Este exoplaneta vive una auténtica pesadilla: la enana roja que orbita le arrebata su atmósfera constantemente
Aunque el telescopio espacial James Webb cuenta con lo último en tecnología y está haciendo un trabajo estupendo desde la órbita L2, el Hubble sigue ayudándonos a descubrir los misterios del universo. El legendario observatorio que orbita nuestro planeta desde la década de los noventa ha detectado una peculiar dinámica entre un joven y pequeño exoplaneta y su impulsiva estrella madre.
Nuestro protagonista, AU Mic b, orbita una enana roja llamada AU Microscopii de 23 millones de años de vida. Se trata de una estrella mucho más joven que el Sol de 4 mil millones de años. Cuando este tipo de estrellas son tan jóvenes tienen a emitir poderosas llamaradas cuyo poder destructor es padecido por los planetas que orbitan a su al rededor. AU Mic b no es la excepción.
AU Mic b, el exoplaneta condenado a no tener atmósfera
Un equipo conformado por investigadores del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, Dartmouth College, la Universidad de California en Santa Cruz y otras instituciones analizaron una serie de datos recopilados sobre el telescopio espacial Hubble y se sorprendieron por los cambios impredecibles en AU Mic b. El exoplaneta parecía perder su atmósfera solo en algunos momentos.
Las observaciones del observatorio en dos de los tránsitos del exoplaneta revelaron a su atmósfera de hidrógeno siendo expulsada del planeta en algunas oportunidades. Esto, como decimos, resultó particularmente extraño ya que la fuerza devastadora de las enanas rojas bajo situaciones similares debería despojar a la atmósfera del planeta de manera irremediablemente constante.
Con los datos sobre la mesa, los investigadores formularon dos posibles explicaciones para dar respuesta al fenómeno. Por un lado, se cree que el viento solar podría estar dando forma al flujo de gas atmosférico que pierde el planeta, haciendo que en algunos momentos no sea observable desde la perspectiva del Hubble que se encuentra orbitando nuestro planeta.
Por otro, que no todas las pérdidas de gas atmosférico son detectables, aunque existen. Esto podría deberse a un fenómeno conocido como fotoionización que hace que el hidrógeno se vuelva “invisible” a la luz y por lo tanto pase desapercibido a los instrumentos de observación. Si bien no existen dos posibilidades, los científicos dicen que han aprendido sobre la evolución atmosférica planetaria.
Imágenes: NASA, ESA y Joseph Olmsted (conceptos artísticos)
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Este exoplaneta vive una auténtica pesadilla: la enana roja que orbita le arrebata su atmósfera constantemente
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Javier Marquez
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