Adiós a los chollos: Dacia redefine lo esencial, y lo vamos a notar en el precio de sus coches
Han pasado 18 años desde que Dacia comenzó a vender sus coches en toda Europa. A lo largo de todo este tiempo, el fabricante rumano se ha convertido en uno de las marcas más populares de nuestro continente, incluso ha logrado conquistar algunos mercados, como el español, pero también ha cambiado.
De la Dacia que vendía los primeros Logan y Sandero ya no queda nada. Sigue siendo una marca asequible y, desde luego, bastante más accesible que otras, pero ya no podemos utilizar el término ‘low cost’ para hablar de sus coches, sobre todo ahora que se avecina una nueva etapa para la compañía.
Igual que otros coches, pero más baratos
En su día, Dacia se hizo hueco en el mercado europeo con coches que se vendían a precio de risa. Durante varios años fue posible comprar un Sandero por alrededor de 7.000 euros; era muy básico, pero ofrecía la posibilidad de estrenar automóvil por menos de lo que costaba uno de segunda mano. Fueron varias las claves de su éxito.
Por un poco más podía incorporar equipamiento esencial, como la radio y el aire acondicionado, pero seguía siendo mucho más asequible que cualquier otra opción. Lo mismo sucedía con el otro Dacia que se podía comprar en ese momento, el Logan, que además era un poco más grande y ofrecía un gran maletero.
Muchos conductores solo buscan un coche básico en sentido estricto de la palabra, con el que ir del punto A al punto B y sin dar importancia a cuestiones como el equipamiento o el motor. Solo buscan un coche sencillo, eficaz y, en la medida de lo posible, barato. Dicho de otra manera: un coche low cost.
En su momento, Dacia explotó al máximo esta estrategia y jamás se avergonzó de ella. Solo hay que recordar anuncios de televisión como el del Dacia Logan y las luces largas o del mismo coche demostrando que su maletero podía abrirse y cerrarse. Ambos acababan diciendo que el Logan hacía lo mismo que otros coches, pero por 7.350 euros.
Es cierto que el Logan y el Sandero tenían un nivel de calidad que no llegaba al del resto de marcas generalistas, no estaban bien dotados, utilizaban tecnología desfasada de Renault y solo estaban disponibles con motores muy básicos. Pero no había trampa ni cartón: pagas un precio acorde a lo que te llevas.
De esa forma, conquistaron a miles de clientes en toda Europa, al mismo tiempo que la imagen de marca fue cambiando. Lo que al principio era un fabricante de coches baratos, poco a poco se fue convirtiendo en la compañía del precio justo. Otro anuncio de televisión, en este caso el del Duster, decía que era “escandalosamente asequible”.
También ayudó que sus coches tuvieran buenos índices de fiabilidad, algo que siempre contribuye a formar una buena opinión popular. Aunque también es cierto que no era complicado porque la poca tecnología que utilizaban estaba más que contrastada después de probarse durante años en varios modelos de Renault, como los Clio y Kangoo de generaciones anteriores.
La consolidación de Dacia en Europa llegó con la segunda generación del Sandero y el primer Duster. En pleno auge de los SUV, la firma rumano lanzó el todocamino más barato del mercado y, por si fuera poco, demostró ser muy eficaz en el campo. Por su parte, el Sandero era un producto más elaborado y su versión Stepway, con una estética más campera, fue un éxito rotundo.
Además, la gama de motores de ambos modelos se amplió con más opciones, incluida una variante GLP que en España disfrutaba de la etiqueta ECO de la DGT. Con las actualizaciones del Sandero y el Duster también mejoró su equipamiento, que ya no era tan básico como el de los primeros Logan y Sandero.
Obviamente, el precio de los Dacia subió y ni siquiera las versiones esenciales del Sandero se ajustaban a los famosos 7.000 euros de su predecesor. Pero todavía se podía comprar por menos de 10.000 euros y las variantes tope de gama no se alejaban mucho de esa tarifa. Por su parte, el Duster se mantenía por debajo de la barrera de los 15.000 euros, incluso con tracción total.
Se trataba de una evolución natural y a los clientes les pareció razonable. De hecho, el Dacia Sandero se convirtió en el coche más vendido en España en 2020. Sí, los coches de la marca rumana ya no eran tan baratos como antes, pero seguían teniendo un precio justo.
Entonces vino una pandemia y después la guerra de Ucrania. Todos conocemos las consecuencias y el sector del automóvil no se ha librado de ellas. Se fabrican menos coches por problemas de abastecimiento y absolutamente todos son más caros que antes. Los Dacia no son una excepción.
Nuevo capítulo en la historia de Dacia
La tercera generación del Dacia Sandero tiene un precio de partida de 12.790 euros en estos momentos, su versión Stepway arranca en 14.268 euros y el Dacia Duster está a la venta desde 17.440 euros, casi 1.000 euros más que cuando llegó hace un año. Pero ¿sigue siendo un precio justo?
La respuesta es sí. Hace mucho que la marca rumana dejó de ser low cost, pero sus coches siguen teniendo un precio acorde a lo que dan. Lo que pasa es que ofrecen bastantes más cosas que antes: desde motores más eficientes y capaces, como el gasolina de 150 CV del Duster combinado con el cambio automático EDC de doble embrague, hasta más equipamiento.
Por otro lado, Dacia también ha dejado de considerar prescindibles elementos como el aire acondicionado o la radio, aunque busca soluciones para seguir conteniendo el precio, como el soporte para teléfonos móviles y la app que permiten utilizar el smartphone como pantalla central del coche.
Solo hay comparar cada modelo de Dacia con sus rivales. Ningún otro utilitario ofrece lo mismo que el Sandero por ese precio; es más, cuesta encontrar un coche de ese segmento por menos de 15.000 euros.
Y lo mismo sucede con el Duster y el Jogger. Este último se ha incorporado al catálogo de la marca hace poco y es modelo de siete plazas más asequible del mercado, pese a que no puede considerarse barato con una tarifa básica de 17.440 euros.
Otro ejemplo es el Dacia Spring. Hoy por hoy, es lo más parecido que existe a un coche eléctrico barato. Está disponible desde 20.205 euros, pero esa cifra puede reducirse considerablemente con las ayudas del Plan MOVES.
A título personal, el planteamiento que ofrecen los modelos de la marca rumana ahora mismo me recuerda al de los Skoda de finales de los años 90 y principios de los 2.000. Salvando las distancias, son coches muy capaces en todos los sentidos a cambio de un precio más atractivo que el de sus rivales.
Lo que pretende a partir de ahora Dacia es explotar esa estrategia del ‘precio justo’ a través de un nuevo plan que ya se ha puesto en marcha y que pasa por redefinir el concepto de esencial.
Nuevo logotipo, nueva imagen de marca, concesionarios rediseñados, más opciones de personalización para sus coches a través de una paleta de colores más amplia y una gama con mucho más donde elegir, tanto en lo que respecta a modelos, como a motorizaciones.
Denis Le Vot, CEO de Dacia, lo explicó hace unos días en la presentación del Dacia Concept Manifesto: “Dacia seduce cada día a nuevos clientes que buscan lo que quizás sea lo más valioso en el mundo actual: lo esencial. Estos nuevos clientes aspiran a una sociedad responsable y razonable, a una nueva forma de concebir el automóvil.
“Un coche atractivo porque ofrece contenido, confort y diseño, y que es también de lejos el más asequible: ¡Dacia es eso! lo esencial sin concesiones, el diseño sin sobrecoste”, añadía Le Volt delante de un prototipo que, desde luego, no tiene nada que ver con ningún otro Dacia.
Este plan se reforzará en los próximos meses con la llegada de la nueva generación del Duster, de su hermano mayor, el Bigster, que será el primer Dacia del segmento C, y de la versión híbrida del Jogger, que utilizará el mismo motor híbrido no enchufable de 145 CV del Renault Captur E-Tech.
A la llegada de estos modelos se suma un catálogo de accesorios enfocado a exprimir a fondo las cualidades de estos coches. En el mismo evento en el que conocimos el Dacia Manifesto, la marca nos mostró algunas de sus nuevas propuestas.
Es el caso de la cama desmontable que convierte la parte trasera del Jogger en una cama para dos personas o la tienda de campaña que se acopla al portón de ese modelo.
El objetivo es cambiar la imagen de marca y la percepción que el público tiene de los Dacia, pero sin perder la rumbo. La idea es que la gente comience a ver un atractivo más allá del precio.
De alguna manera, el Duster y el Sandero ya lo han conseguido, por eso tienen tantos adeptos; es cierto que son más caros, pero también son coches mucho más interesantes que los primeros Dacia. Y eso funciona. Sin dejar de ser esenciales, son más atractivos y la gente está dispuesta a pagar un poco más por ese extra.
Ahora está por ver si siguen cosechando el mismo éxito -o más- tras desprenderse por completo de la etiqueta low cost. Lo que está claro es que Dacia ya no lo va a tener tan fácil como antes. Hace casi dos décadas fue, de lejos, la marca más barata del mercado y esa fue la clave para diferenciarse y crecer prácticamente sin ningún tipo de competencia.
En 2004, el Grupo Renault se marcó una jugada maestra con Dacia, anticipándose a la crisis económica de 2008. Desde entonces, Dacia ha sabido jugar muy bien sus cartas, tanto que lo ha pasado a hacer en otra liga, pero ya no está sola.
Con otra crisis en ciernes -o más bien en marcha- y un sector del automóvil completamente distinto al que había en 2008, los fabricantes chinos han pasado a ser una amenaza real en la era de la electrificación.
Más allá de firmas como DFSK o Maxus, MG está dispuesta a poner las cosas muy difíciles a la marca rumana. El MG ZS lo lleva demostrando varios meses y ahora es el turno del MG 4 completamente eléctrico, que no es tan barato como el Spring, pero ofrece mucho más y tiene un precio más atractivo que el de sus rivales.
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La noticia
Adiós a los chollos: Dacia redefine lo esencial, y lo vamos a notar en el precio de sus coches
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Motorpasión
por
Álvaro Ruiz
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