Qué fue de todas las empresas que se “forraron” con los politonos
El destino, en ocasiones, te sale al paso desde las esquinas más insospechadas. Como el fondo de una botella de vodka. O las brumas de una resaca de muerte. Bien lo sabe el informático finlandés Vesa-Matti Paananen. Tras una larga noche de juerga en la que encadenó una cerveza tras otra, en 1997 se despertó con las sienes palpitantes y una sensación pastosa en la garganta. Al entreabrir los ojos y ver su Nokia Tune sobre la cómoda pensó que lo último que le apetecía en aquel instante era que el aparato empezase a sonar con su martilleante “ring ring”. Si alguien tenía que sacarlo de su sopor etílico —pensó Vesa-Matti— que fuera al menos con una melodía un poco más digna, como “Jump”, el temazo que 13 años antes había lanzado el grupo de rock Van Halen.
Dicho y hecho. Por arte de melopea, Vesa-Matti había ideado uno de los negocios más rentables de principios del siglo XXI: la descarga de politonos para móviles. Al poco tiempo el finlandés desarrolló Harmonium y dio el pistoletazo de salida a un mercado que en cuestión de años llegaría a mover millones de euros. Con casi el 40% de los ingresos totales de la venta de música digital en 2009, los tonos llegaron a generar en la UE una facturación cercana a los 700 millones anuales.
Las empresas que se dedicaban a la venta de politonos crecieron como las setas en otoño y los anuncios que animaban a enviar un SMS para descargarse la canción del verano o un chiste copaban minutos y minutos de televisión. El paroxismo del sector se alcanzó en 2005, cuando un politono se coló en la lista de los discos más vendidos de Reino Unido. Para desesperación de los grupies de Chris Martin, el machacón tono Crazy Frog Axel F batió en junio de ese año a Coldplay. Solo en Youtube el canal oficial de CrazyFrogEVO acumula algo más de 1.839 millones de visualizaciones —400 de ellas registradas a lo largo de los últimos 12 meses— del vídeo de la rana musical, que generó ventas por un valor que supera los 20 millones de euros.
Pero… ¿Qué fue de todas esas empresas que durante la primera década del siglo XXI se hicieron de oro con la venta de politonos? ¿Dónde están ahora? ¿Y a qué se dedican?
Movilisto, la triple corchea que copó la TV
Una de las compañías que más célebre se hizo durante el “boom” de los politonos es Movilisto. Si te esfuerzas seguro que aún recuerdas su logo: letras naranjas sobre un fondo azul, con una “M” mayúscula emulando a una triple corchea y las dos “O” como pequeños smiles. ¿Qué fue de ella? Una década después de la “fiebre midi”, de aquella empresa pujante queda poco más que la marca, el recuerdo y un enrevesado laberinto de cambio de nombres comerciales.
En plena efervescencia de las melodías midi, en marzo de 2003 Movilisto anunció su fusión por absorción con la firma iTouch. La operación se valoró en 60 millones de euros, lo que da una idea clara del negocio que suponía por entonces la descarga de politonos. Solo en 2002 Movilisto había alcanzado una facturación bruta de más de 36 millones y un beneficio de 12,9. Los propietarios y fundadores de la compañía española —Gonzalo de la Cierva y Karl Atle Kittelsen— lograron hacerse con un 20% del capital, lo que los convertía en los principales accionistas particulares de la nueva empresa. Para no perder su cuota de mercado, la compañía mantuvo ambas marcas y adoptó el nada sonoro pero muy útil nombre compuesto Itouch Movilisto.
En cuanto a Gonzalo de la Cierva y Karl Atle Kittelsen, impulsores de Movilisto, se puede encontrar abundante información sobre ellos en Internet. En especial sobre De la Cierva, un célebre empresario que participó en el desarrollo y gestión de numerosas compañías digitales, como IconMedialab, LetsBuyot, SpeedVentures, Whiplash… En 2007 tuvo una breve aparición en la prensa del corazón al casarse con Patricia Olmedilla, duquesa de Terranova y expareja de Jaime Martínez-Bordiú. En 2013 el empresario participó en el concurso “Tu oportunidad”, de TVE, adaptación del exitoso formato “Dragon´s Den” de Sony Pictures International. A diferencia del programa en el que se inspiraba, la versión española no cuajó. Solo se emitieron ocho episodios. En Twitter, De la Cierva se presenta como “fundador de distintas compañias de comunicación y nuevas tecnologías”.
Buongiorno Myalert y el carrusel de fusiones
En 2007 diferentes medios se hacían eco de una operación que vuelve a dar otra pista de las facturaciones millonarias que se movían en el sector. Según varias crónicas recogidas por Financial Times o Independent.ie, el operador italiano Buongiorno, dedicado también a los servicios y contenidos para móviles, habría adquirido iTouch por 141 millones de euros, suma que se compondría, según recogía entonces el medio irlandés, del abono de 129 millones —73,7 en efectivo y el resto en acciones— y asumir 12 millones de deuda neta. Una nota de la que se hacía eco por las mismas fechas Control Publicidad, precisaba que iTouch disponía de oficinas en 13 países y distribuía contenidos en 23, alcanzando una audiencia de más de 500 millones de usuarios.
Los caminos de las diferentes operadoras también siguieron entrelazándose en España. A Itouch Movilisto la encontramos en el BOE de finales de julio de 2009, documento en el que se hace pública su absorción —junto a Sociedad Unipersonal, Iniciativas Especiales S.L., Sociedad Unipersonal y Movilisto S.L— por parte de Buongiorno Myalert S.A. En septiembre de 2015 la firma se fusionaba por absorción con iTouch Finance 1 y 2 Limited y Velbox Mobile S.L.U. Poco después, en diciembre de ese mismo año, el BORME publicaba que la sociedad anunciaba un cambio de denominación para pasar a designarse D-Mobilelab Spain S.A. Hace dos años y medio, en abril de 2017, el capital social de la empresa ascendía a algo más de 10,83 millones de euros. En diciembre de 2018, una nueva publicación en el BORME notificaba que la sociedad D-Mobilelab Spain había aprobado su fusión con Velbox Mobile,”mediante la absorción de la última por la primera”. En su web, la compañía explica que se dedica a los “productos de entretenimiento para móvil”.
Según detalla el portal Einforma —especializado en información empresarial— la marca Movilisto sigue siendo de D-Mobilelab, que tiene sede en Madrid y se dedica a “la gestión, desarrollo e implementación de productos y servicios de información a través de la red de Internet y de la telefonía móvil”. A nivel internacional, en el verano de 2018 el diario Financial Times publicaba que el gigante japonés de la telefonía celular NTT DoCoMo buscaba desprenderse de Buongiorno tras haber entrado con fuerza en su accionariado en 2012 al abonar 209 millones para hacerse con el 94% de su capital social. Hoy, en España, una búsqueda rápida en Google muestra que DoCoMo, Buongiorno y D-Mobilelab arrojan los mismos datos de contacto. En los servicios de información empresarial de El Economista.es y Expansión se aportan las referencias de D-Mobilelab Spain para Buongiorno. Y en Internet se indica, a su vez, idénticos datos de contacto para D-Mobilelab y DoCoMo: misma dirección y teléfono en Madrid. La empresa nipona destaca por su expansión en los últimos años: en 2018 entró en Inbenta con la inversión de más de 5 millones.
Buongiorno Myalert, por cierto, la empresa que absorbió allá por 2009 a Itouch Movilisto es fruto de la fusión de la italiana Buongiorno.it con MyAlert, otra de las compañías más asociadas al “boom” de la venta de politonos. La operación trascendió durante el verano de 2001. Según informaba entonces Redestelecom.es, la firma italiana contaba con una cartera de clientes de 18 millones repartidos por todo el mundo y una facturación anual de 9,75 millones de euros.
El fundador de Myalert, Jorge Mata, volvía a aparecer en los medios en 2006 tras embarcarse en un nuevo proyecto tecnológico: Berggi, uns start-up centrada en la creación y desarrollo de redes sociales mediante telefonía móvil. Un año después alcanzaba ya los 250.000 clientes en todo el mundo. En 2008 Mata se convertía en consejero de Avánzit y en 2016 el BORME publicaba su nombramiento como administrador único de Locate Real Estate S.L.
Jamba, de los politonos a los servicios digitales
Otra compañía que destacó en el negocio de los politonos fue Jamba Entertainment S.L, que en marzo de 2009 notificaba a través del BORME que pasaba a denominarse Fox Mobile Distribution España S.L. Dos años después —en mayo de 2011— el mismo boletín informaba de otro cambio de designación: a partir de ese momento pasó a llamarse Jesta Digital España S.L., nombre que en 2014 mutó por Freenet Digital España S.L., domiciliada en Barcelona y que, al menos en septiembre de 2017, tenía a Peter Lorenz como administración único. Según Einforma, la empresa presta servicios digitales, entre los que incluye contenidos de información y entretenimiento.
A finales de 2013 la agencia de noticias Reuters ya se hacía eco del interés de Freenet, proveedor alemán de servicios de Internet, por hacerse con Jesta Digital con el objetivo de ampliar su presencia en el marketing móvil. Por entonces Jesta todavía se dedicaba al muy lucrativo negocio de la venta de contenidos de telefonía móvil, incluidos tonos de llamada, juegos, música… Y operaba con varios centenares de empleados repartidos por sus oficinas de Berlín y Los Ángeles.
Club Zed, presente en decena y media de países
Entre las firmas más reconocibles destacaba Club Zed, propiedad —según recogía elEconomista.es en 2006— de la multinacional española LaNetro Zed, compañía de contenidos móviles que por entonces estaba presente en una decena y media de países repartidos por todo el mundo y que había fundado Javier Pérez Dolset. Poco después, en octubre de 2007, el consejo de administración de la firma aprobaba cambiar de denominación social por Zed Worldwide, que pasó a operar bajo la marca comercial Grupo Zed en su deseo de dejar huella en el mercado internacional. Según el portal Infocif, el último anuncio publicado en el BORME relativo a Zed Worldwide S.A. es de julio de 2018 y en él se explica que la sociedad está en un procedimiento concursal. En eInforma y Empresite, de Eleconomista.es, se señala que está en liquidación. En agosto trascendía que la Audiencia Nacional citaba como investigado al empresario ruso Mijaíl Fridman, máximo accionista de la cadena de supermercados DIA y vinculado al grupo tecnológico desde hace una década, en el marco de la causa que investiga supuestas irregularidades en la quiebra de Zed.
El magistrado aceptaba así la petición de Fiscalía de imputar al magnate ruso por presuntos delitos contra el mercado, administración leal e insolvencia punible. La razón: las maniobras que, a ojos del Ministerio Público, habría realizado Fridman para adquirir la compañía por “un precio irrisorio” tras favorecer su quiebra. A través de sus abogados, Fridman recurrió su imputación. Cuando hace unas semanas acudía a declarar, el empresario ruso incidió en que no participó en la insolvencia de Zed y acusó a Dolset de emplear “documentos falsos” para, de forma “torticera”, tratar de implicarlo.
Yavoy, un caso a parte: los tonos de espera
Entre las firmas que bombardeaban día y noche las televisiones con anuncios machacones destaca Yavoy, si bien —a diferencia de las otras marcas— se trataba de un servicio ofrecido por una de las grandes operadoras de telefonía del país: Movistar. Tampoco vendía politonos, sino audios que sustituían los tonos de espera. En su web Movistar aún informa de que la aplicación permite reemplazarlos por melodías, chistes, bromas… La suscripción semanal es de 2,49 euros.
El negocio de la descarga de politonos para móviles fue sorprendentemente próspero, pero también tuvo sus capítulos turbios. En 2008, por ejemplo, la Comisión Europea concluía que los 25 sitios web de descarga de melodías, fondos de pantalla, complementos… que había analizado en España incumplían la normativa comunitaria en cuestiones como la publicidad engañosa o la falta de información al cliente. En realidad no se trataba de un problema exclusivo de España: de las 558 páginas webs que la CE había controlado en toda la UE, 466, el 80%, necesitaban un estudio más pormenorizado ante las posibles infracciones identificadas por los expertos.
La CE alertó de las irregularidades en el sector
Las deficiencias más comunes detectadas por los expertos de la CE eran la flagrante falta de información para que los clientes pudiesen contactar con las empresas de descarga, la publicidad engañosa que estas empleaban o, directamente, la ausencia de datos obligatorios.
A algunas compañías lo de saltarse a la torera la legislación que protege a los consumidores le salió caro. Club Zed tuvo que pagar una sanción de 200.000 euros después de que un grupo de usuarios denunciase ante la Agencia Española de Protección de Datos que había hecho un uso indebido de su información. Club Zed recurrió la sentencia, pero la Audiencia Nacional la ratificaba en 2015. No fue la única. Un año antes la CNMC multaba por algo similar a Bytel.
La propia FACUA divulgaba en 2009 un estudio centrado en once compañías dedicadas a la descargas de contenido para móviles. Tras ponerlas bajo la lupa, la agrupación de consumidores concluía que el sector estaba “plagado de abusos” y necesitaba con urgencia que el Ministerio de Industria desarrollase un “código de conducta” para regularlo. Ya entonces Facua alertaba de “precios desproporcionados”. Por ejemplo, descargarse una melodía podía costar hasta 6,38 euros y un juego rozaba incluso los 10. “Con servicios de suscripción los usuarios pagan entre 13,92 y 21,58 euros mensuales por recibir los mensajes invitándoles a realizar descargas, a lo que hay que añadir las conexiones a Internet para hacerlo”, incidía FACUA en su informe.
No fueron los abusos de las empresas sin embargo lo que precipitó el pinchazo del negocio de los politonos. De eso se encargaría en gran medida la propia evolución del mercado y la tecnología. Poco a poco los móviles empezaron a incluir herramientas bluetooth que permitían compartir archivos de forma gratuita, MP3, nuevas modalidades de notificaciones sin audio —vibración o señales luminosas, por ejemplo—, aplicaciones para componer sintonías exclusivas, la posibilidad de descargas directa desde la Red… Cuando los politonos empezaron a sonar en todas partes y a todas horas la propia sociedad se volvió más restrictiva al tolerar su uso en espacios públicos. Las facturas que la SGAE pasaba a las compañías tampoco ayudaban demasiado.
Al sector le siguen quedando sin embargo pequeños reductos en el mundo. En 2016, por ejemplo, Nigeria se gastaba una suma millonaria en la compra de politonos para móviles.
Artículo actualizado a 1 de noviembre de 2019.
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Qué fue de todas las empresas que se “forraron” con los politonos
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Xataka
por
Carlos Prego
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