“En el siglo XXI los coches podrán volar”. El fracaso de unas expectativas, resumido en una foto muy triste
Esta foto, publicada por la web Cabromotor, es un “emosido engañado” de libro. La imagen de un Mitsubishi Outlander PHEV cargando sus baterías en pleno Alcalá la Real, en Jaén, desde un segundo piso gracias a un alargador, nos ha puesto tristes.
Primero, porque demuestra el problema que existe en España con la infraestructura de carga para los coches eléctricos, y segundo, porque en ‘Blade Runner’ predijeron que en 2019 los coches volarían, despegarían verticalmente, habría personas viviendo en colonias en el espacio exterior y robots casi iguales a nosotros.
¿Dónde están los coches voladores en 2019 que yo los vea?
Desconocemos qué llevó al dueño de este SUV a tener semejante inventiva, aunque debemos de decir a su favor que su coche estaba bien ubicado: en una zona de carga y descarga. Pudo haber sido una emergencia -una visita a algún familiar unido a la ausencia de un punto de carga- o que no disponga de plaza de garaje para poder enchufarlo a la corriente.
Lo cierto es que el vehículo estuvo cargando de esa manera varias horas, pues hay imágenes de usuarios que muestran al híbrido cargando ya de noche.
Esta imagen puede servir de explicación ante la compleja pregunta de por qué la cuota del coche eléctrico en Noruega es del 17 % y en España es del 0,22 %. Uno de los principales talones de Aquiles de la electromovilidad en España es la infraestructura de carga.
Según la web Electromaps, existen alrededor 3.644 puntos de recarga registrados en nuestro país, en comparación con los Países Bajos, que tienen unos 32.000 puntos de recarga, y Alemania, con más de 25.000.
Mientras tanto, las matriculaciones de coches eléctricos alcanzaron las 21.181 unidades en 2018 según datos publicados por la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico. Esto implica un incremento del 62,6 % en comparación con las 13.021 unidades que se entregaron en el año anterior.
Pero aquí también influye, y mucho, la autonomía que tenga el vehículo. En un coche eléctrico con muy poca autonomía tendrás que recargar irrenunciablemente cada día la batería. En cambio con una gran autonomía podrías plantearte recargar cada varios días, e incluso no hacerlo en casa.
Más allá de la asignatura pendiente que es la infraestructura de carga en España, esta imagen de un híbrido cargando sus baterías desde un segundo piso en 2019 nos hace sentir frustración. Ni coches voladores, ni replicantes, ni colonias en el espacio exterior.
Hemos alcanzado el universo de ‘Blade Runner’, pero el futuro que plasma solo acierta en una cosa: la contaminación de las ciudades.
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La noticia
“En el siglo XXI los coches podrán volar”. El fracaso de unas expectativas, resumido en una foto muy triste
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Motorpasion
por
Victoria Fuentes
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