Škoda Felicia FUN, la pick-up noventera que pasaba de dos a cuatro plazas casi por arte de magia
Una llamativa carrocería amarilla y la capacidad de pasar de dos a cuatro plazas en un abrir y cerrar de ojos. Esta era la carta de presentación del Škoda Felicia FUN, una pick-up de enfoque recreativo, nacida para conquistar al público más joven y que se convirtió en uno de los modelos más singulares concebidos por la firma checa.
Este Felicia FUN era una variante de la Škoda Felicia Pick-Up y, si bien era un claro ejemplo de modelo de nicho, más aún teniendo en cuenta que las camionetas no han gozado en Europa de la popularidad que tienen en Norteamérica, se mantuvo en producción cinco años. En total, de esta versión del exitoso utilitario antecesor del Fabia se fabricaron 4.016 unidades. Pero empecemos por el principio.
El origen de la Škoda Felicia FUN
Corría el año 1991 cuando Škoda pasaba a convertirse en la cuarta marca auspiciada bajo el paraguas del Grupo Volkswagen. Ello supuso un antes y un después para los modelos de la firma, tanto a nivel estético como tecnológico.
Así, el primer Škoda que se benefició de esta nueva era fue el Felicia. Y aunque estaba basado en la misma plataforma que su antecesor, el Favorit, trajo consigo un salto de calidad, con hasta 1.187 componentes nuevos, mejorando a nivel de confort y seguridad. Ingredientes suficientes para convertirlo en un éxito, esencialmente en la República Checa.
Este modelo, que retomaba la denominación del coupé clasico de la firma nacido en los años 60, fue presentado a finales de 1994 y comenzó su producción de forma inmediata.
Se trataba de un utilitario de cinco puertas que vino acompañado de varias variantes: el familiar Felicia Combi, el comercial Felicia Van Plus y la Felicia Pick-Up, una de las camionetas más asequibles que podían adquirirse en el Viejo Continente. Y de ésta última derivó el Škoda Felicia FUN.
Aunque, a su vez, esta variante más festiva de la Felicia Pick-Up tuvo su antesala en 1993. Aquel año, Škoda exhibió en el Salón de Frankfurt dos prototipos pick-up bautizados como Favorit FUN y que destacaban porque la parte trasera de su cabina podía abatirse eléctricamente, sumando rápidamente dos asientos adicionales en la caja. Característica que posteriormente heredó el protagonista de este artículo.
Donde caben dos, caben cuatro
Así, en 1995, pocos meses después de la llegada del Felicia, el Salón de Ginebra fue el escenario escogido para presentar la Škoda Felicia FUN. Toda su carrocería iba vestida en amarillo, incluyendo las defensas (aunque en una tonalidad más oscura), que fue el único color disponible en sus cinco años de vida y que le confería un aspecto tan llamativo como juvenil.
A ello también contribuía el alerón trasero, las llantas a juego o la tapicería negra con acentos en amarillo también. Y es que precisamente eran los jóvenes su principal público objetivo, pues en esencia esta Felicia FUN se presentaba como una opción recreativa para amantes del ocio al aire libre.
Para ser una pick-up, la Škoda Felicia FUN era bastante compacta: medía 4,24 metros de largo, 1,68 de ancho y 1,46 metros de largo y hacía gala de una batalla de 2,45 metros. Y, sin duda, su principal atractivo es que contaba con la misma solución presentada en las Favorit FUN.
Si bien la cabina era biplaza, su parte trasera, que tenía adosados otros dos asientos, podía desplazarse manualmente hacia la caja. Así, pasaba a convertirse en un cuatro plazas, quedando estos dos asientos adicionales al aire. Una solución de lo más simply clever, que se denominó ‘party trick’ (truco festivo, en inglés) y que se incorporó de serie en la Felicia FUN.
Además, y pese que restaban capacidad a la caja de la pick-up, reduciendo la profundidad de la zona de carga de los 1.370 milímetros a los 850 milímetros, quedaba espacio suficiente para cargar tablas de surf, bicicletas, útiles de camping o de escalada. El piso de la caja, por cierto, iba laminado en madera de abeto.
Todo ello se acompañaba con hasta tres opciones mecánicas de cuatro cilindros donde escoger, que no destacaban precisamente por su elevada entrega. Aunque no hay que olvidar que respecto a otras pick-up, la Škoda Felicia FUN era bastante pequeña, por lo que demandaba menor potencia.
Así, podía asociarse o bien a un propulsor diésel de 1.9 litros y 64 CV, o bien a dos gasolina: uno de 1.3 litros y 68 CV y otro de 1.6 litros y 75 CV, que era su opción más potente y que permitía a esta camioneta alcanzar una velocidad máxima de 163 km/h.
Según Škoda, día de hoy, esta noventera pick-up es de todas las versiones del Felicia la más codiciada en el mercado de segunda mano, precisamente por ser la más singular y por su tirada más limitada respecto al resto de variantes.
De hecho, si rebuscamos en webs de usados, hay varios ejemplares a la venta: una de ellas, que parece estar en bastante buen estado, se vende en Tenerife por 3.500 euros y poco más de 150.000 kilómetros recorridos.
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Alejandra Otero
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