rencores entre ellos, la luz se va y los coches quedan completamente inutilizados. A partir de la mañana siguiente descubren con horror que están incomunicados y que sus vidas están en peligro.
Apocalipsis en la España vaciada
‘Fin’ parte de unos cuantos riesgos de los que sale airosa. La primera es la mencionada renuncia a dar un contexto de ciencia-ficción a su apocalipsis: aunque se apunta a algún fenómeno de origen astronómico para lo que está sucediendo, son solo apuntes, y también se llega a sugerir un origen directamente mágico para la situación. Realmente, parece decir la película, no importa, porque aquí hemos venido a ver el drama de esta gente que no se aguanta.
Y en ese sentido, y contra todo pronóstico teniendo en cuenta la inexperiencia de su director -Jorge Torregrossa- en el terreno del largometraje (aunque ya venía curtido de trabajar en series como ‘La señora’ o ‘Tierra de lobos’), la cosa funciona gracias a lo entonados que están los actores. Destacan Maribel Verdú, Daniel Grao y Carmen Ruiz, pero en general el grupo de amigos que no se aguantan están encarnados por intérpretes que definen bien los conflictos aún con solo unas pocas líneas de diálogo.
A ello tambien ayuda el ajustado guión de Jorge Guerricaechevarría (colaborador habitual de Álex de la Iglesia) y Sergio G. Sánchez (guionista de ‘El orfanato‘, ‘Lo imposible’ o ‘El secreto de Marrowbone’) adaptando una novela de David Monteagudo cuya historia está en la misma línea de rehuir el género para ambientar su apocalipsis. El libreto va al grano y se permite dejar ciertas cuestiones en el aire, como el origen detallado del personaje de Eva o las ideas del Profeta, lo que aporta a la atmósfera de misterio.
De hecho, ‘Fin’ cojea cuando adopta los códigos del cine post-apocalíptico al uso, con los ataques de los animales o las secuencias de acción. Por suerte, la mayor parte del tiempo hace muy bien lo que está claro que es su objetivo: plantear cómo reaccionan un grupo de personas con mucho que echarse en cara a una situación límite. Y de paso, demostrar que en España hay capacidad y escenarios para más proyectos de este tipo.
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John Tones
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