Creíamos que la ‘Fatiga de Zoom’ agotaba por el estrés. Unos investigadores descubren que es por aburrimiento
El abuso de las reuniones virtuales durante la pandemia y la falta de optimización de los procesos generó una patología en muchos empleados conocida como ‘Fatiga de Zoom’, que causaba un agotamiento mental en los empleados en remoto.
Se han desarrollado distintos estudios científicos al respecto estudiando el fenómeno desde distintos enfoques para tratar de encontrar el detonante que la provoca. Al ser un trastorno relativamente nuevo y muy vinculado al uso de las videollamadas como medio de comunicación, los resultados de los estudios realizados ofrecen solo fragmentos de una foto conjunta que, poco a poco, va tomando forma.
El último estudio al respecto confirma que las comunicaciones por videollamada no consiguen atraer la atención como lo hacen las reuniones cara a cara.
Fatiga activa vs. fatiga pasiva. El estudio Fatiga de las reuniones virtuales: explorando el impacto de las reuniones virtuales en el rendimiento cognitivo y la fatiga activa versus pasiva realizado por la profesora de la Universidad Aalto, Niina Nurmi, y publicado en la revista científica Journal of Occupational Health Psychology, investiga las causas de la fatiga causada por las reuniones virtuales y su impacto en el rendimiento cognitivo de los empleados.
Para lograr este objetivo se utilizó una combinación de factores como la variabilidad de la frecuencia cardíaca y evaluaciones subjetivas para comprender los diversos tipos y causas subyacentes para el agotamiento mental que provocan las reuniones virtuales.
Este estudio de los investigadores finlandeses desafía la creencia comúnmente aceptada de que la fatiga de las reuniones virtuales se manifiesta como agotamiento físico (es decir, fatiga activa) resultante del exceso de reuniones, y sugiere que la participación en ellas puede llevar a un aumento de la somnolencia (es decir, fatiga pasiva) debido a la falta de estimulación cerebral que provoca la comunicación por videollamada.
Las reuniones virtuales te matan de aburrimiento. Tras concluir las pruebas, los investigadores llegaron a la conclusión de que existe un vínculo entre las reuniones virtuales y niveles más altos de fatiga pasiva, que luego impactaron en el rendimiento cognitivo. Es decir, que participar en varias reuniones diarias hace que el cerebro reduzca su rendimiento cognitivo incluso una vez finalizada la reunión. Este es un hallazgo importante para quienes realizan trabajos exigentes de procesamiento de datos. La fatiga durante las reuniones virtuales alargó su efecto negativo en el rendimiento cognitivo incluso cuando ya ha concluido la reunión.
Este estudio conecta con las conclusiones que obtuvieron en un reciente estudio de la Universidad de Yale, en el que se concluía que las reuniones por videollamada no conseguían conectar a las personas como lo hacían las reuniones cara a cara. La falta de activación de estas zonas de atención del cerebro pueden estar relacionadas con la aparición de la fatiga pasiva por no conectar con la persona al otro lado de la pantalla.
La motivación es el mejor remedio contra la fatiga. Los resultados del estudio finlandés sugieren que el compromiso laboral puede actuar como un moderador a nivel individual, explicando por qué algunos trabajadores del conocimiento se ven afectados, mientras que otros no. “Pensé que la gente se estresaría en las reuniones virtuales, pero el resultado fue todo lo contrario. Especialmente aquellos que no están muy comprometidos con su trabajo. Este grupo poco motivado fueron los primeros en quedarse dormidos durante las reuniones”, declara la profesora Niina Nurmi.
Recomendaciones para no morir de aburrimiento en las reuniones. Según la profesora Niina Nurmi, se pueden seguir algunas recomendaciones para mantenerse alerta durante las reuniones:
- Evitar las reuniones con muchos participantes ya que estas disipan la atención y la responsabilidad sobre los asistentes generando un desapego cognitivo que lleva al desinterés.
- Evitar reuniones de más de 30 minutos. Según los investigadores, a partir de los 10 minutos comienzan los primeros síntomas de fatiga y a los 30 minutos los valores se disparan.
- Realizar otras tareas simultáneas también afecta a otros participantes. Si el organizador u otros participantes en la reunión realizan otras tareas al mismo tiempo, dispersará la atención del resto.
- Recibir comentarios sobre las intervenciones contribuye a mantener la atención sobre la conversación y mantiene alerta a los participantes reduciendo el desinterés y manteniendo la motivación. Mantener las cámaras encendidas también ayuda.
- El equipo de la Universidad de Aalto descubrió que los participantes tendía a mirar la señal de su propia cámara en las reuniones aumentando los niveles de estrés. Desactivar esa función durante las reuniones mejora el rendimiento cognitivo.
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Imagen |Pexels (Los Muertos Crew)
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Creíamos que la ‘Fatiga de Zoom’ agotaba por el estrés. Unos investigadores descubren que es por aburrimiento
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Rubén Andrés
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