Análisis de Anno 1800: Ubisoft firma uno de los mejores city builders de la historia
Era una idea que ya barajaba tras probar alguna de las betas de Anno 1800. Básicamente empezaba a jugar y, una partida tras otra veía, cómo las horas volaban y siempre tenía algo por hacer. Nada de quedarte esperando a que los números lleguen a donde deben. Siempre una tarea que gestionar o llevar acabo. Así que constantemente me repetía si realmente era este, si lo que sentía era cierto y Anno 1800 estaba a punto de pasar a convertirse en mi nuevo city builder favorito.
En más de una ocasión he comentado lo mucho que me gusta este género y la avergonzante cantidad de horas que puedo llegar a invertir en ellos, así que podría decirse que tengo una buena base de opiniones sobre lo que me gusta y no en este tipo de títulos para semejante afirmación. Hoy, tras no pocas horas con el juego, puedo decir sin temor a equivocarme que estaba en lo cierto: Anno 1800 es uno de los mejores 4X de la historia.
Un juego creado con pasión
El trabajo de Ubisoft con esta entrega, y más concretamente con la evolución de esta saga, me parece algo para enmarcar. Ampliando sus bases, reciclando viejas ideas e integrando otras nuevas, han construido un city builder casi perfecto en el que no hay hueco para las quejas. Ni en la interfaz, ni en cantidad de contenido, ni en un despliegue visual con el que es imposible no maravillarse.
Anno 1800 es un juego precioso, un diorama gigante que te permite acercar la vista a una distancia insultante para mostrarte, con todo lujo de detalles, lo preciosos que son cada uno de sus edificios. Todos ellos pequeñas maquetas en movimiento en los que ver a niños jugar o trabajadores romperse el lomo.
El trabajo que hay detrás es sencillamente apabullante, con una ingente cantidad de construcciones repartidos a través de cinco clases y con modificaciones que contemplan aún más opciones para los trabajos y edificaciones repartidos entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Y eso sin sumar el panorama que presentan escenarios y barcos, sin duda otro caramelo con el que alegrarse la vista.
Sin duda alguna una exquisitez para alguien que colocaba toda su colección de LEGO o Playmobil sobre la típica alfombra de una ciudad como si estuviese preparando una exposición en un museo. Puede que no sea un factor determinante a la hora de sumarse a él, pero sí sirve como antesala de cara a entender el mimo y pasión que hay puesto en Anno 1800.
Un día en Anno 1800
Para aquellos que no conozcan la saga o lo que Anno 1800 tiene que ofrecer, la mejor forma de entender hasta qué niveles de profundidad se mueve es explicar lo que supone pasar un día con él. Su planteamiento resulta curioso porque, en esencia, es como adentrarse en una decena de pequeños juegos de gestión. Todos ellos construidos uno sobre otro para que puedan funcionar como elemento aislado pese a ser una pieza más de una extensa maquinaria.
El inicio, ágil y llevadero, es como cualquier otro título del estilo que te venga a la cabeza. Tienes un puerto desierto a la espera de gente que trabaje en él, así que empiezas a crear casas de campesinos mientras sumas cabañas para leñadores y serrerías que te permitan crear tablas con las que seguir construyendo.
Tras ello, lo típico, una fuente de comida con la que alimentar a tus gentes y una rama de negocios con la que vestirlos a base de granjas de lana y tiendas de costura. Todo formando parte de una pequeña rueda que empieza a girar y que tiene como principal objetivo que cada una de las casas que has construido acabe llena de aldeanos felices.
Cuando eso ocurra habrá llegado el momento de mejorar sus casa, mejorando así su condición y el número de residentes de cada una de ellas, pero eliminando con ello su interés por los trabajos y necesidades anteriores mientras se generan unas nuevas. Ahora en vez de granjeros tienes trabajadores, así que deberás revisar si tus anteriores puestos de trabajo se han quedado sin mano de obra y, por descontado, empezar a gestionar lo que te piden tus nuevos ciudadanos.
Ahí tienes el loop que te acompañará durante el resto del juego a través de cinco grupos de población cada vez más exigentes. Lo que al principio es meramente un pescado que llevarse a la boca, no tarda en saltar a abrigos de piel o productos enlatados que, oh sorpresa, no pueden producirse en tu isla.
Un loop tremendamente adictivo
Llegados a ese punto hemos alcanzado la hora de empezar a expandirnos buscando otras tierras en las que, por ejemplo, crear granjas con suelos más fértiles que produzcan otros productos. Para entonces habrás jugueteado con la idea de pasear de aquí para allá con tu barco, descubriendo otras islas o personas con las que comerciar transportando parte de tu producción, pero ha llegado el momento de subir de nivel.
La idea es crear otro asentamiento con su propia población y recursos, compartiendo únicamente el dinero que hay en tu cuenta. El resto debe ser transportado de un lado a otro para continuar la producción, y entonces descubres otra capa más de profundidad, la de crear rutas comerciales eficientes y, más importante si cabe, protegerlas de posibles ataques de piratas.
Aquí cargas, allí transportas y aquí tienes la opción de colocar defensas que protejan a los barcos que se mueven de aquí para allá y grúas que puedan arreglar los desperfectos ocasionados mientras se llenan las bodegas de mercancía. Suma a toda esa mezcla el descubrimiento del Nuevo Mundo y ya tendrás tres colonias distintas que requieren de tu atención constante.
¿Que todo eso está más que controlado? Pues tranquilo, que aún queda tela que cortar, porque si ya no necesitas tus barcos de defensa puedes enviarlos en expediciones a lo largo y ancho del globo con un sistema de pequeñas aventuras conversacionales en las que los objetos transportados serán tu moneda de cambio para superar los pequeños retos que se vayan presentando. ¿Para qué jugártela? Para ir en busca de animales y piezas de museo, por ejemplo.
Zoo y expediciones, sus nuevas bazas
Cuando tu ciudad se convierta en destino turístico, tocará hacer de ella la urbe más apetecible posible, y eso no sólo implica coger la polución de tus fábricas y llevártela a otro sitio, también crear eventos y edificios centrados en atraer la atención de las visitas y maximizar el atractivo. El primero depende del bienestar general y, para el segundo, el gran añadido de este Anno 1800: el zoo.
Cuando hablamos de profundidad a nivel de locura pasional es por elementos como estos. No hablamos de un edificio llamado zoo que atraiga turistas, sino de un entramado de posibilidades que implica conseguir y colocar hasta 100 animales distintos adquiridos por la vía comercial o a través de expediciones. Todos ellos sobre el terreno. Demencial es poco, pero viene a certificar lo que llevamos un buen rato diciendo, que estamos ante uno de esos juegos que no te acabas.
Eso supone despojarse del clásico problema de la inactividad, dando así un mundo en constante cambio que debes ir gestionando poco a poco, con la seguridad de pisar con firmeza antes de dar el siguiente paso sin que todo se descontrole. Puede parecer fácil sobre el papel, pero no lo es en absoluto.
Tal vez ahí haya hueco para mejoras en lo que a gestión de la información se refiere, pero tal y como comentaba al principio, no hay opción a queja con el trabajo que hay detrás de Anno 1800, no sólo hasta la salida del juego, sino también tras su lanzamiento. Para muestra un botón, el hecho de que la primera actualización gratuita pretenda incluir estadísticas detalladas sobre las distintas cadenas de producción y los edificios que las componen.
A eso tocará sumarle otras opciones como, por ejemplo, un modo cooperativo, desafíos de la comunidad que desbloquearán nuevos aspectos para tu personaje y, por supuesto, todo lo incluido en los tres DLC que llegarán al juego vía Pase de Temporada, entre ellos un Jardín Botánico que vendrá a sumar una mecánica similar a la de zoo y museo.
La opinión de VidaExtra
El hecho de haber tenido que esforzarme para acabar este texto y no lanzarme de cabeza a jugar a Anno 1800 da buena cuenta de hasta qué punto es un juego tan atractivo como absorbente. Adentrarte en él supone invertir una ingente cantidad de horas en un constante y divertido loop cuya profundidad llega a cotas enfermizas hasta para quienes somos fans del género.
El aplauso a Ubisoft Blue Byte por lo que han conseguido plasmar no puede resonar con más fuerza, y es que no todos los días se lanza un juego que marca un antes y un después en una saga como Anno y un género como el 4X.
Un merecidísimo logro que, a base de pasión por los detalles y buen trato a los fans, tiene como recompensa no sólo poder jugar a este ambicioso juego de gestión, sino también acercarte a él hasta el punto de comprobar qué tal le va a ese tigre blanco que acabas de colocar en tu zoo. Ahora, si me lo permitís, hay una ruta exportadora de uvas para hacer champán que requiere mi atención.
Imprescindible
Anno 1800
Plataformas | PC |
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Multijugador | Sí |
Desarrollador | Ubisoft |
Compañía | Ubisoft |
Lanzamiento | Ya disponible |
Precio | 59,99 euros |
Lo mejor
- Un city builder formidable
- Ingente cantidad de contenido y horas de juego
- Mecánicas muy divertidas y profundas
Lo peor
- Que Ubisoft no haya optado por hacer gratis todo el contenido descargable
- Algunas mejoras de información que aparentemente ya están en camino
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La noticia
Análisis de Anno 1800: Ubisoft firma uno de los mejores city builders de la historia
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Vida Extra
por
R. Marquez
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