Los porqués de la desobediencia de Sebastian Vettel que pone en jaque el equilibrio interno de Ferrari
Después del Gran Premio de Rusia nada debería volver a ser igual en el equipo Ferrari. Los de Maranello perdieron una victoria cantada por culpa de una estrategia demasiado ambiciosa y, sobre todo, de una desobediencia de Sebastian Vettel. Charles Leclerc tuvo que ver cariacontecido como de nuevo los dos Mercedes hacían el doblete en Sochi.
Sí, fue el virtual Safety Car quien actuó como brazo ejecutor del desastre, pero lo que causó que Leclerc estuviese en el lugar y el momento equivocado fue tenerle que hacer un undercut a tu propio compañero de equipo para restablecer el orden que Vettel se negó a cumplir. Otra carrera más al montón de Grandes Premios que Ferrari pudo ganar y no lo hizo.
Vettel fue más rápido que Leclerc en carrera
La estrategia era clara, aunque cuanto menos llamativa. Ferrari, estando a 133 puntos de Mercedes en el campeonato de constructores, decidió que era necesario arriesgarlo todo en busca de un doblete. Ordenó a Leclerc que le diese su rebufo a Vettel en la salida para que el alemán adelantase a Lewis Hamilton y, de paso, también al propio Leclerc.
Era prácticamente inevitable hacer lo uno sin lo otro, de hecho, era lo más recomendable en cuestiones de seguridad. Si todo salía bien, como así fue, Vettel debía devolverle el liderato a Leclerc. Además, después de la primera vuelta salió a pista un coche de seguridad, por lo que la oportunidad era pintiparada.
Pero no lo hizo. Vettel comenzó a tirar desde el relanzamiento, y lo cierto es que lo hizo con mejor ritmo que Leclerc. No solo era porque el aire turbulento de su compañero estuviese afectando al monegasco, es que Vettel por primera vez en todo el fin de semana tenía un poco más de ritmo que Leclerc.
Sin embargo las órdenes desde el muro eran claras. Leclerc tenía que estar delante, había una imagen que dar, más aún tras el polémico undercut de Vettel en Singapur. Así pues, el equipo tuvo que tomar una decisión drástica: castigar en directo a su piloto estrella, a su campeón, delante de todos y con un undercut descarado en favor de Charles Leclerc.
Lo que no acercaron a ver en Ferrari fue que el MGU-H del propio Vettel estaba a punto de fallar. La parte eléctrica del motor dejó tirado al monoplaza de Maranello en un punto complicado, provocando un virtual Safety Car y permitiendo que los dos Mercedes perdiesen mucho menos tiempo en boxes que Leclerc, que ya había parado antes para ejercer el castigo a Vettel.
Carlos se pone las Bottas.
Gran salida de Sainz, 4º. #RUSmovistarF1 pic.twitter.com/ZbDYaV7Kd1— F1 en Movistar+ (@movistar_F1) September 29, 2019
Un desastre del que hay muchas conclusiones que sacar. Primero Ferrari, que incomprensiblemente puso en riesgo una victoria cantada para asegurarse un doblete que no les aportaba ningún extra. Se podría pensar que el objetivo era que Vettel ejerciese de escudero de Leclerc ante Hamilton, pero el monegasco visto lo visto en entrenamientos no lo necesitaba. Era muy superior.
Aunque quizá el que más tiene que aprender es el propio Leclerc. Su velocidad sigue siendo digna de un campeón, pero su actitud no. Otra vez asumió un incomprensible rol de equipo en una gran figura de la Fórmula 1 como ya es Leclerc. Pareciera que el monegasco todavía no se crea que es uno de los mejores pilotos de la categoría, como si siguiese siendo un simple novato. El papel de niño bueno ya se le queda pequeño.
Nadie imaginaría a grandes figuras como Michael Schumacher, Lewis Hamilton, Fernando Alonso, Ayrton Senna o Max Verstappen poniendo en riesgo un fin de semana en el que han sido muy dominantes por ayudar a un compañero de equipo que no se juega nada y que, con un coche superior, simplemente no pudo clasificar delante de su rival.
Después de la carrera el jefe de Ferrari, Mattia Binotto, intentó hacernos creer que todo lo que vimos y escuchamos en realidad no sucedió: “Paramos primero a Charles porque sus neumáticos se habían gastado primero”, trataba de colar Binotto para justificar lo que fue un ajuste de posiciones por la fuerza, en vivo y en directo.
Lo que sí admitió Binotto es que “obviamente, mirando el vídeo, viendo el comienzo, la salida resultó como estaba planeada, y por lo tanto pensamos que era correcto pedirle a Seb que cambiara de posición”. Pero el resultado fue que eso nunca sucedió, que Ferrari tuvo que salir del timming de carrera para solucionarlo y que allí quienes pescaron fueron los de siempre, Hamilton y Mercedes.
Ya son seis carreras que Leclerc pudo ganar y no lo hizo
Lo más interesante a partir de ahora será ver si cambia la actitud de Charles Leclerc. El monegasco lleva dos carreras seguidas perdidas por estrategias cuestionables de Ferrari, que una y otra vez compromete sus carreras pese a ser el piloto con más ritmo. Si algo estamos viendo en 2019 es que Leclerc es una esponja, aprende de todos sus errores, de todo lo que le pasa. Será mejor en Suzuka.
Y es que 2019 está siendo un desastre para Ferrari en general y Leclerc en particular. El sophomore de Maranello era el piloto con más ritmo en Baréin, Bakú, Mónaco, Austria, Singapur y Rusia, pero no pudo ganar ninguna de esas carreras. Sin los errores de pilotaje, los fallos mecánicos y las estrategias delirantes de Ferrari, quizá el mundial de pilotos no estarían tan sentenciado como lo tenemos.
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Motorpasión
por
Roberto Rodríguez
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