El mercado negro de la leche materna está en auge en Internet. El motivo: hombres adultos fetichistas
En un rincón en la sombra de Internet, un producto en concreto se promociona como “oro líquido”. No son drogas, ni alcohol, aunque hay también gente dispuesta a pagar grandes cantidades de dinero por él. Hablamos de la leche, pero no una que podrías encontrar en los estantes de un supermercado, sino de leche materna.
Si bien para algunas madres que no pueden producirla ellas mismas esta puede ser una solución (que entraña muchos riesgos), este producto estrella está siendo demandado también por hombres adultos. ¿La explicación? Fetichismo. Tanto por el producto en sí como por los cuerpos de las madres que amamantan.
Ante esta demanda, no ha tardado en crearse todo un submercado negro en el que muchas madres del mundo buscan ganar dinero rápido con su exceso de leche. El problema es que no existen regulaciones para la venta de leche materna humana en muchos países, por lo que la “lactancia erótica”, un género de pornografía que antes no existía ahora es una moda cada vez más común.
Vender leche materna en Internet es muy sencillo y casi igual que cualquier otra actividad de compraventa en plataformas de segunda mano: publicas una foto de los productos en cuestión (en este caso de la madre y/o su bebé) acompañado de un texto en el que explicas por qué estás renunciando a este exceso de leche y un pequeño resumen clínico para demostrar que se trata de una persona sana.
Uno de los mercados más conocidos de venta de leche materna es Only The Breast. En esta plataforma hay más de 10.000 anuncios clasificados y hasta 30 millones de litros en venta. Aunque ya no existe, hasta hace poco había una categoría específica para vender leche materna a hombres. Era la categoría que más resultados recibía. Concretamente, las publicaciones que incluían fotos de un escote femenino obtenían más visitas.
En este reportaje de WellcomeConnection se cuenta la historia de una mujer que probó suerte en la plataforma publicando una oferta de leche fresca o congelada al precio vigente en el Reino Unido (1,50 libras por 30 ml) acompañada de una foto de una botella llena que acababa de extraerse. No incluyó ningún dato sobre su edad o apariencia, sólo que tanto ella como su bebé estaban sanos.
Para su sorpresa, la mayoría de solicitudes que recibió tras publicar el anuncio eran de hombres, la mayoría sexuales. Uno le pedía vídeos y se ofrecía a pagar 5 dólares por minuto si la veía “jugar con sus senos o chupárselos”. Otro le contestó que pagaría por adelantado y “con regularidad” si le enviaba vídeos usando su extractor de leche. Incluso le daba algunas instrucciones detalladas. Y otro directamente le proponía encuentros privados en persona para amamantarlo en un hotel.
¿Qué hay detrás de este fenómeno fetichista? En dicho reportaje Karen Pollock, una psicoterapeuta sobre género, sexualidad y relaciones, enumeraba tres posibles motivos, cada cuál más grotesco. Primero, los hombres atraídos por mujeres lactantes, relacionados con aquellos que se excitan con las mujeres embarazadas (un término de búsqueda frecuente en Pornhub). Segundo, “bebés adultos”, personas que buscan todas las formas posibles de volver a su infancia.
Y por último, los hombres que sienten atracción por las “vacas” humanas. Es decir, un subgénero de pornografía y de animación para adultos (hentai) en las que aparecen mujeres vestidas como vacas siendo ordeñadas por máquinas extractoras de leche.
Hay otro ejemplo de comprador más pintoresco si cabe: el deportista. La leche materna, aseguran muchos culturistas, aumenta el volumen de masa muscular. Y por este “elixir de la fuerza” están dispuestos a pagar un dineral.
Un mercado en la sombra sin regular
Lo cierto es que esta parafilia ha dejado de ser un tabú en los últimos años. En este artículo de El Periódico de España se relata como muchos de estos hombres se reúnen en una plataforma online con fines puramente sexuales: Amamanta.me. Esta web se describe como un “club de lactofilia VIP”. “Aquí podrás ver los perfiles, con foto y video de las nodrizas que amamantan a los socios de nuestro Club, solamente ofrecen el servicio de lactancia materna a adultos, cada una de ellas ha establecido su horario y el lugar a donde tendrás que ir para poder ser amamantado y cumplir tu sueño”, reza la página web.
Suscribirse a Amamanta.me permite acceder de forma directa a una lista de perfiles de nodrizas, con sus diferentes vídeos, fotos e incluso relatos eróticos. Vamos, un OnlyFans de la leche materna. Un ejemplo de anuncio: “Tenemos una linda y tierna vaquita lechera esperándolo”. El coste por una sesión presencial con la nodriza suele ser de 80 euros por 30 minutos y los encuentros suelen ser en hoteles.
Pero la realidad es que se trata de un mercado incipiente que cada vez se esconde menos. De hecho, en Wallapop, milanuncios.com, Facebook o Twitter se publican anuncios a diario de perfiles femeninos que aseguran tener “sobreproducción de leche de calidad, ser deportistas, no fumadoras y personas sanas”. Todas ellas lo suelen hacer por lo mismo: necesitan una forma de ganar algún dinero extra.
El problema es que este mercado no está regulado en la mayoría de países y puede ser propenso a la explotación. Además, los expertos y médicos han hecho sonar la alarma sobre los peligros que entraña esta práctica, advirtiendo que la leche sin analizar puede contener bacterias, drogas y virus dañinos, incluido el VIH. Estas preocupaciones llevaron de hecho a eBay a eliminar algunos anuncios relacionados de su plataforma y actualizar los filtros para evitar que se comercialice la leche materna.
Imagen: Only The Breast / Wallapop
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La noticia
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por
Albert Sanchis
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