Motorola estuvo a punto de comprar Huawei: esta es la historia de la transacción que pudo cambiarlo todo
En un sector tan repleto de rivales como es la telefonía móvil, descubrir que dos gigantes del sector como la estadounidense Motorola y la china Huawei pudieron haberse fusionado sorprende a propios y extraños por las implicaciones que hubiera tenido en el devenir de la industria. ¿Hubiera sufrido Huawei los ataques que viene padeciendo desde Estados Unidos o sería una más por su doble nacionalidad? ¿Cómo se fraguó esta compra y por qué no llegó a buen puerto?
Ya que están tan de moda los universos paralelos en la ficción actual, algo que da mucho juego para ver cómo serían las cosas cambiando la relación entre personajes, sería curioso emplear ese recurso en la industria tecnológica. De ejemplos de “qué hubiera ocurrido si” cierta compañía hubiera adquirido otra del sector hay muchos, como cuando Yahoo! no aceptó la oferta de Google que se ofrecía a ser comprada en sus primeros años de vida. También hay ejemplos de lo contrario. ¿Cómo serían las cosas si Facebook no hubiera comprado WhatsApp e Instagram? ¿Serían rivales o convivirían pacíficamente?
El caso que nos ocupa en este artículo, la posible fusión de Motorola y Huawei, no sólo afecta a cómo podrían haber cambiado las cosas en el sector de la industria móvil. También tiene implicaciones en la geopolítica, y sino sólo hay que echar un vistazo a las constantes trabas que Estados Unidos le está poniendo a Huawei porque está liderando la cada vez más presente industria del 5G.
Dos gigantes del sector: uno, Motorola, responsable de la propia creación de la telefonía móvil y de sus primeras décadas de vida, y el otro, Huawei, un gigante que en pocos años se ha convertido en uno de los principales actores de la telefonía móvil y de tecnologías futuras como el 5G, unidos para liderar el futuro de la telefonía móvil y alejándose cada vez más de una competencia que lucha a diario por hacerse con un pedacito del mercado.
Una alianza global
Pero vayamos al grano. Motorola quiso comprar Huawei por 7.500 millones de dólares. O tal vez habría que precisar que fue Huawei quien se ofreció a ser adquirida por Motorola. Corría el año 2003, en concreto el mes de diciembre, y según pudo saber el diario estadounidense Financial Times, especializado en información económica, el director de operaciones de Motorola de entonces, Mike Zafirovski, y el director de operaciones de Huawei de entonces, Larry Cheng, mantuvieron una reunión informal, y podríamos decir que secreta, en la isla de Hainan, en China. Para añadir más interés a esta reunión, al parecer también estaba ahí el propio Ren Zhengfei, fundador de Huawei.
Como decíamos, el objetivo de esa reunión era la compra de Huawei, principal proveedor de tecnología de telecomunicaciones en China, por parte de Motorola, un emblema del sector en Estados Unidos.
Y como sabemos, a día de hoy, ambas compañías siguen por caminos distintos. Si, en un principio, iba a producirse dicha compra porque había habido un acuerdo previo, ¿por qué no se llevó a cabo?
La importancia del contexto
Hoy, sería imposible que Motorola comprase Huawei. Si se anunciara esa compra, muchos sospecharían ya que, solamente mirando las cifras de negocio de cada compañía, Huawei es un gigante que gana más de 100.000 millones de dólares al año. En el ranking de empresas chinas, ocupa el puesto número 15, siendo la primera empresa privada, el resto son públicas o directamente pertenecen al estado chino. Y del sector tecnológico, sólo tiene por encima a China Mobile si bien se dedica a las telecomunicaciones.
Además, Motorola ya no es la Motorola que conocíamos. En 2011, Motorola se dividió en dos empresas, Motorola Mobility para los mercados domésticos y profesionales, y Motorola Solutions, enfocada a sectores empresariales más avanzados. Así, en 2012 Google se hacía con Motorola Mobility por 12.500 millones de dólares. Recordemos que en 2003 Motorola hubiera comprado Huawei por 7.500.
Y la historia sigue. Tras exprimir todas las patentes de Motorola, Google vende Motorola Mobility en 2014 a la china Lenovo por 2.910 millones de dólares. Curiosidades del destino. Obviamente, en esa compra no estaban incluidas las más de 2.000 patentes de Motorola, de ahí que el precio fuera menor.
En cualquier caso, como vemos, la situación de Huawei y Motorola en 2003 cambió mucho con los años hasta el punto de que sería más fácil que hoy Huawei se hiciera con Motorola que no al revés. Precisamente, Lenovo adquirió Motorola para introducirse en el mercado estadounidense, algo que a Huawei le iría bien de cara a hacer las paces con el gobierno de Estados Unidos que recela de la independencia de Huawei con respecto al gobierno chino pese a ser oficialmente una empresa privada.
El acuerdo que no fue
Volviendo a 2003, ¿qué salió mal? ¿Por qué no se produjo esa compra, deseada por ambas partes? Según Financial Times, la compra incluso tenía el beneplácito de Morgan Stanley y JPMorgan, representantes de Motorola en el acuerdo.
Uno de los motivos de que la compra fuera fallido es el mismo motivo por el que hoy en día Huawei tiene que vérselas con el gobierno de Estados Unidos. Y es que Huawei era una empresa privada, como he mencionado varias veces. La única relación de Huawei con el gobierno chino en aquel entonces era que su fundador, Ren Zhengfei, había sido miembro del Ejército Popular de Liberación y que la propia Huawei había vendido tecnología al gobierno chino y al propio Ejército Popular de Liberación, algo que no implica nada y que resulta inevitable dadas las dimensiones de estas organizaciones políticas y a las posibilidades de negocio que implican dentro de China.
Pero los recelos eran inevitables, y es que Motorola, una empresa estadounidense, tenía clientes principalmente estadounidenses, como las operadoras de telecomunicaciones AT&T y Verizon, que obviamente recelaban igual que ocurre hoy en día con ofrecer a sus clientes tecnología que pudiera usarse por parte del gobierno chino.
Con todo, el acuerdo de Motorola y Huawei se proponía ser del todo transparente y distribuyendo el peso de ambas de manera equilibrada tanto en China como en Estados Unidos para no levantar sospechas y para no infringir ninguna norma en ninguno de los dos países.
Curiosamente, Motorola no compró Huawei por algo tan simple como un cambio directivo de última hora y, en consecuencia, un cambio de criterio del que seguramente muchos siguen lamentándose tras tantos años.
Al parecer, durante las negociaciones entre ambas compañías, un proceso largo y tedioso pero en el que se habían fraguado unas relaciones personales más bien cálidas, el director de operaciones de Motorola de entonces, Mike Zafirovski, fue sustituido por el consejero delegado Ed Zander. Y si bien Zander estuvo de acuerdo en proseguir con las negociaciones, no quiso llevar a cabo la compra ante la negativa del consejo de administración de desembolsar lo que consideraban una elevada cantidad de dinero y por adelantado.
Fuera este el motivo real del desacuerdo o simplemente una excusa, está claro que esta decisión empresarial fue más mala que buena para Motorola. A los hecho me remito. En 2011 se divide en dos y en 2012 vende su parte más importante junto a sus más de 2.000 patentes logradas durante décadas, algo que no hubiera sido necesario de haber sido el gigante que nacería de la unión entre Motorola y Huawei.
Está claro que los gobiernos de Estados Unidos y China hubieran querido influir en esa unión durante años venideros, pero nunca sabremos qué hubiera supuesto ese matrimonio para el sector tecnológico ni sabremos si las luchas geopolíticas actuales hubieran sido las mismas.