Las tarjetas de sonido para PC aún tienen sentido. Estos son los escenarios de uso en los que marcan la diferencia
El mercado de las tarjetas de sonido para juegos crecerá anualmente un 6,3% hasta 2030 según la consultora DataIntelo. Esta cifra es relativamente modesta si la comparamos con la previsión de crecimiento de otro mercado que también está estrechamente ligado al mundo del audio: el de los auriculares. Y es que Grand View Research prevé que durante este mismo periodo esta última industria crecerá anualmente un 12,6%. Justo el doble que el mercado de las tarjetas de sonido.
En cierto modo este cara a cara no es del todo justo porque la cifra de estas últimas tarjetas se ciñe a las que están diseñadas para jugar y deja fuera las soluciones profesionales. Aun así, nos recuerda que este mercado goza de buena salud, especialmente si no pasamos por alto que el crecimiento anual previsto para los auriculares aglutina todas sus variantes. La moraleja de este pequeño repaso es que se siguen vendiendo a buen ritmo tarjetas de sonido dedicadas para PC.
A bote pronto parece razonable concluir que cuando configuramos un nuevo ordenador no merece la pena invertir más dinero en una tarjeta de sonido dedicada. Muchas placas base, especialmente las de las gamas media y alta, incorporan una sección de audio de muchísima calidad. Algunas de ellas incluso incorporan un DAC audiófilo, pueden trabajar con contenidos codificados con una resolución de hasta 32 bits y una frecuencia de muestreo máxima de 384 kHz, y nos entregan una relación señal/ruido de más de 110 dB en la entrada de línea.
Hace unos pocos años tener estas prestaciones en la sección de audio de nuestra placa base era impensable. De hecho, su rendimiento es tan alto que la mayor parte de los usuarios no necesita en absoluto gastar más dinero en una tarjeta de sonido dedicada. Sin embargo, esto no significa que ya no merezcan la pena. En algunos escenarios de uso apostar por una de ellas puede ser una opción interesante. Esta es la razón por la que, como hemos comprobado en las primeras líneas de este artículo, se siguen vendiendo.
Cuándo tiene sentido que instalemos en nuestro PC una tarjeta de sonido dedicada
ASUS, Creative, StarTech, Advantech, Turtle Beach o Auzentech son algunos de los fabricantes que tienen en catálogo tarjetas de sonido de buena calidad. Si nos ceñimos al mundo de la composición musical algunas de las marcas que podemos tener en cuenta son Steinberg, Focusrite, Behringer o Native Instruments, entre otras. La mayor parte de estas empresas nos propone tanto tarjetas de sonido internas como externas, y algunas de ellas tienen un porfolio amplio que aglutina tanto tarjetas para jugar como soluciones profesionales.
La sección de amplificación de las tarjetas de sonido suele permitirnos atacar con más solvencia los auriculares
Si queremos cuidar el sonido de nuestro PC porque nos hemos hecho con unos buenos auriculares o altavoces y nuestra placa base es antigua o de gama de entrada, apostar por una tarjeta de sonido dedicada será una buena idea. De hecho, con frecuencia la sección de amplificación de las tarjetas de sonido de cierta calidad suele permitirnos atacar con más solvencia los auriculares, especialmente si son exigentes y tienen una impedancia alta.
Además, la conectividad de las tarjetas de sonido a menudo es más generosa y está mejor resuelta que la que nos entregan las secciones de audio integradas en la placa base. Y si además de jugar nos interesa la composición musical, la recogida de medidas para diseñar el acondicionamiento acústico de salas o el streaming de contenidos con audio de alta calidad, entre otros escenarios de uso, también puede interesarnos hacernos con una tarjeta de sonido. A partir de unos 40 euros ya podemos conseguir una de cierta calidad, aunque el precio de partida de los modelos más avanzados roza los 100 euros. Buena caza.
–
La noticia
Las tarjetas de sonido para PC aún tienen sentido. Estos son los escenarios de uso en los que marcan la diferencia
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Juan Carlos López
.