iPad mini (2019), análisis: el regreso maduro a primera línea
En la actual generación de productos de la gama Apple, podemos decir que hemos asistido a una puesta al día de ciertos productos legendarios de la compañía. Comenzamos a finales de Octubre con el MacBook Air y el Mac mini, reconvertidos en otro concepto distinto al que tenían con sus lanzamientos originales. En todos los casos, se ha madurado el concepto y se han añadido prestaciones de sus hermanos mayores – consiguiendo que aquellos nombres míticos de la marca ahora tengan más potencia y objetivos gracias a las nuevas tecnologías que “heredan”.
Es una propuesta completamente acertada porque llenamos los huecos entre generaciones – o incluso entre dispositivos de distintas familias, como lo son los iPhone de pantallas grandes y los iPad, permitiendo al usuario calibrar los usos de cada uno y elegir qué necesita para su situación en concreto.
El apellido “mini” significa en esta generación potencia Pro para dispositivos que comenzaron con otro concepto
El apellido mini es especialmente querido en el mundo Apple. Lo inauguró el iPod mini y fue el comienzo de une epopeya después de que el dispositivo portátil para escuchar música de la compañía fuera tremendamente popular: ahora tocaba pasarlo bien con la tecnología y lanzar propuestas diferentes. Esa es para mí, la definición de mini y lo que caracteriza a los productos que lo llevan. Sin embargo, faltaba un dispositivo en especial que ha notado los cambios en el resto de la gama Apple, pero que vuelve más potente que nunca con esta nueva filosofía tras su apellido.
El diseño no arriesga
Esta quinta generación de iPad mini es muy grande por muchos aspectos, pero hay un punto débil donde la marca ha decidido no arriesgar para mantener exactamente el mismo formato que ya conocemos. El diseño exterior es prácticamente idéntico al de las anteriores generaciones, incluso si lo comparamos con el iPad mini original que ya tiene más de seis años.
En mano sigue impresionando porque es tremendamente delgado (0,61 cm) y muy ligero (308,2 gr el modelo que incluye Wi-Fi + celular, el modelo sólo con Wi-Fi llega hasta los 300,5 gr) dando la sensación de que sostenemos una pequeña libreta, delgada y cómoda para horas de lectura en el sofá, el metro o allá donde lo llevéis con una sola mano.
Una reducción de los bordes – de forma similar a cómo ocurrió en el iPad Pro (2017) – hubiera renovado la apariencia del diseño
Sin embargo, durante estos seis años, los diseños han evolucionado en otra dirección: la reducción de los marcos. No hace falta irse al ejemplo extremo del iPhone XS o el iPad Pro con Liquid Retina, incluso el iPad Pro de la generación anterior consiguió adelgazar los marcos laterales para dar una sensación más actualizada del dispositivo – manteniendo por supuesto el Touch ID.
El nuevo iPad Air (2019) también ha mantenido diseño, pero en este dispositivo más pequeño los grandes marcos son más apreciables. Quizás la mayor concesión de este iPad mini sea mantener precisamente el mismo diseño que seis años atrás – una reducción aunque hubiera sido mínima de los márgenes izquierdo y derecho al estilo del iPad Pro de 2017 le hubiera sentado genial.
Una pantalla a la altura de un Pro
Donde sí que ha arriesgado la marca es en la nueva pantalla del iPad mini, manteniendo exáctamente las 7,9 pulgadas pero con una resolución de 326 puntos por pulgada (más alta incluso que en el iPad Pro (2018) que tiene 264ppp). Incluye también la construcción de la misma con laminación integral, que básicamente consiste en combinar sensor táctil y pantalla en una misma capa para aligerar el conjunto y eliminar la pérdida de colores a la vista.
Este tipo de pantalla cuenta también con película antirreflectante (nos será más cómoda de leer) y cuenta con el espacio de color P3 que se utiliza en cine – junto con True Tone, la tecnología que mediante los sensores de luminosidad ajustan el balance de blancos de la pantalla a las condiciones de luz de la habitación donde nos encontremos. Es, básicamente la misma pantalla que tiene el iPad Pro actual, excepto por ProMotion – lleva la frecuencia de refresco de la pantalla hasta los 120 Hz – que sólo se incluye en el modelo Pro.
Este iPad mini es el contenedor reducido de la potencia del iPad Pro actual en un iPad ultraligero
En mis pruebas, el aumento de los puntos por pulgada y las características excepcionales de la pantalla me han convencido para utilizarlo como dispositivo de lectura en prácticamente cualquier situación: el tamaño y la comodidad del mismo es una delicia para repasar los medios on-line que seguimos, leer revistas , cómics o incluso libros – que gracias a la pantalla True Tone se hacen mucho más cómodos de leer. Quizás no sea el mejor dispositivo para leer un libro a pleno sol en la playa, pero sí que lo veo ya como uno de los mejores para el resto de situaciones.
Un iPad mini con chip A12 Bionic, de mini nada
Apple tambaleó entre las generaciones del iPad mini 2, 3 y 4. La segunda versión contaba con el mismo procesador que el iPad Air de la época (un A7), consiguiendo igualarlo en potencia y ser una propuesta atractiva y potente en menor tamaño. Sin embargo, con el iPad mini 3 fue bastante conversadora y mantuvo el mismo procesador. Con el iPad mini 4 se actualizó el procesador aunque iba una versión por detrás del Air. Para este nuevo iPad mini, Apple no ha titubeado al incorporar el chip A12 Bionic, el modelo actual que incluyen los iPhone de la generación actual, y muy cercano al A12X Bionic del iPad Pro.
Las diferencias del procesador A12 Bionic y el A12X Bionic son básicamente los núcleos 6 núcleos con los que cuenta el primero frente a los 8 núcleos del segundo. Esta diferencia hace que el A12 tenga 6.9 mil millones de transistores frente a los 10 mil millones del A12X, que sigue una cifra absolutamente increíble si lo comparamos por ejemplo con un Snapdragon 853 que “sólo” tiene 3 mil millones. En cifras sintéticas para poder compararlos, con el popular Geekbench 4 nos da las siguientes cifras:
En los informes combinados con el resto de dispositivos, podéis ver unas cifras cercanas a la de su hermano mayor el iPad Pro, sobre todo en el resultado por núcleo (4762 frente a 5030), y muy aproximado en el multi-núcleo (teniendo en cuenta que el iPad mini tiene dos menos). Es una potencia impresionante para un dispositivo tan ligero y pequeño, que corre a la misma velocidad que el Pro (2,49 GHz) y también cuenta con su mismo Neural Engine – con lo que tendremos el mismo motor de aprendizaje automático e inteligencia artificial para todas las aplicaciones que quieran utilizarlo. En un iPad mini.
Potencia para todo, incluído Apple Pencil
Una de las grandes novedades es la compatibilidad con el Apple Pencil de primera generación: la excelente pantalla con una laminación y la potencia del hardware permiten que la experiencia de escribir en un iPad mini con el Apple Pencil sea casi más sorprendente que con algún hermano mayor – por su tamaño. Este mini poco más grande que la altura del propio Pencil, pero es cómodo para hacer anotaciones de mano o dibujar con él.
El procesador A12 Bionic nos trae juegos de última generación y también aplicaciones profesionales como el nuevo Photoshop CC, compatible en el Apple Pencil
El conjunto aquí tampoco tiene compromisos: es la propia Apple la que nos asegura en su página web que este “pequeño” iPad mini será compatible con aplicaciones profesionales como Photoshop CC – la versión completa para iPad que vimos – y nos alucinó – en la keynote de Octubre. Esto es posible al hardware y a la utilización del Apple Pencil como puntero de precisión, poniendo de nuevo patente que el apellido “mini” viene a significar muchas cosas para la compañía pero ningún caso es una reducción de capacidades: más bien, es una versión más pequeña del “Pro”.
El procesador A12 Bionic también nos acerca juegos de última generación – Apple lo comparaba incluso con la potencia de la Xbox – en un formato mínimo con este iPad mini: por ejemplo, jugando al último éxito de Bethesda, Blades. Un juego RPG completamente en 3D con gráficos que nada tienen que envidiar con consolas de escritorio, y que van todavía más lejos en títulos como Asphalt 9 con escenarios hiperrealistas o efectos físicos avanzados.
Pequeños detalles de la puesta al día
Este nuevo iPad mini se puede comprar en dos modelos, de 64GB y 256GB, cuenta con la misma cámara trasera que el iPad Air (2019) y el iPad Pro de la generación anterior: 8 Mpx, con apertura de ƒ/2,4 – orientada para fotos ocasionales pero sobre todo para los usos de la realidad aumentada. Sí que actualiza la cámara FaceTime a los 7Mpx, como el resto de gama (Pro y Air actuales). Los colores disponibles son plateado, gris espacial y oro.
A nivel de conectividad también se actualiza el Bluetooh a la versión 5.0, y mantenemos el consumo de batería que llega hasta las 10 de autonomía – cosa que sí que es una mejora ya que el chip A12 Bionic y la mejor pantalla consumen más energía. Aquí, la integración hardware + software de Apple y los subsistemas del A12 que descargan al procesador principal de ciertos cálculos, hacen que se contenga este consumo energético.
Recordemos además que este chip cuenta con 6 núcleos diferenciados, divididos en cuatro núcleos dedicados exclusivamente a eficiencia y dos más a rendimiento. Siempre se irán activando unos u otros dependiendo de la tarea que estemos haciendo, siendo completamente transparentes al usuario, como en el resto de la gama.
El sonido ha mejorado ligeramente respecto al iPad mini 4 – también aquí ayudado por el procesamiento del sonido que hace el A12 – en potencia y calidad en agudos y bajos – aunque por supuesto no con la misma intensidad de los cuatro altavoces del iPad Pro. Para editar vuestros podcasts con GarageBand, o escuchar música mientras estáis de viaje, es perfectamente adecuado (por cierto, seguimos contando con la toma de auriculares de 3,5 mm, por si tenéis algún accesorio que queráis utilizar en él).
Un pequeño Pro, un iPad Air de menos pulgadas
La impresionante pantalla y potencia en el pequeño tamaño que ofrece lo harán atractivo para cualquier usuario que necesite un pequeño iPad para su día a día, sin necesidad de lienzos mayores, con la mejor portabilidad que cualquier iPad puede obtener. Estamos hablando de prácticamente la potencia del actual iPad Pro, contenido en un modelo de 7,9” ultra-ligero. El modelo de entrada con 64GB es más que útil para casi cualquier tarea que tengamos que encomendarle, comenzando por 449€.
¿Dudas entre este modelo y el iPad Air? Básicamente, en hardware son idénticos, sólo se diferencian en tamaño. Por tanto, en este punto, la decisión del usuario debería ser: ¿Necesito un iPad con esta potencia pero más grande, sin llegar al Pro? Pues por 100€ más tenemos un iPad Air (2019) con las mismas características y funcionalidades. Quizás estemos entre la gama más equilibrada en el tablet de Apple desde su lanzamiento en 2010, hablando de opciones, potencia y funcionalidad.
Desde luego la llegada de la nueva gama mini está suponiendo un cambio de concepto importante a cómo la conocíamos originalmente: este iPad mini es otro de los claros ejemplos que cómo una puesta al día puede ser potente y homogénea dentro de toda la gama de productos, sin duda un símbolo de madurez no sólo para el producto, también para la marca. Un pequeño, gran, enorme, iPad mini, que esta vez se pone en primera línea.
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por
Pedro Aznar
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