El coche eléctrico no es la única solución al problema de las emisiones de CO₂, o eso dicen los fabricantes italianos
La Comisión Europea lo tiene claro, en 2035 se prohibirá de facto la venta de coches nuevos que emitan CO₂, y por ende todos los que equipen un motor gasolina o diésel. La única solución para no perder movilidad, los coches eléctricos.
Para el jefe del lobby italiano del automóvil, Paolo Scudieri, los vehículos eléctricos no son la única vía eficaz para reducir las emisiones de carbono producidas por la industria automovilística.
Si bien hay cada vez menos voces disonantes en el seno de la Unión Europea en cuanto a la necesidad de reducir las emisiones de CO₂ del transporte, no todos están de acuerdo en la manera de lograrlo.
El hidrógeno verde, obtenido de energías renovables o en su defecto obtenido vía energía nuclear (en ambos casos no emiten CO₂), para alimentar coches y camiones eléctricos con pila de combustible, así como la industria, es también una opción planteada por la propia Unión Europea, aunque su coste es su principal piedra en el camino.
Otras tecnologías podrían contribuir a la descarbonización de la industria, cumpliendo los mismos objetivos en materia de emisiones y preservando al mismo tiempo los conocimientos técnicos y los puestos de trabajo en Italia, afirmó Scudieri, presidente de la asociación de la industria del automóvil ANFIA.
“Me refiero a la contribución tangible que pueden aportar los biocombustibles y los combustibles sintéticos, así como el hidrógeno”, dijo Scudieri al inaugurar la asamblea pública de ANFIA, añadiendo que la industria automovilística italiana ya está realizando grandes inversiones en hidrógeno.
Los combustibles sintéticos, llamados e-fuels, se están desarrollando para permitir que se sigan utilizando versiones apenas modificadas de los motores de combustión, y mantener así la movilidad de los automovilistas sin que se vean obligados a cambiar a los coches eléctricos de batería.
El riesgo de la destrucción de empleo
Para Scudieri, centrarse exclusivamente en la tecnología de los vehículos eléctricos, actualmente dominada por los productores asiáticos, pondría en peligro unos 73.000 puestos de trabajo en Italia en los próximos años, que no se verían compensados por los cerca de 6.000 nuevos empleos que se espera que cree la movilidad eléctrica. Según él, unos 450 proveedores en Italia, de un total de 2.200, corren el riesgo de cerrar el negocio, ya que todavía no han empezado a cambiar la producción hacia la tecnología eléctrica.
Curiosamente, un estudio encargado por los sindicatos y la industria automotriz alemana en 2018 arrojó una cifra similar a la del lobby italiano. Según ese estudio, el cambio a los coches eléctricos pondría en riesgo 75.000 empleos en Alemania, todos basados en la fabricación de motores térmicos y cajas de cambios así como en el área de ensamblaje.
La proposición de una reducción del 100% de las emisiones de CO₂ para 2035 en la industria del automóvil, que forma parte de un paquete más amplio de políticas sobre el cambio climático lanzado el año pasado, será debatida la próxima semana dentro del marco más amplio de una serie de políticas climáticas.
Al acercarse un voto importante en esta cuestión, todos los implicados en el sector del automóvil e industrial toman posición. Si bien las declaraciones de Paolo Scudieri son interesadas, lógicamente, tampoco podemos descartar otras soluciones técnicas que permitan reducir las emisiones de CO₂ en el transporte, como el hidrógeno verde.
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El coche eléctrico no es la única solución al problema de las emisiones de CO₂, o eso dicen los fabricantes italianos
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Motorpasión
por
Daniel Murias
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