Probamos el Mercedes Clase E 300 de: coche híbrido con motor diésel y etiqueta CERO que entra en áreas restringidas al tráfico
En tiempos de demonización del diésel por parte de la clase política, Mercedes-Benz ha lanzado al mercado el Clase E 300 de. Disponible con carrocería berlina o familiar, este coche cuenta con tecnología híbrida enchufable y es el único modelo híbrido del mercado con un motor diésel en lugar de uno de gasolina para complementar al eléctrico. Pueden recorrer hasta 54 km en modo únicamente eléctrico, de ahí que cuente con el distintivo ambiental de la DGT “CERO EMISIONES”.
Que un grupo automovilístico tan importante como Daimler afirme que “las mecánicas diésel tendrán gran relevancia en Europa, por ser clave para la reducción de las emisiones de CO2 al emitir entre un 15% y un 20% menos comparado con las de gasolina” choca frontalmente con las declaraciones que hace menos de un año realizó la entonces ministra de Transición Ecológica.
Teresa Ribera afirmó que “el diésel tiene los días contados, durará más, durará menos, pero sabemos que su impacto en partículas y el aire que respiramos es suficientemente importante para ir pensando en un proceso de salida”.
Daimler asegura que el motor diésel de cuatro cilindros de última generación OM 654 de 143 kW (194 CV) que equipa el coche que hoy nos ocupa, ha resuelto técnicamente el problema del NOx consiguiendo valores muy inferiores a los que marcan las exigentes normativas europeas.
Es más, el instituto independiente TÜV registró cifras de menos de 10 mg de NOx/km según el ciclo RDE en un Clase C Estate equipado con este motor. Este valor se sitúa muy por debajo de los 168 mg de NOx /km que fija la normativa europea para este ciclo.
Si a todo esto añadimos que el E 300 de cuenta con un sistema híbrido enchufable formado por una batería con capacidad de 13,5 kWh, un motor eléctrico de 90 kW (122 CV) integrado en el cambio 9G-TRONIC y un motor de cuatro cilindros diésel de 194 CV, podremos comprender que este coche puede tener mucho más sentido que su equivalente con motor de gasolina E 300 e, especialmente si a diario se va a usar para trayectos que apenas superaren los 50 kilómetros y al mismo tiempo va a ser el coche que se utilice para viajes en carretera, donde el motor diésel consume, y por tanto emite, menos que uno de gasolina.
El Mercedes-Benz E 300 de
A simple vista es casi imposible apreciar diferencia alguna entre este Clase E 300 de y un Clase E normal y corriente. Sigue contando con esa línea elegante y atractiva que marca a los modelos de la marca de la estrella y que en este caso, hace complicado a simple vista saber si estamos ante un Clase C ó un Clase S.
Es en la trasera donde podemos encontrar el único detalle que a simple vista permite identificar a las versiones híbridas enchufables 300 e y 300 de. Se trata de la tapa de la toma de carga, situada bajo el piloto posterior derecho, en pleno paragolpes trasero y justo encima de las falsas salidas de escape de estos modelos Mercedes.
Por lo demás, todo es igual. Bueno, todo salvo la capacidad del maletero, ya que esta se ve reducida respecto a los modelos de combustión. Mientras un E 300 de berlina tiene 400 litros y el E 300 de Estate 480 litros, los no híbridos tienen 540 y 640 litros respectivamente.
También hay cambios en el peso, ya que las baterías suponen alrededor de 300 kilos de peso añadido que hacen que en ambas carrocerías, berlina y Estate, superen las dos toneladas de peso.
En marcha con un diésel que puede pasar por Madrid Central
Mercedes nos había propuesto hacer una prueba de su híbrido enchufable diésel que combinaría un tramo en ámbito puramente urbano, incluyendo zonas de Madrid Central, con algo de autovía hacia las afueras de la capital para comprobar de lo que es capaz este modelo.
El coche que elegimos era un E Estate y en el momento de ponernos al volante, contaba con un 98% de batería. La prueba la hicimos con tres adultos abordo y con la climatización activa para ayudarnos a soportar los más de 30 grados de temperatura ambiente.
Salimos callejeando por Madrid y lo primero que destaca es la suavidad de marcha típica que otorga el motor eléctrico, que es capaz de mover el coche con soltura como demuestran los 6 segundos que tarda en pasar de 0 a 100 km/h (5,9 segundos para la berlina).
El par máximo que ofrece el conjunto es de 700 Nm, siempre enviados al eje posterior. Los 440 Nm que vienen del motor eléctrico, que es el único que funciona siempre y cuando no seas muy impetuoso con el acelerador y siempre y cuando tengas carga de batería suficiente, son suficientes para darnos aceleraciones muy rápidas saliendo de los semáforos.
El confort de marcha y el aislamiento acústico son dos de los atributos más destacados en la Clase E de Mercedes, y ambos se perciben de forma más notable en esta versión, ya que la ausencia de sonido y vibraciones provenientes del motor térmico, hacen que el silencio y el confort gane muchos puntos.
Saliendo del núcleo urbano
Salimos hacia una de las carreteras que nos alejan del centro de Madrid, concretamente el dirección a Colmenar Viejo por la siempre llena M-507 y para hacer un uso correcto del sistema híbrido, entramos en el Dynamic Select. Dispone de cinco modos, Sport Plus, Sport, Confort, Economy e Individual, pero solo en Confort y Economy se puede sacar el máximo rendimiento al sistema híbrido.
Es en ellos en los que están los sub-modos Hybrid, en el que el sistema gestiona automáticamente el tipo de propulsión, e-mode en el que se premia el uso del motor eléctrico hasta que se acaba la batería, e-save en el que se reserva la carga de batería para usarla más tarde o el modo charge en el que el motor térmico carga la batería.
Mercedes-Clase E 300 de |
Tiempo de carga |
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Modo 3: del 20% al 100% a 2x 16A/230V o 3x 16 A 230V (en wallbox o estación de carga) |
Aprox. 1 hora y 30 minutos |
Modo 2: del 20% al 100% a 16A/230V (en caja de enchufe red CEE) |
Aprox. 2 horas y 30 minutos |
Modo 2: del 20% al 100% a 8A/230 V |
Aprox. 6 horas |
En todo el trayecto inicial, con pendiente ascendente, usamos el modo Confort y el motor eléctrico tenía fuerza suficiente para movernos a velocidades legales en una vía limitada a 100 km/h. Incluso permitía superar con holgura ese registro, lo cual nos hace pensar en él como un buen coche también para carretera.
Los kilómetros de autonomía eléctrica que indicaba el cuadro parecían ir bajando de forma bastante fiel a la distancia que íbamos recorriendo, lo cual nos hacía pensar que tal vez esos 52 km máximos de autonomía eléctrica que debería ofrecer el Estate, podrían ser reales.
El cuadro es completamente digital y adaptado al tipo de coche que llevamos, por lo que gracias a sus lectores del tráfico y entorno que nos rodea, nos aconseja soltar el acelerador cuando llegamos a un cruce o una rotonda, cuando nos acercamos al coche que nos precede o también nos recuerda los límites de velocidad cada vez que hay un cambio.
A ritmo normal, apenas se notan diferencias en el aspecto dinámico respecto a un Clase E convencional. Pisa bien, tiene un tacto robusto y los kilos de más de la batería no provocan reacciones extrañas.
Llegamos a la localidad madrileña de Tres Cantos, uno de los núcleos empresariales de los alrededores de Madrid y atravesamos la población, haciendo que el coche volviese a circular sin emitir en ámbito urbano.
Emprendimos el camino de vuelta y únicamente una vez se activó el motor diésel, ya que le estábamos solicitando mucha más respuesta de la que podía dar solo el pequeño motor eléctrico de 122 CV. El paso del modo únicamente eléctrico a eléctrico + diésel se hace de forma suave y armónica, sin que se noten grandes diferencias y un salto notable entre un modo y el otro.
Finalmente, llegamos a nuestro punto de origen en Madrid tras haber realizado un recorrido de 53 kilómetros, en el que el motor diésel solo se activó una vez. La batería estaba por debajo del 10% de su carga, el consumo de combustible había sido 1,4 l/100 km, mientras que el de electricidad fue de 17,6 kWh, muy bueno si tenemos en cuenta que llevábamos entre manos una berlina grande, de más de 2 toneladas de peso y con tres pasajeros en su interior.
Ahora, alguien debería cargar el E 300 de para que la próxima vez que saliese, lo hiciese de nuevo sin emitir CO2 optimizando así el uso de su peculiar arquitectura híbrida enchufable diésel. Para cargarlo, dependiendo del tipo de punto de carga, se podrá hacer en tiempos que van desde las 6 hasta las 1,5 horas.
Precios del Mercedes-Benz E 300 de
Sin duda, el E 300 de supone una interesante opción para aquellos clientes que busquen un coche “CERO EMISIONES” para sus desplazamientos diarios y que al mismo tiempo quieran realizar viajes largos con un consumo y emisiones inferior al de otras opciones de gasolina.
El precio del Mercedes-Benz E 300 de es de 67.400 euros para la carrocería berlina y 70.100 euros para el Estate, lo cual son 2.100 euros más que un E 350 d berlina o 1.800 euros más en el caso del Estate. Sin duda, una diferencia muy baja si tenemos en cuenta los beneficios que aporta llevar un distintivo de la DGT “CERO EMISIONES”, especialmente en algunas ciudades
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La noticia
Probamos el Mercedes Clase E 300 de: coche híbrido con motor diésel y etiqueta CERO que entra en áreas restringidas al tráfico
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Motorpasión
por
Héctor Ares
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