Alquimia rodante, o cuando los coches Volvo eran purificadores de aire que convertían ozono en oxígeno al pasar
Las emisiones de gases contaminantes ya eran un problema por la década de los 90 y principios del año 2000, y Volvo se tiró a la piscina con una tecnología que permitiera que sus vehículos convirtieran el ozono del aire en oxígeno mientras circulaban. Fue así como el Volvo S80 llevó instalado a finales de 1999 un dispositivo llamado ‘PremAir‘.
Se trataba de un radiador revestido con un catalizador que prometía filtrar la contaminación y “destruir el ozono” a nivel del suelo a medida que el aire pasaba a través del módulo de enfriamiento. Lo que salía de la parrilla del vehículo era, básicamente, oxígeno.
Un purificador de aire con ruedas
Allá por 2004 Volvo anunció que sería el primer fabricante del mundo en comercializar esta tecnología bautizada como ‘PremAir‘, desarrollada por la estadounidense Engelhard Corporation y que ahora es parte de la compañía química alemana BASF.
Esta tecnología fue creada para poner fin a lo que se denomina smog o niebla contaminante, que aparece cuando el ozono a nivel del suelo -formado por óxidos de nitrógeno e hidrocarburos- se expone a la luz solar. Es entonces cuando reacciona con las emisiones de fuentes móviles y estacionarias, como automóviles, camiones, centrales eléctricas e instalaciones industriales, provocando graves problemas respiratorios.
Este sistema capta el ozono a nivel de suelo mientras el vehículo está en movimiento, haciendo circular el aire a través de la parrilla frontal, del radiador y cruzando después el vano motor para volver a salir al exterior, convertido ya en oxígeno.
Modelos como los S40, V50, S60, S80, V70, XC70 y XC90 llevaron de serie ‘PremAir’, y la firma sueca defendía su viabilidad: “Las pruebas han demostrado que los automóviles equipados con PremAir convierten hasta el 75 % del ozono en el interior del radiador en oxígeno”, sobre todo en los días más calurosos.
‘PremAir’ prometía funcionar a bajas temperaturas y su fabricante aseguraba que su instalación no precisaba de muchas modificaciones ni afectaba al rendimiento del motor; es más, lo mejoraba. En 2013 BASF aseguraba que había más de tres millones de vehículos con esta tecnología y que el uso generalizado de su dispositivo en Los Ángeles haría más por la calidad del aire que los coches eléctricos.
Los pedidos de ‘PremAir’ se dispararon un 66 %, en parte impulsados por el interés de los fabricantes en cumplir con los estrictos estándares medioambientales en California.
Cuando Ford quiso probar y todo empezó a irse al garete
Pero Volvo no fue el único fabricante que se interesó por este sistema. En 1995 Ford quiso probar esta tecnología, atraído por las ventajas que podía ofrecer frente a los reguladores medioambientales, pero no terminó de convencerse.
Aunque la marca del óvalo azul no encontró problemas tecnológicos ni de costo, consideró que la escasa cantidad de aire que pasaba a través del radiador no era suficiente como para contribuir en la lucha contra la contaminación.
Pronto algunos científicos escépticos comenzaron a poner en duda la capacidad de ‘PremAir’ para convertir el ozono en oxígeno, y según explican en Jalopnik, algunos describieron el catalizador como un truco de los fabricantes para ganar puntos en la lucha contra la contaminación.
Más tarde, Engelhard Corporation admitió que las pruebas realizadas habían demostrado que los beneficios de su catalizador en el medio ambiente eran menores de lo que esperaban, pero aún así efectivos. Los pedidos comenzaron a caer y el mercado de valores tomó nota de la situación.
Sin embargo, este sistema fue aprobado por la Junta de Recursos del Aire de California, que pedía no obstante que se pudieran monitorear los sistemas de control de emisiones para comprobar que esta tecnología era efectiva. Pero PremAir no lo permitía.
El producto sigue apareciendo en la página web de BASF y algunos de los vídeos de Youtube siguen activos, aunque desconocemos qué vehículos en América del Norte montan este dispositivo o si todavía tendrá interesados.
Foto | BASF
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La noticia
Alquimia rodante, o cuando los coches Volvo eran purificadores de aire que convertían ozono en oxígeno al pasar
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Motorpasion
por
Victoria Fuentes
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