Las películas son cada vez más oscuras. Eso es un problema en las plataformas de streaming
Está claro que las películas son cada vez más oscuras. Se trata del signo de los tiempos, una mezcla de modas estéticas y genuino movimiento consciente hacia películas más siniestras y con menos colorido. Las grandes productoras quieren vendernos la idea de que los blockbusters de rigor (sean de superhéroes, agentes secretos o guerras estelares) ya no son cosa de niños, y la estética más siniestra y oscura ayuda a transmitir esta idea.
El lodo intangible. Es lo que ha llevado a gente como Katie Stebbins a hablar de un efecto que denominó “el lodo intangible” y que ya comentamos en su día en Magnet. Stebbins comparó la misma serie, ‘Dexter’ en su versión de 2006 y la secuela de 2021, y la bajada del brillo y el colorido que caracterizaba a la primera es muy notable. En la versión moderna los colores se apagan y hasta la piel de los personajes es más pálida y siniestra.
Se confirma: es tendencia. Este fenómeno puede considerarse una especie de “desaturación” de los colores, que se diferencian menos entre sí y se confunden unos con otros. En artículos como este de Vox se ha tratado el tema y dan algunas posibles razones: el advenimiento de herramientas digitales que sofistican la corrección de color (que siempre ha existido), el impacto de trilogías como ‘El Señor de los Anillos‘ o ‘Matrix‘ que han popularizado tonos más ocres y menos pop en la fotografía (curioso viniendo de unas directoras, las Wachowski, que firmaron también una de las películas más gozosamente estridentes de la historia, ‘Speed Racer’) o la temática generalmente más pesimista de las películas actuales.
Las modas que están de moda. La cuestión es que las películas en tonos ocres están muy en boga. No hay más que ver el cine de superjéroes, un género que en los cómics (y en películas del siglo pasado) se caracteriza por su colorido, y que hoy, incluso en películas que son terreno abonado para la locura cromática, como ‘Quantumania‘, quieren ser lo más discretas posibles. Pero esta discreción tiene una cara B: el streaming no está preparado para ello.
El streaming y sus carencias. Prácticamente desde su llegada al mercado tenemos claro que las plataformas de streaming no ofrecen la mejor de las calidades. Algunas de ellas aterrizaron o explotaron a nivel de público durante la pandemia, y fue precisamente entonces cuando, de forma voluntaria y para gastar menos recursos, muchas de ellas bajaron su calidad de imagen y sonido. Después, de forma escalonada, han ido recuperando esa calidad (el caso más notable fue el de HBO Max, que pasó de ser una de las peores plataformas en ese sentido a convertirse en una apuesta muy notoria por parte de Warner), pero siguen estando claramente por debajo de una buena copia de una película o serie en Blu-Ray.
La pesadilla de Juego de Tronos. Todos recordamos aquel episodio de la octava temporada de Juego de Tronos que se convirtió en una auténtica pesadilla, incluso en aquellas televisiones preparadas para ello. ‘La Casa del Dragón‘ repitió la jugada con un capítulo iluminado de forma natural, lo que puso a prueba las televisiones. Se trataba de una situación de tormenta perfecta (que se ha ido repitiendo en otras series de HBO, como ‘Raised by Wolves’): las películas son más oscuras, las televisiones no siempre son de última gama… y las plataformas de streaming no emiten a la mejor calidad para apreciar los matices en entornos muy oscuros.
Variables que condicionan. Hay elementos que condicionan la calidad de imagen y que varían de una plataforma a otra. En este estudio comparativo que hicimos en su día, y cuyas conclusiones siguen vigentes, contábamos que los elementos que hay que tener en cuenta para valorar la imagen eran un buen bitrate, un buen algoritmo de compresión y un buen códec. Esto último, por ejemplo, es lo que hacía que las escenas oscuras de ‘Juego de Tronos’ acusaran artefactos que hacían casi ininteligible la imagen, antes de que HBO cambiara su antiquísimo códec por uno más moderno.
Un futuro con un streaming mejor. El hecho de que haya plataformas como Apple TV+ cuya calidad de imagen es notoriamente superior al resto deja claro que hay margen de mejora. Las opciones de 4K en plataformas como Netflix, o la posibilidad de ver algunas películas y series de HBO Max en auténtica alta definición dejan claro que hay un público para ello. Hasta entonces, tendremos que esperar a que las plataformas tomen decisiones en pro de la calidad de imagen y sonido que ofrecen… y esperar a que pasen las modas de que las películas parezcan que acaban de ser desenterradas del Mar Menor.
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John Tones
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