Los fuegos artificiales están en el centro de una polémica cada vez más caliente. Tenemos sustitutos: drones
No es una polémica nueva, pero sí de actualidad. Y sobre todo “explosiva”. En Suiza se están replanteando el uso de los fuegos artificiales. Hace algo más de un año Feuerwerksinitiative lanzó una campaña para limitar la pirotecnia en un país dado a festejar con cohetes la Nochevieja o su Día Nacional, el 1 de agosto. Como aclara la iniciativa popular, su propósito es “prohibir la venta y el uso de fuegos artificiales”, frase que se acompaña de un coletilla tan o incluso más relevante: rehúsa en concreto de toda aquella pirotecnia que “provoque ruido”.
El matiz podría ser la clave para aproximar posturas entre quienes aman y reniegan de los petardos. Alternativas “silenciosas” hay, desde luego.
Suiza (rea)abre el debate. “Prohibida la venta y uso de fuegos artificiales que provoquen ruido”. Esa es la frase que Feuerwerksinitiative quiere introducir en la legislación suiza junto a otra que contempla ciertas excepciones, pero solo en casos especiales y siempre con el visto bueno previo de las autoridades cantonales. Para conseguir su objetivo en mayo de 2022 los impulsores de la iniciativa lanzaron una recogida de firmas que, tras más de un año, ha alcanzado ya tres grandes logros.
El primero es sumar casi 90.200 rúbricas, lo que los deja a tiro de piedra de las 100.000 que deben sumar antes de noviembre si quieren que su propuesta tenga posibilidades de salir adelante. Su segundo éxito ha sido hacerse con el apoyo de colectivos tan influyentes como Greenpeace o Animal Rights. Y el tercero y tal vez más importante, caldear un debate público que en realidad poco tiene de nuevo y ya se había puesto antes sobre la mesa, tanto en Suiza como en otros países.
Una cuestión de ruidos. Lo de la referencia al ruido es más importante de lo que pueda parecer a priori. Los propios promotores de la campaña suiza recuerdan que existen ya “medios más modernos que la pólvora” para organizar espectáculos visualmente atractivos. Y citan varios ejemplos, como los shows con luces, láseres o incluso drones: “Son igual de bellos, sin hacer ruido ni desprender olor”.
A quienes les replican que la pirotecnia se utiliza solo un par de noches al año o que es responsabilidad de los dueños controlar a sus mascotas para evitar que se asusten con el ruido, la asociación les responde con dos argumentos: primero, que solo en Suiza hay regiones en las que se lanzan fuegos 30 noches al año; segundo, que no todos los animales pueden entrenarse ni “merecen estar encerrados días”. Feuerwerksinitiative recuerda además que los cohetes generan estrés también a niños y personas especialmente sensibles a los ruidos, como aquellas con TDA.
Pero… ¿Hay alternativas? El mundo de la pirotecnia y sus espectáculos es amplio. Poco tiene que ver por ejemplo la Mascletà de valencia, que componente visual aparte se apoya sobre todo en el sonido y el ritmo, con los espectáculos con fuegos artificiales del 4 de julio, los de San Isidro o los fuegos del Apóstol, que se lanzan el 24 de julio en Galicia. Al menos para parte de esas celebraciones, como explican los promotores de la iniciativa suiza, sí habría alternativas.
¿Y cuáles? La opción más evidente quizás sean los conocidos como fuegos artificiales “sin ruido” o “pirotecnia silenciosa”, que si bien han generado también alguna que otra queja suavizan al menos su impacto entre los animales y personas sensibles al ruido. Ejemplos de su uso tenemos en Collecchio, Italia, donde se han utilizado para celebrar el Settembre Collecchiese, o en Marchin, Bélgica, que ha optado también por la fórmula silenciosa o con “ruido contenido”.
Aquí, en España, Elkarrekin Vitoria-Gasteiz solicitaba hace un año al Gobierno local que recurriese un día a esta tipo de pirotecnia durante las fiestas de La Blanca. Propuestas similares se han dado en otros puntos del país.
¿Son las únicas opciones? En absoluto. Hay espectáculos con luces láser e incluso iniciativas como SPARK, que tiene detrás al artista y diseñador holandés Daan Roosegaarde y que se presenta como “fuegos artificiales orgánicos” pensados precisamente para iluminar las ciudades con “una nueva celebración sostenible”. Y como siempre es más elocuente una imagen que mil palabras, sus responsables han dejado ya algunos buenos ejemplos en Bilbao, Londres o Melbourne.
“Transforma métodos tradicionales y contaminantes, como fuegos artificiales, globos, drones y confeti, en una celebración sostenible —asegura—. A través de una combinación de diseño y tecnología, miles de chispas de luz hechas de materiales biodegradables se mueven silenciosamente por el viento en constante cambio; inspirado en luciérnagas, bandadas de pájaros y la galaxia de estrellas”.
Subido a la ola de los drones. De todas las alternativas a la pirotecnia tradicional, quizás la que más eco ha alcanzado ha sido la de los drones, alentada en parte por la popularidad que han ganado estos dispositivos durante los últimos años. Ejemplos hay en patadas, desde China, Australia o Canadá a Francia, Italia e incluso aquí, en España. En Corea del Sur se usaron ya en 2018 para montar una sorprendente coreografía durante la ceremonia de las olímpiadas de invierno y en EEUU hay ciudades que optan por desplegarlos el 4 de julio en vez de fuegos artificiales. La idea es la misma: reducir el riesgo de incendio y su impacto.
Las experiencias, claro está, no siempre salen según lo previsto, como acaba de demostrar Australia, donde han cancelado un espectáculo después de que cientos de drones se cayeran al río Melbourne; pero los “patinazos” son algo de lo que no se libra tampoco la pirotecnia tradicional: en enero, sin ir más lejos, los asistentes a un lanzamiento con fuegos artificiales de San Diego contemplaron asombrados cómo, debido a un fallo informático, un show que debía durar 18 minutos se condensó en unos luminosos y sobre todo ruidosos 25 segundos.
Pero… ¿Es tan importante el debate? Derivadas tiene, desde luego. Al margen de la iniciativa popular helvética, de lo que pueda pasar en Suiza o de otras campañas que se han lanzado a lo largo de los últimos años, lo incontestable es que los científicos han alzado la voz ya en alguna ocasión para alertar del impacto de la pirotecnia tradicional: la Academia de la República Checa ha planteado su veto por las sustancias tóxicas que liberan y el riesgo que representan para los humanos y el medio ambiente y hace años una experta del IDAEA alertaba también de que las partículas metalíferas de su humo “pueden afectar a la salud humana”.
Para evitar su impacto ciudades de EEUU, como Salt Lake City, Boulder o Lake Tahoe han decidido ya sustituir los lanzamientos de pirotecnia por espectáculos con drones durante la que probablemente sea una de las citas más importantes del año para el sector: el 4 de julio. “A medida que se incrementan las temperaturas y aumenta el peligro de incendio, debemos ser conscientes tanto de la calidad de nuestro aire como del potencial de incendios forestales”, explicaba hace poco la alcaldesa de Salt Lacke City, Erin Mendenhall. En su ciudad han decidido incluir en los festejos del Día de la Independencia un espectáculo con drones.
Imágenes: Warren LeMay (Flickr), Choo Yut Shing (Flickr)
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Los fuegos artificiales están en el centro de una polémica cada vez más caliente. Tenemos sustitutos: drones
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Xataka
por
Carlos Prego
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