Un año después del Pocophone: sin sucesor, pero con un legado vivo en Xiaomi
Se ha cumplido un año del lanzamiento de uno de los terminales más mediáticos de los últimos tiempos, el Pocophone F1 de Poco, la submarca de Xiaomi. Casi todos los smartphones de Xiaomi suelen impresionar por el bajo precio con el que se lanzan en China y con el que desembarcan en Europa frente a sus competidores, pero lo del Pocophone F1 fue distinto.
Sorprendió más de lo normal, pareciendo no uno más, sino un modelo de esos que pueden cambiar las reglas del juego de la industria. Uno de esos terminales que lanzan un órdago al resto de marcas, por cómo logran aunar las especificaciones más altas con un precio rompedor. Llegó como una amenaza a los terminales de gama alta de OnePlus y Honor, pero siendo visto como que podía hacer daño a cualquier terminal de fabricantes grandes. Veamos si ha marcado el antes y después que esperábamos.
El Pocophone F1 no fue el primero de su estirpe, y probablemente no será el último
La industria del smartphone sigue tendencias y ciclos, y cuando pasa cierto tiempo entre ellos, a menudo es fácil que olvidemos de dónde venimos. Recordar es muy útil para analizar qué efectos puede presentar un lanzamiento, pese a encontrarnos en momentos diferentes en todos los sentidos.
El Pocophone F1 llegó para cambiarlo todo, no por ser el mejor, el más innovador o el más deseado, sino por democratizar la gama alta hasta niveles desconocidos entre sus rivales en su momento de lanzamiento. Así les fue a los que podemos considerar sus verdaderos predecesores.
Ya adentrados en la era del smartphone moderno, Google sorprendió a todos con el Nexus 4. Sí, era el cuarto Nexus, y por esa parte era poca la novedad. Era la segunda mitad del año 2012, y tocaba un lanzamiento de la familia que mejor representaba lo que Google quería que fuese Android. Hasta ese momento, los Nexus habían sido terminales caros. No carísimos, pero sí de precios de gama alta de la época.
El Nexus 4 cambió muy poco de su filosofía respecto a los anteriores. Contaba con lo mejor del mercado en cuando a especificaciones, un Snapdragon S4 Pro, 2 GB de RAM, pantalla HD 720p, lo que unido a la clásica optimización de Google en sus terminales, hizo que el sistema volara. La sorpresa no fue esa, sino conocer que Google lo comercializaría por 299 euros y 349 euros, con 8 GB y 16 GB de almacenamiento respectivamente. Los precios de sus competidores ya estaban en los 600 euros o incluso los superaban, y contar con “las mismas” especificaciones por la mitad de precio parecía que iba a poner patas arriba el mercado.
Más tarde hablaremos brevemente de cuál fue su efecto, pero antes comentaremos otros dos teléfonos más que precedieron al Pocophone F1. El segundo fue el inesperado Nexus 5, que subió de almacenamiento y algo de precio, pero mantenía la promesa original del Nexus 4, especificaciones de gama alta al precio de la media, con mejoras importantes en apartados como la cámara o la pantalla. Tenía fallos importantes, pero es recordado por muchos usuarios y periodistas como uno de los mejores terminales de siempre. Como anécdota, al año siguiente el Nexus 6 rendía peor en el día a día que el Nexus 5, que siempre tuvo un funcionamiento veloz y exquisito.
Meses después, ya en 2014, OnePlus presentaba el esperadísimo OnePlus One, el “flagship killer” que emulaba la estrategia de altas especificaciones a precio de escándalo de los dos Nexus que hemos repasado. Incluso subía la apuesta, porque llegaba por 269 euros en su modelo base y 299 euros en su modelo de 64 GB. Además, lanzaba un guiño a todos los usuarios seguidores de las ROMs de CyanogenMod, pues en lugar de una capa propia, desde la compañía china apostaron por CyanogenMod 11S.
Estos han sido los tres grandes predecesores (al menos en Europa y Estados Unidos) del Pocophone F1. Iban a cambiarlo todo, pero por una cosa u otra quedaron solo en un gran recuerdo, sin una gran incidencia real en la estrategia de gama alta de los compañías a las que alguno, como killer, venía a asesinar.
Los Nexus siempre tuvieron grandes problemas. En el caso del Nexus 4, el precio sorprendió tanto que durante meses y meses hubo problemas de stock que hacían imposible comprarlo, porque además el stock fue muy bajo. En el caso del Nexus 5, Google aumentó el stock y el terminal se lanzó en más superficies, pero le faltó algo de lo que han adolecido todos estos terminales: marketing y una estrategia clara de venta más allá de para los entusiastas.
Su efecto en Samsung o HTC, las grandes marcas en Android de aquella época fue bastante bajo. Por una parte, Google subvencionaba estos terminales, algo que Samsung como gran líder no necesitaba hacer (aunque sí podía considerarlo competencia desleal), pero por otra, los Nexus tampoco eran terminales de 700 euros a mitad de precio. Pese a las mejoras, contaban con cámaras y autonomías mediocres, fallos de diseño, etc. Importantes y mediáticos, sí, pero no gama alta con todas las letras.
El efecto del OnePlus One también fue bastante reducido en un mercado que ya estaba acostumbrado a estos lanzamientos. El bajo precio del OnePlus One atrajo a usuarios muy tecnófilos, pero incluso para el nicho fue difícil hacerse con uno, pues hacía falta conseguir una invitación que habilitaría el proceso de compra en una página web.
Además, como los Nexus, el OnePlus One prometía mucho, y en áreas como el rendimiento o la autonomía cumplía, pero no tenía banda de 800 MHz en 4G, tuvo fallos reconocidos por la compañía en la pantalla con toques fantasma y contaba con una cámara muy poco comparable a la de un iPhone 5s o 6, o un Galaxy S5 o Note 4, esos terminales con los que venía a acabar. El resto de fabricantes siguió fabricando y vendiendo como siempre, y si cayeron fue más por otras dinámicas de mercado que porque los Nexus o estos primeros OnePlus hicieran daño real.
El Pocophone F1 se parece mucho a todos ellos, con especificaciones que prácticamente habrían sido equivalentes de haberse lanzado entre 2012 y 2014. Incluso en precio ha sido muy parecido, en la franja baja de los 300 euros. Donde quizá difiera es que la posición en el mercado de Xiaomi es mucho más potente que la tenía Google en la distribución y promoción de los Nexus, y no tiene comparación a la OnePlus de la época. Quien ha querido un Pocophone F1 ha podido comprarlo, el boca a boca con Xiaomi es muy fuerte y ha sido un terminal estrella en medios y en YouTube.
Qué ha sido y qué ha supuesto realmente el Pocophone F1
Hace un año, fui uno de esos usuarios que realizaron el proceso de reserva. Llegó pronto a mis manos y estuvo en ellas durante un par de meses. A diferencia de lo que me había pasado con los otros terminales que hemos repasado, que también tuve, con el Pocophone F1 sabía qué esperar: un terminal de gama media, pero potenciado por especificaciones de gama alta en almacenamiento, procesador, memoria, batería, desbloqueo facial, etc.
Siempre sentí que la propuesta de Xiaomi y Poco con el Pocophone F1 era más honesta que las anteriores. Hubo algo de “flagship killer” antes de su presentación, pero en ella la clave de marketing fue “Master of Speed” (maestro de la velocidad). Que reinara podía ser algo cuestionable en tests de velocidad, pero era realista considerando que contaba con el procesador disponible más potente del mercado, el Snapdragon 845, junto al almacenamiento UFS 2.1 y a refrigeración líquida que no hacía milagros, pero lograba que el rendimiento sostenido fuese alto.
La experiencia con MIUI y su launcher especial para el Pocophone siempre fue muy buena, como la que habría tenido en un gama alta de la compañía y de competidores. Fluidez total en aplicaciones pesadas y en juegos. Lo que hubiera achacable sería más culpa de MIUI que de otra cosa, como el famoso problema que durante meses no se solucionó y que mataba parte de la experiencia Android: la desaparición de los iconos de notificación de la barra de estado, debido al poco espacio que dejaba el notch.
Ese era un detalle en el que también fallaron modelos superiores. Lo que se echó mucho de menos fue la conectivididad NFC para pagos móviles que terminales como el Mi 8 sí tenían, o el soporte de Netflix en HD que tardó meses en llegar, pero llegó.
Gracias a sus 4.000 mAh, con el Pocophone F1 fuimos testigos de estar ante una de las mejores autonomías del mercado, con hasta ocho horas de pantalla en días exigentes, algo que sorprendía y permitía hacer de todo sin preocupaciones a partes iguales. También era superior a lo esperable por 329 euros su sonido, estéreo, que es algo que incluso a día de hoy no suele verse por la gama media.
Por lo demás, dentro de esa honestidad de la que hablaba, al Pocophone F1 no se le podía pedir más (salvo lo que fueron arreglando por software). Su material principal, el plástico, era peor que el aluminio de hermanos pequeños como el Xiaomi Mi A2, y su grueso borde inferior explicaba claramente que había poco refinamiento en su diseño.
Era un terminal grueso y tosco, pero, de nuevo, costaba 329 euros y te daba lo más rápido del mundo Android. Salvando que la pantalla tenía una respuesta táctil algo deficiente, el apartado visual era similar. Un panel Full HD+ normalito y con buen brillo, sin alardes ni sorpresas en ángulos de visión o reproducción de color.
En cámara Xiaomi sí colocó al Pocophone F1 por encima de lo que ofrecían el Xiaomi Mi A2 (que incluso le superaba en precio en el modelo de 6 GB de RAM) o el Redmi Note 5, que se pusieron varios peldaños por delante de competidores con un gran procesado y un rango dinámico remarcable. Así, daba más de lo que podía esperarse por 329 euros, y aunque tuviera defectos como perder mucha nitidez con el HDR o no poder desactivar la belleza en modo retrato, de nuevo no era nada de lo que estuvieran libres otros hermanos mayores. No había lentes teleobjetivo o ultra gran angular, y tuvimos que conformarnos con una segunda lente para medir profundidad, pero no podía pedirse más.
Casi todo lo relativamente negativo que hemos repasado no importaba, era justamente lo esperado al ver la presentación de la compañía, porque atrás había quedado eso de “hace lo mismo que X por la mitad o un tercio”. Ni Xiaomi lo promocionó así, pues además tenía terminales superiores a los que el Pocophone F1 no hacía por parecerse, ni el mercado estaba en ese punto.
Como sucesor en muchos apartados de los Nexus o el OnePlus One, el Pocophone F1 tampoco ha cambiado las reglas del juego de la industria. Ha dado enormes satisfacciones a usuarios que por un tercio de lo que cuesta hoy en día la gama alta pudo disfrutar de esa misma potencia, pero no ha sido una amenaza para los Honor más caros o OnePlus, que sí llegó a cuestionarse que podría sufrir como marca por el estatus que los entusiastas de las especificaciones y la velocidad estaban dando al Pocophone F1. Cuando repasas punto por punto lo que es un OnePlus y lo que es el POCO, ves que las diferencias son grandes en varios apartados. Quizá no importantes para todo el mundo, pero existir, existen.
OnePlus y Honor no solo no han bajado precios, sino que incluso los han subido, al igual que el resto de marcas importantes en Android. Un caso en que sí pudo influir mucho el Pocophone fue en el Honor Play, cuyo precio se anunció para Europa tres días más tarde que el del Poco, y curiosamente fue el mismo de partida: 329 euros. Sospechoso, cuando menos.
Más allá de este caso, el resto tampoco es que haya lanzado terminales para competir directamente con el Pocophone como fruto de sentir esa amenaza de la que hablábamos. Como mucho, hemos visto a Samsung mejorar su gama media, que ahora está mejor en cuanto a especificaciones y relación calidad-precio, e incluso lanzar un gama media premium como el Galaxy A90 5G. Sin embargo, a 759 euros, es difícil considerarlo competidor del Pocophone F1, por más que sea “gama media”.
Qué ha pasado con el Pocophone F1
Si en el caso de los Nexus o OnePlus fue lo limitado de su marketing y distribución lo que les privó de un éxito más amplio, junto a una estrategia que los demás no podían copiar por no aplicar márgenes tan bajos dado su modelo de negocio, en el caso del Pocophone F1 la causa de no haber influido tanto en los rivales más vuelve a ser un poco esto último. El terminal ha sido relativamente exitoso, vendiendo 700.000 unidades en sus tres primeros meses, pero no deja de ser una cifra muy alejada de los 15 millones de Redmi Note 7 vendidos en seis meses o de los tres millones en cuatro mesesde la familia Mi 9T y Redmi K20, de la que ahora hablaremos.
¿Por qué no ha sido tan exitoso como estos últimos terminales, con precios similares? Esto es lo que contó a The Economic Times el analista Navkendar Singh, director de investigación de IDC India: “Poco se lanzó para ofrecer algunas especificaciones concretas de gama alta a precios de gama media, con claros sacrificios en el diseño. Se lanzó como una opción de actualización la gran base de usuarios de Xiaomi sin que fuera necesario que gastaran lo que cuesta un gama alta. La respuesta realmente fue mixta“.
Como siempre, sin estudios de mercado es difícil saber a ciencia cierta, pero el mercado ahora no es el que era en 2013. Por mucho que el Pocophone ofreciera por 329 euros, las diferencias con un Xiaomi Mi A2 eran muy pequeñas en aspectos como el diseño, donde incluso perdía. Contar con lo último de Qualcomm era mucho más importante en la era del Nexus 5 es mucho más importante que ahora.
Muchos procesadores actuales de gama media, como el Snapdragon 710 o el 730, dan una experiencia más que satisfactoria en la mayoría de apartados, frente a los débiles Snapdragon 400 o 200 que imperaban en terminales de 300 euros en aquella época. Las especificaciones puras siguen maravillando a los entusiastas, pero la fuerza bruta ya no es necesaria para lograr una experiencia fluida y satisfactoria. Y todo por un precio inferior en muchos casos al del Pocophone F1.
La gran incógnita: ¿veremos el Pocophone F2?
La gran pregunta que muchos nos hacemos a estas alturas, cuando por el plazo anual ya habría tocado que Xiaomi y Poco presentaran el Pocophone F2, es si dicho modelo existirá. El mercado siempre es imprevisible y no es posible predecir acontecimientos futuros, y Xiaomi es incluso más imprevisible en prácticamente cualquier ángulo de su estrategia.
Sin embargo, hay un detalle que nos hace pensar que probablemente no haya un Pocophone F2, y es que el jefe de producto de POCO, Jai Mani, abandonó Xiaomi en julio de este año. Ha sido sustituido por Alvin Tse. Por otra parte, como vemos a continuación un representante de POCO no descartó que un sucesor directo fuera a existir, pero sí argumentó en una entrevista que el equipo centrado en Pocophone era pequeño, y que de momento solamente trabajaba en el terminal que sigue a la venta.
POCO was made to remain independent. POCO uses Xiaomi's services like logistics, support etc. POCO has it's own product strategy. Right now POCO is too small & their focus is still on POCO F1. (2/2)
— Sudhanshu Ambhore (@Sudhanshu1414) July 29, 2019
Por otra parte, este representante desmiente que la familia Redmi K20 (Mi 9T en España) sea sustituta del Pocophone F1, como muchas veces se ha podido argumentar. Sin embargo, veamos qué ha pasado en India, el mercado por antonomasia para del Pocophone (se presentó allí en primer lugar y se opera desde allí). El Pocophone F1 se lanzó desde 20.999 rupias, y el Redmi K20 a 22.000 rupias. Es decir, un precio extremadamente cercano. No le sustituye, pero ocupa su puesto en precios en cuanto a la familia en 2019.
Si venimos a España, el Pocophone F1 se lanzó por 329 euros, mismo precio exacto al que Xiaomi lanzó el Mi 9T. Por 399 euros ha lanzado el Mi 9T Pro. Y sean o no los sucesores del Pocophone F1, a nosotros nos lo parecen espiritualmente, y como antes repasábamos, el mercado ha respondido mejor que con el Pocophone F1. Todo ello, teniendo en cuenta que uno de los dos modelos es bastante superior en precio.
El Pocophone F2 no existe, pero el F1 tiene sucesores espirituales
Si bien el Xiaomi Mi 9T no es totalmente un sucesor del Poco, porque no sigue la filosofía de tener lo mejor de Qualcomm, y en lugar de un Snapdragon 855 ha llegado con un Snapdragon 730, la realidad es que en todo lo demás está a la par o por encima. Y aquí vuelvo a traer a colación el asunto de que las especificaciones brutas importan ahora menos que en 2013, mientras que ha ganado importancia experiencia global.
Y por el mismo precio del Pocophone F1, el Xiaomi Mi 9T este año trae un panel AMOLED mucho mejor que su LCD IPS, con un buen lector en pantalla, un diseño mucho más premium y refinado en cuanto a aprovechamiento del frontal, chip NFC para pagos móviles, misma batería y mismo almacenamiento y RAM, junto a la presencia del jack y de un elemento que aporta valor como es la cámara periscópica. Por no hablar de la triple cámara, que este año suma teleobjetivo y ultra gran angular.
Frente a todo eso, el Xiaomi Mi 9T “solamente” pierde el Snapdragon 855 y se conforma con un Snapdragon 730, pero que es el mejor chip de gama media alta que hemos visto en mucho tiempo: tan rápido en CPU como el Snapdragon 835 y cercano al 845, y entre el 821 y el 835 en GPU. Y todo ello, consumiendo mucho menos y con un calentamiento ínfimo, gracias a su proceso de fabricación de 8 nanómetros. ¿Echará un hardcore gamer un 855 ó 855 Plus? Es bastante probable.
Pero pienso que todo lo enumerado supera con creces la oferta global del Pocophone F1 el año pasado. Si tener la máxima potencia es nuestra prioridad, añadiendo 70 euros al precio del POCO, este año nos llevamos el Mi 9T Pro, con todas las ventajas del 9T. Quizá no convenza a todos, pero la amenaza de Xiaomi en ese sentido se llama OnePlus, y contar con el 855 sigue muy lejos del precio del 9T Pro. A 160 euros por encima, en concreto, con el OnePlus 7.
El analista indio de IDC ampliaba así sus declaraciones a The Economic Times sobre el actual papel de la marca frente a Redmi: “Ahora, con esta estrategia de precios agresivos como la familia K [en referencia a los K20] de Xiaomi, con sus especificaciones, hardware y diseño de gama alta, la razón de existir de POCO como marca está en duda“.
Lo cierto es que cuando Redmi fue presentada como marca separada la sensación era que lo Mi serían terminales premium a nivel global, y los Redmi quedarían para la gama media de menos de 300 euros y la gama baja. Sin embargo, con los Redmi K20 Pro, esa línea es tan difusa que todo se ha quedado casi tal y como estaba, con otro nombre.
Pocophone F2 y su sentido en la Xiaomi actual
Doce meses después del lanzamiento del Pocophone F1, Xiaomi sigue siendo prácticamente la misma compañía, igual de imprevisible que siempre. Y eso lleva a cambios aquí y allá que con el tiempo sí se hacen notar. En este período hemos visto terminales de todo tipo. Años atrás hablábamos de la saturación de mercado de Samsung o de Huawei, pero con el catálogo de Xiaomi puedes ir saltando prácticamente de 20 en 20 euros sin dejar de encontrar smartphones competitivos. Hay tantos, que incluso a los que analizamos smartphones nos cuesta encontrar sitio y sentido en la gama para todos ellos.
El sentido del Pocophone F2, si llegara con la filosofía del primer modelo, no estaría del todo claro. Entre los pequeños pasos en otras direcciones que Xiaomi ha dado en 2019 encontramos a un Xiaomi Mi A3 que este año es más premium que el Mi A2 en algunos apartados, pero que en el fondo nos parece un Mi A3 Lite que ha subido de precio por tener un status más elevado con componentes como una pantalla AMOLED.
En la misma línea ha llegado el Redmi Note 8 Pro, sucesor de un terminal que aquí no se lanzó, y también más aportando más valor que antes en su gama, con un enfoque gaming y estrenando el nuevo sensor de 64 megapixeles. Esta gama 2019, por si ya fuera poco, se ha completado con el Xiaomi Mi 9 Lite, que supone un gran salto sobre el Mi 8 Lite (encarna lo que esperábamos del Mi A3), y que por tanto ha subido de precio.
Así, en general, tenemos una gama más saturada en la franja que rondaba el Pocophone F1, sin olvidar el Mi 9 SE y los mencionados Mi 9T y 9T Pro. El año pasado, al menos en España, entre el Xiaomi Mi A2 y el Mi 8 se sentía un gran espacio, como si faltara algo más potente sin llegar a la sensación de gama alta innovador que podían tener el más alto de la familia o el Mi Mix 2S. Y llegó POCO a encajar todas las piezas y a dar a muchos usuarios un terminal para no preocuparse por sacrificios en potencia, juego y autonomía.
Este año, los Mi 9T e incluso el Mi 9 Lite (y el Redmi Note 8 Pro por su espíritu gamer) ocupan todos los tramos en los que competiría una segunda versión. Y sí, Xiaomi ha demostrado que no le importa canibalizarse a sí misma, pero nos cuesta encontrar el sentido a lanzar algo con prácticamente el mismo enfoque de lo que ya tiene en el mercado. El Pocophone F2 podría volver a llegar con sacrificios en materiales o pantalla, pero ¿por qué lanzarlo si otros sin ellos y al mismo precio o algo superior están triunfando mucho más de lo que lo hizo el terminal presentado en India?
Otra opción sería hacer un terminal más premium que el F1, a mayor precio que él y que el Mi 9T Pro, pero eso le acercaría enormemente al Mi 9, que se supone que es el terminal de más gama dentro de la vasta familia. También podría lanzarse un Pocophone F2 en 2020, sin lanzar hipotéticos Mi 10T.
Aun así, hay que repetirlo: a Xiaomi no se le puede analizar desde la racionalidad que supondría no “pisar” unos terminales con otros, y eso puede hacer que mañana veamos un Pocophone F2 al mismo precio de 2018, pero desde mi punto de vista su hueco ha sido llenado por otros, incluso más satisfactoriamente. El anhelo y la nostalgia pueden ser fuertes un año después, pero la opinión de quien esto escribe, sería caer en el “cualquier tiempo pasado nos parece mejor”, sin serlo.
De momento, a Xiaomi con estos cambios no le he ido nada mal en la primera mitad de año. Los ingresos totales crecieron un 14,8% respecto a los seis primeros meses de 2018, y los ingresos de la categoría de smartphones lo hicieron en un 9,8%. A nivel de unidades distribuidas, las cifras de IDC (que Xiaomi suele enlazar y nombrar en sus presentaciones de resultados) dicen que la compañía ha vendido 2,7 millones menos de smartphones en la primera mitad de año.
Esto quiere decir que el precio medio de venta está subiendo, por lo que aunque venda menos, la estrategia no está saliendo mal, porque vende más caro. En el segundo trimestre, el 32% de las ventas de smartphones de Xiaomi ya proceden de terminales cuyo precio es 250 euros o superior.
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La noticia
Un año después del Pocophone: sin sucesor, pero con un legado vivo en Xiaomi
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Antonio Sabán
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