En una cruzada proteccionista, Francia da un paso fundamental para excluir de las ayudas a los coches eléctricos chinos
El coche eléctrico está cambiando sustancialmente la industria de la automoción. Mientras que Tesla se ha coronado como uno de los grandes líderes de esta alternativa de movilidad, los fabricantes chinos ofrecen propuestas cada vez más atractivas para los clientes y los grupos europeos intentan abrirse camino en medio de una realidad donde la rentabilidad es un obstáculo clave.
Las normas de la Unión Europea, en el mercado globalizado en el que vivimos, no impiden que los fabricantes asiáticos puedan ofrecer coches eléctricos a un precio altamente competitivo. Esta dinámica, ciertamente, ha hecho que los fabricantes europeos levanten la voz, dado que el gigante asiático cuenta con una notable ventaja: mano de obra barata y menos exigencias ambientales.
Francia quiere proteger su industria
La discusión sobre cómo responder al impacto asiático en el bloque ha llevado a la Comisión Europea a estudiar nuevas normas e identificar si las compañías extranjeras están compitiendo en igualdad de condiciones. No obstante, Francia ha decidido poner en marcha su propio plan proteccionista. Emmanuel Macron anunció cambios en las ayudas de compra, y ahora tenemos detalles.
El país galo está impulsando una estrategia que tiene como eje el “bono ecológico”, es decir, el programa gubernamental que proporciona una subvención económica a los compradores de coches eléctricos. Una nueva versión de este programa que entrará en vigor el 1 de enero de 2024 puede dejar fuera de la ecuación a los vehículos fabricados en China y en otros países fuera de Europa.
La normativa actualizada, al menos según France Info, no menciona explícitamente al gigante asiático u otras regiones, pero sí establece una serie de criterios medioambientales que los fabricantes deberán cumplir para que sus coches puedan acceder a las ayudas estatales. Y aquí, precisamente, es donde los países con medidas de protección ambiental más laxas podrían verse perjudicados.
El sistema se basará en un sistema de “puntuación ambiental” de la Agencia de Medio Ambiente y Gestión de la Energía de Francia. De esta forma, cada coche recibirá una puntuación ambiental de acuerdo a cuerdo a su “huella de carbono global” que incluirá datos de su producción y transporte. Los coches que no alcancen un puntaje mínimo se quedarán sin las ayudas correspondientes.
Todos aquellos que estén interesados en comprar un coche eléctrico con ayudas tendrán a disposición una lista con los modelos incluidos, pero esta no será publicada hasta el 15 de diciembre. La pelota, por ahora, está en el tejado de los fabricantes que deben presentar solicitudes para ayudas hasta el 10 de octubre. La gran pregunta es qué marcas se verán perjudicadas con esta dinámica.
No quedan dudas de que las marcas que fabrican sus coches en China, sean de origen chino o no, tienen un camino cuesta arriba. La nueva normativa de subsidios francesa, recordemos, no solo prestará atención a la huella de carbono en el proceso de fabricación sino de transporte. Y, mientras más lejos estén las plantes de ensamblaje de destino, peor será la calificación que recibirán.
Imágenes: Michael Förtsch | P. L. | Tesla
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Javier Marquez
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