#Test: Cosas de Autos probó el Chevrolet Equinox
Manejamos la Equinox -versión Premier AWD- durante una semana en ruta y ciudad. Completamos casi 1.000 km al volante y podemos sacar algunas conclusiones interesantes sobre este SUV de una marca estadounidense, hecho en México y que tiene aspecto de ¿coreano?
Por fuera
Si uno mira lo que acontece en EE.UU., Chevrolet está en pleno proceso de cambio, definiendo la identidad que tendrán sus modelos en los próximos años. Equinox es parte de eso, por ende es lógico que poniéndolo junto al resto de la gama hecha en Mercosur nos llame la atención su diseño. En su frente se nota esa nueva “mirada”, con faros que se prolongan hacia los laterales y una parrilla cromada muy generosa y prominente; por debajo el porta-patentes oficia literalmente de para-golpes.
La vista lateral muestra dos volúmenes bien marcados: un largo capó que termina en un parabrisas muy lanzado, y un techo que justo por encima de la cabeza del conductor comienza a caer y acaba en un sutil spoiler sobre la luneta. La superficie vidriada es reducida, sobre todo en las plazas traseras, y el angosto pilar C fue resuelto con un pefil invertido, complementándose con un cristal ahumado, casi como si estuviera pintado. En los laterales de la luneta se prolongan dos pestañas verticales que tienen como finalidad mejorar la aerodinámica de la parte posterior.
La vista del portón trasero es la que a nosotros menos nos gustó, con faros prominentes divididos, el moño en el centro y un pentágono que oficia de espacio porta-patente; en la parte inferior confluyen varias líneas rectas, mientras que el para-golpes combina diferentes colores, desde el de la carrocería hasta negro y detalles cromados.
Las barras en el techo refuerzan su identidad (la versión FWD no los trae), la antena tipo aleta de tiburón transmite un toque deportivo, mientras que el rodado 19″ de esta versión le da el porte y altura de un SUV grande. Quizá no aparente el tamaño que tiene pero es imponente y se notan sus 4.651 mm.
A bordo
Se abre la puerta y lo primero que queda claro es que es un vehículo con una buena calidad general percibida, con materiales y terminaciones por encima de la media de lo que propone la marca por estas latitudes. Esto tiene una doble lectura: es positivo para Equinox y negativo para el resto de la oferta. Los otros Chevrolet (en su mayoría más baratos) deberían parecerse más a la Equinox, un producto global con comercialización en mercados más exigentes.
¿Dónde se percibe ese nivel superior? En los tapizados, el volante y la plancha forrados en cuero cosido, en el tamaño del techo panorámico, y en un nivel de tecnología que es su gran diferencial; tecnología, dicho sea, a la cual uno se acostumbra fácilmente al punto de llegar a notar su ausencia al bajarse de Equinox y subirse a otro vehículo, llegando a extrañarlas.
¿Qué tecnología extrañamos? Por ejemplo el Sistema de Alerta por Proximidad que incluye un haz de luz que se proyecta en el parabrisas y que -al mismo tiempo- genera una vibración en el cojín de la butaca del conductor. Esto se da cuando uno se aproxima demasiado al vehículo que lo precede (por ejemplo porque nuestra velocidad es mayor).
Pero ésa misma vibración se repite también en maniobras de estacionamiento, como complemento de los sensores delanteros y traseros. Es útil y hace que sea prácticamente imposible “tocar” por error los autos de alrededor.
Uno se acostumbra tan fácilmente a recibir la ayuda de este alerta que, al retroceder al mando de otro auto sin esta tecnología, casi que espera esa alarma que hace apenas unos días atrás nos resultaba extraña y hasta perturbadora. Pero, al fin y al cabo “el ser humano es un animal de costumbre”.
A esto se le suma el Alerta de Cruce de Tráfico Trasero (funciona igual que el anterior) y el Alerta de Punto Ciego en los dos espejos retrovisores externos y el Alerta de Cambio Involuntario de Carril, muy útil para viajar en la ruta, sobre todo cuando es de una sola vía. Claro que para que esto funcione debe estar bien señalizada, con su línea del carril central y de banquina, algo que no siempre ocurre en Argentina.
¿Qué tipo de cliente buscaría un Equinox? Una familia, a quienes una Tracker le queda chica y una Trailblazer le parece demasiado grande. Equinox es la alternativa ideal y el reemplazo de lo que alguna vez fue Captiva, aunque sin opción de siete plazas y sin opción diesel.
Lo mejor es su habitabilidad interior y no es sólo la sensación de espacio que otorga la luminosidad del techo sino también la buena distancia entre ejes de 2.720 mm, el ancho total, la ausencia de túnel, con respaldo que se puede reclinar y con la presencia de salidas de aire, toma de 12v y dos puerto USB; todo esto hace que el tercer pasajero pueda viajar muy cómodo y estirar las piernas, aunque es una plaza pensada para menores (el respaldo es también el apoya-brazos central).
Esas cualidades del habitáculo no comprometen el espacio de carga, que cuenta con una tela enrollable para ocultar lo que allí se guarda. Además ofrece un “doble piso” para guardar elementos por encima y por debajo.
Claro está que la gran contra pasa por el neumático de auxilio que no es homogéneo sino temporal: más chico (16″) y con llanta de chapa, apto sólo para rodar hasta los 80 km/h. Gran punto en contra.
Entre los diferenciales de equipamiento de esta variante Premier están también el sistema de sonido Bose, el cargador inalámbrico de celular (por inducción), la pantalla táctil de 8″ con MyLink y el Sistema de Estacionamiento Asistido, por ejemplo.
Al volante
Su comportamiento dinámico es excelente al punto que no se parece a un SUV sino a un sedán. Uno de los aspectos salientes está relacionado con la dirección eléctrica que es ágil a baja velocidad y a su vez transmite firmeza a alta velocidad.
Aún ante maniobras bruscas mantiene la trayectoria y su carrocería se muestra estable, con un rolido menor al esperado para un SUV de este tamaño; parte de esto se debe a su esquema de suspensión independiente del tipo 4-Link. El rodado de 19″ permite transitar casi sin preocupaciones por cualquier terreno, aunque el perfil bajo transmite algunas imperfecciones del asfalto en el tren delantero.
¿No es chico el motor? Esta pregunta es frecuente al conocerse el dato de que estamos ante un cuatro cilindros, 16v de 1.5 litros Ecotec. Claro, parte de la respuesta está en la inclusión del turbo con el que se logra una potencia de 172 cv @ 5.600 rpm combinado con buena eficiencia de combustible. Por otra parte, es un impulsor que en todo régimen se muestra ágil, con un torque de 275 Nm disponible entre las 2.500 y las 4.500 rpm, y al que no se escucha merced a una excelente insonorización.
La transmisión es automática y secuencial de seis marchas largas, con convertidor de par; cuenta con modo secuencial en la parte superior del pomo de la palanca (ni con la palanca misma, ni en el lateral del pomo, ni a través de levas), para lo cual hay que colocarle en el modo Low.
Lógicamente que el 2 litros turbo de 262 cv con caja de nueve velocidades sería una mejor opción para esta tope de gama, sin embargo hoy sería inviable en términos comerciales y está descartado para Argentina.
En lo referente a consumos nuestras mediciones nos dio que a 120 km/h el motor gira a 2.400 rpm y rinde 12.5 km/l, mientras que a 130 km/h lo hace a 2.600 rpm y acusa 10,5 km/l; el promedio a lo largo del contacto fue de escasos 8,1 km/l.
Vale decir que en todo momento actúa como un 4×2 salvo que uno decida conectar la doble tracción, simplemente presionando el botón 4WD, de accionamiento electrónico; esto sirve para un comportamiento más seguro sobre asfalto mojado, tierra, arena o nieve. Hay que recordar que el despeje no es de un todo-terreno puro ni los neumáticos Hankook fueron diseñados para calle.
Ya hemos mencionado parte de la dotación de seguridad, la cual se complementa con frenos de disco en las cuatro ruedas; airbags frontales, laterales y de cortina; ganchos ISOFIX para sillas de niños; Control de Estabilidad y Tracción; Control de Descenso de Pendientes; Frenado Automático de Emergencia; Monitoreo de Presión de Neumáticos, y faros anti-nieblas delanteros y traseros.
Sin embargo, hay un elemento que no es de seguridad pero que -por estos días- cobró relevancia en ese sentido: nos referimos al Alerta de Olvido en el Asiento Trasero. Funciona automáticamente al detectar que hemos abierto la puerta trasera antes de emprender nuestro viaje; intuye que alguien subió o que hemos dejado un objeto en esas plazas (un bolso, un paquete, una mascota, etc).
¿Cómo funciona? Al detener la marcha y sacar el contacto, un alerta visual y sonora aparece en el cuadro de instrumentos a modo de recordatorio, evitando un posible olvido involuntario.
Conclusión
Quedan claras las virtudes de Equinox, que son muchas: calidad, nivel de equipamiento, tecnología de seguridad y mecánica eficiente. Eso lo hace un producto más que recomendable.
¿Es caro? Hay que mirar bien el segmento C SUV para darse cuenta que no hay modelos “baratos” y que está competitiva frente a sus rivales. La versión Premier AWD está a $1.539.900 (unos u$s 36.500), y quizás suene mucho más razonable optar por la variante 4×2, por $360.000 menos, la cual mantiene la mecánica, los seis airbags, el ESP y el Sistema OnStar, aunque sin elementos como cuero, techo solar, butaca eléctrica y climatizador.