Creíamos que nadie conocía el acero en Europa hasta que lo introdujeron las tropas romanas. No contábamos con Badajoz

Creíamos que nadie conocía el acero en Europa hasta que lo introdujeron las tropas romanas. No contábamos con Badajoz

Hasta ahora, la historia era así. Cuando las tropas invadieron Europa entre el 200 a. C. y el 14 d. C, se encontraron con un continente sin acero. Muchas zonas manejaban el hierro, sí; pero era un hierro rudimentario, débil y lleno de problemas.

Hasta ahora. Porque la historia ha cambiado.

El misterio de las piedras talladas. Lo curioso es que la historia ha cambiado casi por accidente. En los últimos años, el equipo de Ralph Araque Gonzalez, de la University of Freiburg, ha trabajado para descubrir qué tipo de herramientas se utilizaban para fabricar las estelas de piedra de la Península Ibérica.

Y es que durante la Edad del Bronce Final (del 1200 al 800 a. C.) y la Edad del Hierro Temprana (del 800 al 600 a. C.), la Península Ibérica se llenó de intrincadísimas tallas de piedra con figuras antropomórficas, animales o imágenes de armas.

La arqueología experimental. El problema es que investigar sobre las herramientas que se usaron para tallar piedras es algo bastante complejo. De hecho, Araque Gonzalez es arqueólogo experimental: es decir, trata de rellenar los huecos de la historia material reconstruyendo las situaciones históricas y tecnológicas.

En este caso, analizaron petrológicamente la composición de las estelas (la mayoría de las cuales se descubrieron en la Sierra de la Moraleja, en Badajoz) para descubrir que se trataba de unas piedras extremadamente duras. Muy duras. Demasiado duras. Probaron herramientas de bronce, de cuarcita y de hierro, pero los resultados no eran buenos.

El cincel de Rocha do Vigio. Hasta que se encontraron un cincel compuesto por un 30% de ferrita y un 70% de perlita. Un cincel que, al replicarlo, sí permitió hacer unas inscripciones idénticas en una roca muy similar.

El yacimiento de Rocha do Vigio, en el Alentejo portugués, no dejaba lugar a dudas. Al contrario, el lugar mostraba “que la metalurgia del hierro, incluida la producción y el templado del acero, probablemente fueron desarrollos indígenas de pequeñas comunidades centralizadas en Iberia, y no debido a la influencia de procesos de colonización posteriores”.

Es decir, todo parece indicar que los pueblos ibéricos manejaban el acero (y su templado) 700 años antes de la llegada de las tropas romanas. Roma 0 – Badajoz 1

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Imagen | Museo Arqueológico de Badajoz


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Javier Jiménez

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