Hay gente cultivando plantas raras en casa y revendiendo sus ‘hijos’ por cientos de euros
En salones con luz filtrada y estanterías que antes guardaban libros ha florecido un negocio tan verde como sorprendente: el de las plantas de colección. No se trata de plantas exóticas sin más, hablamos de hojas con patrones únicos e híbridos imposibles; un nicho donde algunas plantas valen más que unas Vision Pro, y donde aficionados con buen ojo -y mejor mano- están convirtiendo su hobby en un negocio. Si quieres una planta rara no vayas al vivero porque no la vas a encontrar, mejor vete a Wallapop.
Sin embargo, aunque el mercado está lleno de entusiastas dispuestos a pagar cifras sorprendentes por algunas especies, aún queda la gran pregunta: ¿se puede vivir de vender plantas? Hemos hablado con dos de ellos para que nos cuenten más detalles sobre este hobby convertido en negocio.
La fiebre por tener más plantas en casa
Durante la pandemia, muchos se lanzaron a hornear pan o hacer deporte en casa. Otros, en cambio, encontraron su pasión entre macetas y esquejes. El interés por las plantas exóticas o los huertos urbanos ya venía de antes, y tiene todo el sentido, sobre todo en las ciudades. Llenar la casa de plantas va más allá de la decoración, responde a la necesidad de conectar con la naturaleza. Si lo sumamos al contexto del confinamiento, la tendencia explotó.
Al mismo tiempo hubo un boom de ‘plantfluencers’ en Instagram y la bola de nieve no ha dejado de crecer desde entonces. Justamente fue a través del libro de @plantitiscrónica, una conocida influencer, con el que Vivi (en Instagram @viviyverde), empezó en esto de las plantas. Aunque con una cuenta mucho más pequeña, a día de hoy ha dado el salto y cultiva ejemplares raros (sobre todo Alocasia) que vende a través de Wallapop.
En el caso de Sergio (en Instagram @sergiodendron), su referente fue Sidney Plant Guy. Fijándose en sus vídeos, fue aprendiendo hasta conseguir que sus Philodendron y Epipremnum le dieran hojas de tamaños casi monstruosos.
De coleccionar a cultivar
El coleccionismo de plantas en pisos tiene un problema: el espacio. Precisamente esto es lo que llevó a Sergio a vender algunas de sus plantas. En la naturaleza, muchas de estas especies tropicales trepan por los árboles en busca de la preciada luz. El tutor de musgo busca replicar estas condiciones. “Son plantas que se hacen gigantes enseguida, se me llenó la casa”, nos cuenta entre risas. Cuando una planta se hace muy alta tiene que cortarla y extender el tutor. ¿Y qué hacía con la parte de la planta que cortaba? En casa no le cabía, así que empezó a venderlas.
El salón de Sergio es una auténtica jungla.
Una vez llegó al máximo de tutores que podía tener, empezó con los Anthurium, una de las especies más de moda en esto del coleccionismo de plantas. Reconoce que es relativamente nuevo en el cultivo de esta especie, pero le ha cautivado: “Es un género muy diverso. Lo especial que tienen es que son fáciles de hibridar entre especies distintas”. Sergio suele comprar sus plantas en otros países de Europa y crea sus propios híbridos en su piso de Madrid, muchos de ellos los vende en Wallapop.
Al preguntarle cuántas plantas tiene en casa nos responde con otra pregunta: “¿Qué consideras planta? Pequeñitas tengo muchísimas, pero también tengo otras enormes que cuentan lo mismo”. En total estima que tiene más de 300 plantas, 70 más grandes y el resto son pequeños brotes.
Para Vivi, pasar de coleccionar a vender fue algo más intencionado. Tras un tiempo coleccionando y creando contenido sobre plantas, vio que había mercado y se lanzó a instalar una tienda de crecimiento. Actualmente tiene dos tiendas en una de las habitaciones de su casa donde cultiva sobre todo Alocasia. Tiene más de 200 plantas en su piso.
A la izquierda: una de las tiendas de cultivo de Vivi.
A la derecha, los pedidos de la semana listos para salir.
Vivi también vende en Wallapop, pero en su Instagram vemos que su tienda es más profesional. Tiene su logo, se curra muchísimo el packaging y hasta tiene merchandising. Una de las cosas que más le gusta es empaquetarlas. Es una parte muy importante si te quieres poner a vender plantas: tiene que llegar perfecta a su destino. “Los envíos hay que hacerlos lunes o martes. Si se envían más tarde, la planta puede pasar el fin de semana en un almacén y llegar en mal estado”.
Otro aspecto a tener en cuenta es la legalidad. Vender plantas dentro de la Unión Europea es legal y no requiere de ningún tipo de permiso, pero si se importan de otros países hay que tener un certificado fitosanitario. “Es un follón”, afirma Sergio. Desde el año pasado Wallapop informa a Hacienda, por lo que hay que declarar los ingresos, además de estar dado de alta en autónomos.
Las plantas más cotizadas
¿Cuáles son las plantas más caras actualmente? Las plantas tropicales son las que más atraen a estos coleccionistas, especies como Philodendron, Anthurium, Alocasia y Monstera son las más habituales. Pero no vale cualquiera, debe ser una especie rara y, si tiene una variegación única, mejor. En botánica, la variegación es el “estado de la planta que muestra tejidos de distintos colores o de diversa constitución”. Por ejemplo, una Monstera albo variegata es como la Monstera normal (la clásica ‘costilla de adán’), pero con manchas blancas. Cuanto más blanca sea y más bonito sea el patrón, más se pagará por ella.
Wallapop está lleno de plantas tropicales raras y algunas no son nada baratas.
Pero no todas las plantas del mismo tipo valen lo mismo. No es igual una Monstera thai constellation que nos puede costar desde 60 euros (o más, según el tamaño), que una Monstera thai constellation miracle tricolor que puede superar los 600 euros. ¿La diferencia? Que la segunda tiene el patrón en verde, blanco y amarillo, una rareza (o milagro, como dice su nombre) que eleva muchísimo el precio.
La fiebre por las Alocasia y Anthurium también está en auge. Existen 113 especies de Alocasia y más de 1.000 de Anthurium, pero además no dejan de aparecer nuevos híbridos, algunos creados por estos aficionados en sus propias casas. Cuanto más raro sea el resultado, si tiene variegación de varios colores o mutaciones… mejor que mejor. En Wallapop se puede encontrar algún híbrido, aunque no de los más caros. Si nos vamos a webs como Aroid Market (una tienda de Indonesia) la cosa cambia. Hay híbridos como este Anthurium variegado por más de 3.000 dólares.
Algunos de los Anthurium que Sergio cultiva en casa.
Sergio ha hecho sus pinitos en esto de la hibridación y ha conseguido cruzar con éxito varias especies de Anthurium, aunque reconoce que el resultado es impredecible y de un mismo cruce pueden salir plantas muy diferentes. También se pueden cruzar Alocasia, pero hay menos compatibilidad entre especies y es más complicado conseguirlo. Además “a las alocasias las mata todo el mundo”, añade entre risas.
Hablando de Alocasia, una de las que está de moda es la Alocasia black velvet pink. Fue la planta culpable de que Vivi quisiera empezar a cultivar en su casa, y parece que se le dio bien porque actualmente vende las plántulas que cultiva por unos 120 euros. Vivi también cultiva Anthurium, pero reconoce tener debilidad por las Alocasia. Navegando por Wallapop encontramos ejemplares más raros y caros, todos ellos variegados, como esta Alocasia stingray aurea por 750 euros.
Algunas de las Alocasia que Vivi tiene a la venta. A la izquierda, la ‘black velvet pink’.
Si esto te parece caro, en lugares como Estados Unidos o algunos países del sudeste asiático hay ejemplares que cuestan más que un coche. Hace dos años se vendió una Monstera Devil Monster en Tailandia por 40.000 dólares. Si a alguien le sobran 49.000 dólares puede comprarse este Anthurium papillilaminum sinam fire variegado. Como para que se te olvide regarlas.
Un negocio de nicho y muy cambiante
En esto de las plantas, la rareza está muy cotizada, pero como en todo, lo que hoy es raro mañana puede ser del montón. En Estados Unidos Walmart vende Monstera variegadas por 30 dólares cuando hace unos años era impensable verlas en tiendas (y menos a ese precio). En 2019 un Philodendron pink princess podía costar cientos de dólares. Hace un par de meses me compré uno en Aldi por 6 euros con maceta de cerámica incluida.
La compraventa de plantas de colección en España va por detrás de otros países europeos. Vivi nos cuenta que en Países Bajos y Alemania es habitual encontrar algunas en tiendas físicas, algo que en España a día de hoy es casi más raro que las propias plantas. Estos particulares han encontrado en plataformas como Wallapop una forma de ganar dinero o, al menos, costearse el hobby, la duda es cuánto durará.
Es un mercado muy cambiante, pero Sergio le ve bastante recorrido. “Las plantas son un recurso muy abundante y seguirán sacando híbridos más raros o mutaciones extrañas”. Como en otros mercados, también surgirán nuevas tendencias: “En el Sudeste Asiático se llevan mucho los helechos ‘cuerno de alce’ y en Taiwán están locos con unas orquídeas variegadas”.
¿Se puede vivir de esto?
Cuanto más nos alejamos de lo mainstream, más se reduce su público. Si hablamos de plantas raras, no hay mucha gente que las conozca y menos aún que quiera comprarse una. Además, cuanto más cara es la planta menos interesados tiene, pero también es cierto que la oferta no es muy grande. Venderse, se venden. “Las plantas más raras y caras se venden más rápido, especialmente las variegadas”, afirma Vivi. Sergio coincide: “Las plantas especiales vuelan, aunque también hay que saber poner el precio y no fliparse”.
Y la pregunta del millón. Puede que haya alguien dispuesto a pagar cientos de euros por un cormo de Alocasia, pero otra cosa es si realmente se puede vivir de esto. Sergio cree que no, al menos no en España, en otros países como Estados Unidos lo ve más viable: “Podrías vivir de Instagram (como influencer), pero no de la venta de plantas. A menos que te conviertas en una tienda”. No tiene intención de hacer negocio, pero sí ha conseguido que su hobby sea sostenible: “Pago las plantas que me compro con las que voy vendiendo”.
Vivi reconoce que acaba de empezar y está lejos de poder vivir de esto, aunque no lo descarta. También coincide en que tendría que convertirse en tienda y contar con una infraestructura más potente que la que se puede tener en casa.
No es un negocio muy lucrativo, pero además tiene un componente pasional sin el que es complicado tener éxito. Tener mano con las plantas es algo que se aprende. Vivi no tenía ni idea de plantas cuando un día su novio le regaló una Sanseviera y a día de hoy cultiva Alocasia que son muy complicadas de mantener. Sergio lo tiene claro: “Si te metes solo por la pasta, no vas a tener éxito. Lleva mucho tiempo y esfuerzo recrear las condiciones”.
Imagen de portada | Vivi Bilale (@viviyverde)
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La noticia
Hay gente cultivando plantas raras en casa y revendiendo sus ‘hijos’ por cientos de euros
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Amparo Babiloni
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