Lo que la Carta_renuncia.pdf de Rubiales revela sobre lo poco que protegemos nuestra privacidad

Lo que la Carta_renuncia.pdf de Rubiales revela sobre lo poco que protegemos nuestra privacidad

Al mismo tiempo que el extracto de una entrevista con el periodista británico Piers Morgan hacía pública su intención de dimitir, Luis Rubiales, ya expresidente de la RFEF, publicaba un comunicado en su perfil de Twitter X —creado hace unos días, precisamente a raíz de la polémica que se lo llevó por delante— anunciando esa misma intención.

Rubiales pudo haber redactado ese comunicado a través de un hilo de varios tuits posts, o haciendo el clásico pantallazo al comunicado completo, o si quiere pagar la suscripción a X Premium, redactándolo directamente en formato largo, opción que la red social solo ofrece a los usuarios de pago.

En lugar de eso, puso un enlace al comunicado en Google Docs. Carta_renuncia.pdf.

Un correo electrónico que aunque sea falso es un riesgo innecesario

Por supuesto, el astuto tuitero no tardó en descubrir que su forma de compartir el comunicado dejaba entrever, no de forma evidente pero sí en un par de clicks, su correo electrónico personal.

Quizás no sea el principal, quizá incluso sea uno creado específicamente para este comunicado, no lo sabemos. Podría ser: en Google solo hay dos resultados con la dirección de correo que aparece ahí, y ambos son de hace unas pocas horas.

Lo que sí sabemos que difícilmente era la opción más inteligente que tenía Rubiales sobre la mesa para difundir su comunicado, dada su situación.

Un documento de Google Docs no permite ser compartido de forma pública, como hizo el expresidente de la RFEF, sin poder ver la identidad de su creador. Al menos  viendo el nombre y la dirección de la cuenta que usó.

Si fue una cuesta creada únicamente para este comunicado, Rubiales estuvo listo, aunque quizás más inteligente hubiese sido todavía emitir el comunicado mediante alguna vía que no dejase expuesto ningún correo, aunque sea con el rastro de un correo secundario sin más finalidad que esa. Sobre todo para alguien que lleva tres semanas en el ojo del huracán.

Sus alternativas iban desde el pantallazo —si alguien lo usa, que recuerde pegar el texto en el ‘texto alternativo‘ para facilitar la vida a los invidentes— hasta el post completo (previo pago de X Premium), pasando por servicios específicos para compartir rápidamente un texto sin necesidad de armar un blog y ni siquiera registrarse, como qtext.io o Ctxt.io, o JustPaste para algo que no sea efímero.

Porque además, una cosa es lo que entendamos que se puede saber nosotros a partir de un correo, aunque sea falso, a día de hoy; y otra es lo que descubramos que se puede resolver más adelante.

En X, varias cuentas hicieron ver que habían suscrito al correo de Rubiales en plataformas y newsletters de forma jocosa, así como que supuestamente su correo ya figuraba como registrado en algunas webs porno, algo que ni está probado que sea cierto ni es un delito en España (sí en Arabia Saudí, por cierto).

El problema, en cualquier caso, lo generó una acción inconsciente que se podría haber evitado de una forma sencilla, usando otras formas de compartir un comunicado que no impliquen el más mínimo dato personal. Porque una cosa es que la culpa de quien explote esa cuenta de correo sea de quien lo haga, y otra es exponerse a ello sabiendo que hay alternativas. Ahora ya lo sabe: hay métodos para no exponerse más de lo recomendable y evitar posibles abusos.

En Xataka | Si me das tu número de teléfono es probable que ni imagines lo que puedo averiguar sobre ti.

Imagen destacada | Xataka con Midjourney.


La noticia

Lo que la Carta_renuncia.pdf de Rubiales revela sobre lo poco que protegemos nuestra privacidad

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Xataka

por
Javier Lacort

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