Probamos el BYD Atto 3: un SUV eléctrico chino que compite con los europeos en algo más que en precio
BYD sigue el camino de otros fabricantes chinos y desembarca en España con su gama de automóviles eléctricos formada por un SUV compacto, un SUV de siete plazas y una berlina grande.
Hemos asistido a la presentación de la marca en nuestro país y también hemos aprovechado para ponernos al volante del coche con el que BYD pretende darse a conocer entre el gran público: el BYD Atto 3 que ya está a la venta, solo unos meses después de lograr las cinco estrellas Euro NCAP.
El segundo mayor fabricante del mundo de baterías
En los años 80, los fabricantes japoneses decidieron aterrizar en el mercado europeo. Las compañías locales no los tomaron muy en serio porque sus productos estaban varios pasos por detrás de los nuestros, pero, varias décadas después, nadie se atreve a poner en entredicho el estatus de cualquier marca nipona.
Lo mismo sucedió en los años 90 con las firmas coreanas. Kia o Hyundai llegaron a Europa sin hacer mucho ruido y con modelos low-cost, pero han dado tantos pasos hacia delante en todos los sentidos que ahora son el rival a batir y encabezan las listas de ventas.
Ahora está pasando algo parecido con los fabricantes chinos, pero hay una diferencia muy grande: la movilidad eléctrica ha hecho que las reglas del juego cambien y son ellos los que tienen la tecnología de referencia, desde las baterías, hasta las minas de litio, pasando por la logística y el dominio de los procesos de producción de unos coches eléctricos en los que tienen mucha más experiencia que los occidentales.
Bien es verdad que algunas marcas chinas no suponen ninguna amenaza para las europeas, pero otras se están convirtiendo en un dolor de cabeza porque vienen pisando muy fuerte. Es el caso de NIO o del grupo Geely, que de estar mal visto está pasando a comerse el pastel para convertirse en el Grupo Volkswagen del siglo XXI.
Otro de estos grandes fabricantes chinos a los que hay que tener muy en cuenta es BYD. Sus primeros coches llegaron a Europa en 2021 (venden autobuses desde hace más tiempo) y después de una tímida avanzadilla en Noruega han dado el salto al resto del continente, España incluida. Hemos asistido a su puesta de largo en nuestro país y enseguida nos quedó clara una cosa: los fabricantes occidentales deben ponerse las pilas.
Es probable que no hayas oído hablar de BYD, pero este fabricante chino nació en 2003, tiene más de 290.000 empleados y es uno de los mayores productores mundiales de vehículos eléctricos, además del segundo mayor productor de baterías del mundo, por detrás de CATL.
Esto último es crucial porque no dependen de terceros (incluso controlan la extracción del litio), de ahí que los tres modelos con los que aterrizan en España tengan disponibilidad inmediata. No es habitual que una marca llegue directamente con tres coches, pero BYD ha decidido hacerlo así y asegura que muy pronto seguirá ampliando su catálogo, siempre con coches eléctricos. El próximo en llegar debería ser un utilitario barato.
El BYD más pequeño que puedes comprar en España, por ahora
De momento, el BYD Atto 3 es su propuesta de acceso para nuestro mercado. Se trata de un SUV compacto que llega con 420 km de autonomía y dos acabados; por encima están disponibles sus hermanos mayores, ambos con 516 CV de músculo eléctrico: el Han, que es una berlina del segmento E de 4,99 metros de largo, y el Tang, un SUV de siete plazas que mide 4,87 metros de largo.
Estos dos últimos no pretenden ser modelos de gran volumen, pero el BYD Atto 3 sí. Es el único que hemos podido probar en una primera toma de contacto y ya está a la venta, como los otros dos.
Mide 4,45 metros de largo, 1,87 metros de ancho y 1,61 metros de largo, por lo que se enmarca en el segmento C y apunta directamente a rivales como los Mercedes-Benz EQA y EQB, el Kia e-Niro, el Citroën Ë-C4, el Mazda MX-30, el nuevo Ford Explorer eléctrico, el Volvo XC40 eléctrico e incluso a los Volkswagen ID.4 y Skoda Enyaq iV.
Su diseño exterior no tiene ninguna particularidad. Es el de un SUV compacto que incorpora algunas de las soluciones que están de moda en estos momentos, como los pilotos traseros unidos por una franja de LED, una tira de LED que recorre la parrilla, un pilar C con un color distinto al de la carrocería que busca crear la sensación de “techo flotante” o la pronunciada caída del techo que acaba en un alerón trasero.
Siempre viene bien un poco de lógica
BYD no se la ha jugado mucho en este sentido y ha apostado por un diseño menos arriesgado y más sobrio que el de otros coches chinos, como el Aiways U6. En cambio, el interior sí escapa de lo convencional y trae nuevas soluciones y elementos de diseño.
Un ejemplo son los tiradores de las puertas integrados en los altavoces de tipo tweeter (o más bien los altavoces integrados en los tiradores), la forma de las salidas de aire y la ubicación de los aireadores centrales en la consola central o las cuerdas que sirven para sujetar cosas en los huecos portaobjetos de las puertas y recuerdan a las de una guitarra (también suenan si se tocan).
La pantalla táctil central es otra de las cosas que llama la atención, no tanto por su tamaño (12,8” en el acabado básico y 15,6” en el mejor equipado), sino porque gira. Basta con tocar un botón situado en el volante o en la propia pantalla para que pase de tener una posición vertical a ser horizontal y viceversa.
Realmente es una función que no tiene demasiada utilidad, pero permite cambiar el diseño del interior en cuestión de segundos y adaptarse a los gustos de cada cliente, puesto que algunos prefieren las pantallas verticales y otros las horizontales. También es cierto que al utilizar el navegador me pareció más cómodo llevar la pantalla en posición vertical.
Precisamente el navegador es uno de los puntos a destacar del BYD Atto 3. Es uno de los pocos que no da ganas de conectar el móvil para utilizar Google Maps o Waze porque funciona bien y es fácil de entender.
Y lo mismo sucede con el multimedia: es intuitivo, vistoso y, sobre todo, tiene una fluidez con la que no pueden ni soñar los sistemas de infoentretenimiento de sus rivales.
También está bien resuelta la ergonomía. No solo porque es fácil dar con una posición de conducción cómoda (los asientos ayudan), sino también por ciertos elementos lógicos que facilitan las cosas en el día a día, como incluir botones físicos en el volante en lugar de táctiles.
Lo mismo sucede con los botones de la consola central para algunas funciones clave, como el selector de conducción y el selector de intensidad de la frenada regenerativa, una ruleta para regular el volumen o un botón para poner en modo Auto el climatizador. La palanca de cambios inspirada en los aviones también es más fácil de utilizar que un selector circular, un pequeño interruptor o un mando acoplado al cuadro digital.
Tampoco hay componentes en plástico negro piano y eso se agradece. A estas alturas parece que se ha convertido en un básico en cualquier coche nuevo, pero las superficies del Atto 3 son mucho más limpias y menos susceptibles de rayarse.
La calidad del interior de este SUV sorprende para bien y es otra de las cuestiones en las que está un paso por delante de otros modelos eléctricos europeos, como el Volkswagen ID.3. Todo está bien ajustado, hay muchas zonas blandas y, en general, transmite sensación de estar bien hecho.
Por otro lado, BYD podía haberse esforzado un poco más con la instrumentación digital porque no es personalizable y su pantalla solo tiene 5”, aunque aporta suficiente información como para no echar de menos ningún dato.
Sin problemas de espacio
En lo que respecta a la habitabilidad, es buena. Como casi todos los coches eléctricos, aprovecha bien el interior y en la unidad que probamos la tapicería con tonos claros y el techo panorámico contribuían a crear sensación de espacio. En este sentido también ayuda el diseño del salpicadero y no faltan huecos portaobjetos repartidos por las puertas y bajo la consola central.
Las plazas traseras son lo bastante amplias como para que dos adultos viajen cómodamente en ellas. En esta zona del interior el suelo es plano y eso ayuda cuando tres personas se sientan detrás, pero mejor dos que tres, como suele ser habitual en cualquier coche del segmento.
El maletero tiene un diseño muy limpio y 440 litros de capacidad, por lo que está en la media de la categoría. El nuevo Ford Explorer, por ejemplo, es igual del largo que el BYD Atto 3 y su maletero tiene 450 litros, mientras que el Volvo XC40 eléctrico mide 4,42 metros de largo y un maletero con 445 litros. Con los asientos traseros abatidos (se dividen en proporción 60:40), el maletero del chino crece hasta los 1.338 litros.
El portón es eléctrico en el acabado más alto y el suelo se puede configurar a dos alturas. Además, bajo el piso hay varios huecos para llevar el kit reparapinchazos y otros elementos, aunque parece complicado meter en alguno de ellos un cable de carga.
En parte, si aprovecha bien el espacio interior es porque, según dice BYD, su batería tiene un tamaño más contenido. La marca la denomina Blade Battery y es de litio-ferrofosfato (LFP), en lugar de las de ión-litio que son más populares.
La marca asegura que “es capaz de soportar pruebas tan extremas como la perforación con clavos y su robusta estructura tipo “sándwich” aguanta el peso de un camión de 46 toneladas pasando por encima de ella”. Son datos curiosos, pero es poco probable que alguien intente perforarla con clavos, así que nos interesa más su capacidad: 60,48 kWh (capacidad neta), lo que se traduce en una autonomía de hasta 420 km en ciclo combinado WLTP.
Tiene la función de carga bidireccional en el acabado tope de gama, como el Kia EV6, por lo que puede cargar otros dispositivos externos. Y a la hora de cargarse admite una potencia máxima de 11 kW en CA y de 88 kW en CC, por lo que está un paso por detrás de sus rivales en este sentido (el Ford Explorer podrá cargar a 135 kW y el Volvo XC40 es capaz de hacerlo a 150 kW).
Lo bueno es que incorpora de serie bomba de calor en los dos acabados con los que está disponible. Eso ayuda a aprovechar mejor la capacidad de la batería en invierno, puesto que permite climatizar el interior más rápido y de forma más eficiente. También se puede hacer a distancia a través de la app de BYD con el teléfono móvil.
El confort es lo primero
Otra de las cosas que comparten las dos versiones del Atto 3 es el motor. Únicamente está disponible con un motor eléctrico que desarrolla 150 kW (204 CV) y 310 Nm, siempre con tracción delantera. El consumo medio homologado es de 15,6 kWh/100 km.
La primera prueba no es suficiente para sacar conclusiones, pero el consumo que indicaba el BYD en el recorrido que hicimos no se alejaba mucho del registro oficial: 17,2 kWh/100 km combinando carretera secundaria y ciudad.
Más allá del consumo, esa pequeña prueba sí sirvió para ver que el tacto de conducción del coche es muy bueno. De igual manera que cualquier eléctrico es fácil de conducir, pero hay otros en los que hay ciertas cosas que no convencen, como el funcionamiento de la frenada regenerativa, mientras que en el Atto 3 es lo contrario.
Hay dos niveles de intensidad, en el primero la retención es muy suave al soltar el acelerador y en el segundo es lo suficientemente intensa como para olvidarse casi por completo del pedal del freno, pero no se produce una deceleración brusca al levantar el pie derecho, como en otros modelos.
El tacto del pedal del freno también es más agradable que en otros eléctricos y, a diferencia de algunos de sus rivales, que apuestan por los frenos de tambor en el eje trasero, lleva discos de freno ventilados en las cuatro ruedas.
Más allá de los dos niveles de retención, ofrece tres modos de conducción: Sport, Normal y Eco. En cualquiera de ellos el rendimiento es bueno y los 204 CV se antojan suficiente, especialmente al salir desde parado (hace el 0 a 100 km/h en 7,3 segundos), que es cuando la patada de los eléctricos se nota más, pero también para adelantar o recuperar velocidad.
De todas formas, no hay que olvidar que se trata de un coche eléctrico y, por lo tanto, no es precisamente ligero. Pesa 1.750 kg en vacío, por eso los 204 CV solo le permiten moverse de forma correcta y no sobra ni uno. Pero también es verdad que BYD ha tenido más en cuenta el confort que el rendimiento al llevar a cabo su puesta a punto.
Es un coche cómodo, con una suspensión más bien blanda en la que el eje multibrazo trasero contribuye a mejorar su comportamiento. Además, BYD ha hecho un buen trabajo en materia de insonorización, por lo que es muy agradable de conducir, incluso en carreteras rotas como las que había en el recorrido donde hicimos la primera toma de contacto.
La dirección también ayuda en este sentido, tanto al maniobrar a baja velocidad como en carretera, aunque el sistema de asistencia al mantenimiento en el carril es un poco intrusivo y las correcciones que hace resultan más bruscas de lo deseado. Por otro lado, al aparcar sorprende la buena calidad de la cámara trasera y la cámara de 360 grados que genera una vista 3D del coche y el entorno.
Ya está a la venta
Hasta aquí, da la impresión de que BYD llega con argumentos de peso para convertirse en una china en el zapato para las marcas occidentales, y eso que todavía no hemos probado los BYD Han y BYD Tang. Pero falta hablar del precio y, últimamente, esta cuestión es capaz de echar por tierra el trabajo bien hecho en otros apartados.
En otros casos, las marcas consiguen mejorar el conjunto con un precio más atractivo que el de sus rivales, como está haciendo MG. Y parece que BYD está dispuesta a seguir la misma estrategia que sus compatriotas porque el BYD Atto 3 cuesta menos que sus rivales.
Con el acabado básico, denominado Comfort, el SUV chino está a la venta desde 41.400 euros y su precio de partida asciende a 42.900 euros con la terminación Design, la más completa de la gama. En los dos casos hablamos de tarifas sin descuentos ni Plan MOVES III; aplicando este último, el Atto 3 podría reducir su precio base hasta los 35.900 euros. Otro punto a favor de BYD es que ofrece disponibilidad inmediata para este SUV.
BYD también ha decidido seguir una filosofía muy asiática con el equipamiento. Las dos terminaciones tienen una dotación cerrada y lo único que puedes elegir al comprar el coche es el color exterior. Y tampoco será muy complicado porque solo hay cinco tonos disponibles: azul, blanco, gris, rojo y verde.
Lo bueno es que el equipamiento de serie es realmente completo en los dos acabados. Ambos incluyen llantas de aleación de 18”, faros Full LED, techo solar panorámico eléctrico, pintura metalizada, asientos delanteros con ajuste eléctrico, internet, retrovisor interior electrocrómico, bomba de calor, actualizaciones inalámbricas vía OTA, una llave NFC que permite abrir el coche al pasarla por el retrovisor izquierdo y un arsenal de asistentes a la conducción.
En el acabado Design se añade la pantalla táctil central de 15,6”, en lugar de la de 12,8” que lleva el Comfort, así como un sistema de purificación de aire para el interior, un sistema de iluminación ambiental interior que reacciona a la música cambiando de color que se antoja muy del gusto de los asiáticos, portón eléctrico y carga bidireccional.
Pero hay un problema, al menos de momento: hoy por hoy, solo se puede comprar el BYD Atto 3 (y sus hermanos mayores) en España en Madrid y Barcelona. El objetivo de BYD es ampliar su red comercial a 8 concesionarios en el mes de junio y tener 40 puntos de venta en toda España en 2025.
A cambio, la oferta de lanzamiento del BYD Atto 3 es interesante porque hasta el mes de junio incluye un cargador doméstico de 11 kW de regalo y la extensión de garantía general a 6 años o 150.000 km (normalmente la general es de 3 años y la de la batería es siempre de 8 años).
–
La noticia
Probamos el BYD Atto 3: un SUV eléctrico chino que compite con los europeos en algo más que en precio
fue publicada originalmente en
Motorpasión
por
Álvaro Ruiz
.