Una nueva batería hecha en Europa aspira a resolver el puzzle del coche eléctrico barato. La clave: el sodio

Una nueva batería hecha en Europa aspira a resolver el puzzle del coche eléctrico barato. La clave: el sodio

En los últimos meses hemos contado en Xataka cómo el coche más barato y asequible tiene las cosas realmente difíciles. Más allá de las últimas noticias políticas, hemos recogido con datos cómo el precio de los vehículos se ha elevado sensiblemente en los últimos años como consecuencia de un cambio radical en el mercado.

Esto es consecuencia de políticas que han reducido la contaminación que sale por el escape de nuestros vehículos y han mejorado la seguridad de nuestros coches. Pero, también, están poniendo facilidades para acabar con el coche barato y práctico del que presumíamos en Europa hasta hace muy poco tiempo.

Y a esta vorágine de cambios hay que sumar las normativas anticontaminación y los objetivos climáticos. Si bien es cierto que Euro 7 parece que, finalmente, será más laxa de lo esperado, la Unión Europea tiene ambiciosos objetivos, de 2030 en adelante, que pasan por electrificar en gran medida la oferta actual de los vehículos. Una electrificación que, de nuevo, está elevando el precio de los automóviles.

Todo ello está elevando el suelo del automóvil. Es decir, el precio de entrada para comprarse un coche nuevo está creciendo y, ahora, la duda es dónde se pondrá ese límite y qué podemos esperar de él. Si bien es cierto que no era lo más cómodo para viajar, antes siempre podíamos optar por un utilitario alrededor de los 10.000 euros que pudiera funcionarnos en ocasiones puntuales.

Con el coche eléctrico, en estos momentos, podemos olvidarnos de esto. Volkswagen ya ha empezado a deslizar que el suelo del coche eléctrico se moverá en los 25.000 euros. Renault, con el Twingo, lo fija en los 20.000 euros. Queda por ver si este tipo de coches acaban siendo aprovechables en momentos puntuales en los que se necesite viajar.

Ahí, precisamente, está el problema. De momento, las baterías que ofrecen las mejores autonomías (NMC y NCA) son más caras que las LFP. Las de electrolito sólido se esperan para los últimos años de esta década y para los vehículos más costosos. ¿Y los coches baratos? Los coches baratos apuntan a las baterías de sodio.

Europa ya tiene una en marcha.

Un tipo de batería que apunta a ser clave

Hace solo unos pocos días que desde Renault se mandaba un mensaje, exactamente, en esta dirección: el futuro del coche eléctrico barato pasa por la batería de sodio. Este tipo de acumulador de energía presumen de un coste de fabricación mucho más barato que las baterías actuales pero tienen el problema de una menor densidad energética.

“Algunos argumentan que las baterías de sodio no son buenas porque no almacenan mucha energía y son pesadas. Pero son baratas”, sentenciaba Denis Le Vot, CEO de Dacia, el pasado mes de junio. Desde Ford, aunque no hablaban directamente de estas baterías, también avisaban hace unos meses que quienes quieran unos coches eléctricos más baratos tendrán que asumir una mayor cantidad de paradas en la carretera.

A esto se suma que el mercado del coche eléctrico empieza a pedir vehículos más asequibles. El crecimiento en las ventas se está enfriando y algunos expertos apuntan a que, colmada la primera parte del mercado en su zona alta, hace falta llegar a los compradores menos pudientes para seguir creciendo.

Para esto, las baterías de estado sólido parecen la mejor opción. BYD, que quiere entrar con fuerza en Europa, ha anunciado la construcción de una planta en China para la producción de este tipo de acumuladores de energía. Y Europa también tiene su caballo en la carrera.

Ganador o no, lo que ya sabemos es que el caballo es sueco. Hablamos de la empresa Northvolt, que ha anunciado que está desarrollando una batería de estado sólido que presume de carecer de litio, cobalto, grafito y níquel, materiales altamente costosos y muchos de ellos esenciales en los acumuladores actuales.

El gran avance, según ha adelantado la propia empresa, es que ya cuentan con celdas de este tipo que pueden terminar por dar forma a las baterías de sodio. Tienen forma de bolsa y aseguran que cuentan con una densidad energética de 160 Wh/kg, la mayor de una batería de este tipo y a la altura de las baterías LFP actuales.

De momento, la primera generación de estas baterías está pensada para el almacenamiento estacionario de energía pero en la segunda generación ya se contempla la utilización de estos acumuladores de energía en coches eléctricos y transporte pesado.

La compañía, que tiene como clientes a BMW, Volvo, Polestar o Volkswagen, asegura que, además de ser más baratas y ofrecer una cantidad de energía similar a las baterías actuales, sus acumuladores de sodio son más seguros cuando se les someten a altas temperaturas.

En Xataka | El precio del litio se está desplomando por un motivo simple: se venden menos coches eléctricos de lo esperado

Foto | Northvolt


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Una nueva batería hecha en Europa aspira a resolver el puzzle del coche eléctrico barato. La clave: el sodio

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Alberto de la Torre

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