La transición hacia las energías renovables se está topando con un problema inesperado: Indonesia
De repente el mundo occidental escucha al presidente Joko Widodo de Indonesia. Sus palabras durante una reunión del partido a principios de febrero encendieron las alarmas y durante estas semanas se han ido concretando sus preocupantes planes, al menos para el resto de países.
Indonesia prohíbe las exportaciones de minerales. En un impulso proteccionista por los recursos nacionales, el gobierno de Indonesia ha explicado que quiere prohibir las exportaciones de cobre para “quizás a mediados de año”.
No es el único material, ya que han anticipado que quieren bloquear la exportación de estaño y el oro, además de otros como la bauxita, que ya está bloqueada desde finales de diciembre y es una fuente principal de mineral de aluminio. Ya desde 2020 hicieron lo propio con el mineral de níquel.
Los fabricantes de baterías ya han reaccionado. Indonesia quiere convertirse en un actor importante en la cadena de producción, principalmente la de la industria del coche eléctrico. El país dispone de las mayores reservas a nivel mundial de níquel, básico para las baterías.
Por el momento, la prohibición de exportar el mineral del níquel es para que se construyan las fábricas allí para procesarlo. Compañías como LG Energy, CATL o Hyundai han creado ya fábricas de baterías en la región.
Es el turno del cobre. Tras el níquel y la bauxita, la intención de Widodo es bloquear las exportaciones de cobre, un componente crítico también para el coche eléctrico y los equipos de energía solar.
Indonesia es el mayor exportador de carbón térmico y aceite de palma, así como el segundo exportador de estaño. Cuando se optó por bloquear la exportación de esos productos, su precio a nivel mundial creció. En el caso del cobre, Indonesia dispone de la mina Grasberg, la tercera mina de cobre más grande del mundo.
Resistiendo a la presión internacional. En 2019, la Organización Mundial del Comercio (WTO) adoptó un comunicado a favor de la Unión Europea sobre los límites máximos a aplicar a determinadas importaciones y exportaciones. El gobierno de Indonesia apeló defendiendo su posición.
Indonesia no tiene capacidad para procesar tanto mineral. Internamente, la industria del país ha manifestado sus dudas sobre hasta qué punto el país tiene capacidad para procesar todo el material extra que se quede en el país debido a que se no se pueda exportar. Desde el gobierno de Indonesia quieren atraer las fábricas suficientes para que se produzca allí, pero se teme que no sea así y resulte en material perdido.
Para paliar esa situación, desde Nikkei aseguran que el gobierno podría permitir determinadas exportaciones bajo ciertas condiciones.
Otro factor que encarece el precio de materiales necesarios para la transición renovable. El auge del coche eléctrico es un devorador de estos minerales. Y la producción se centra en unos pocos países, entre ellos Indonesia, que es de los que ha adoptado un papel más contundente respecto a las exportaciones.
La batalla por acceder a minerales como el níquel o el cobre supone todo un problema para los fabricantes. Y países como Indonesia tienen cada vez más claro la importancia de lo que se esconde bajo sus tierras.
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Enrique Pérez
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