Probamos el Audi Q4 e-tron 40 S-Line, un SUV eléctrico que intenta anteponer la razón al corazón
Después de los carísimos SUV y berlinas e-tron, Audi ataca el corazón del mercado eléctrico actual con un Audi Q4 e-tron más razonable. La gama se compone tres variantes, dos de tracción trasera (e-tron 35 de 170 CV y e-tron 40 de 204 CV) y una de tracción integral (e-tron 50 quattro de 299 CV).
Probamos en esta ocasión, el Audi Q4 e-tron 40 de 204 CV y una autonomía que supera los 500 km WLTP gracias a su batería de 76,6 kWh que, con el acabado S-Line de la unidad de prueba, parte de los 56.710 euros.
Situado en tamaño entre un Audi Q3 y un Audi Q5, el nuevo Audi Q4 e-tron mide 4,59 m de largo. Se distingue de sus hermanos de gama por su motor 100% eléctrico, una propuesta que debe a su plataforma MEB dedicada a los vehículos eléctricos del grupo Volkswagen y que ya se utiliza en el Skoda Enyaq y el Volkswagen ID.4.
Así, el Audi Q4 e-tron 40 está basado en la plataforma cero emisiones del grupo, ampliamente utilizada por Volkswagen, Skoda y Cupra, pero si podemos ver en algunas marcas del grupo similitudes estéticas en sus modelos eléctricos (hola, Cupra Born y Volkswagen ID.3), no es el caso en Audi.
Ya sea en el Q4, o en su variante Sportback, el diseño sigue teniendo un fuerte carácter Audi. El parentesco con el Volkswagen ID.4 queda aquí totalmente oculto. Sus líneas prominentes, con marcadas aletas, están a años luz de la extrema sencillez en el diseño de su primo ID.4.
En los acabados más altos, como aquí en este S Line, el Q4 luce incluso una enorme calandra cerrada con una decoración de aluminio facetado, así como una firma lumínica con faros Matrix LED personalizable desde el salpicadero.
Un interior amplio, pero de acabados desiguales
Lo mismo ocurre con el interior, con salpicadero muy esculpido. Desgraciadamente, los materiales se acercan más a los de un SEAT León que a los de un Audi A5, con demasiados plásticos duros, ya que sólo la parte superior tiene un material con cierto mullido.
A bordo también, la reducción de costes ha dejado huella. Por suerte, el bajón en calidad percibida no es tan flagrante como en un Volkswagen ID.3. Habida cuenta del precio de este Q4, desde 57.610 euros, podríamos pensar “menos mal”.
Pero si bien el Q4 mantiene cierta calidad percibida, lo hace de forma desigual. Por ejemplo, los paneles de las puertas traseras están moldeados en un plástico rígido, incluso en las partes altas. El contraste entre las plazas delanteras y traseras es muy llamativo en ese aspecto.
Afortunadamente, el conjunto sigue teniendo un buen aspecto gracias a unos bienvenidos toques de aluminio. La pantalla táctil de 12,3 pulgadas del sistema de infoentretenimiento en el centro del salpicadero permite controlar todos los aspectos del coche, pero en Audi ha mantenido los botones físicos justo debajo de ella para el sistema de aire acondicionado, lo que simplifica muchísimo su manejo durante la conducción.
Me convencen menos los “botones táctiles” de respuesta háptica del volante, que se activan sin querer al girar el volante. Hablando del volante, ¿era realmente necesario hacer un volante plano abajo y arriba? No aporta nada, pues no estamos en un deportivo en el que el acceso a bordo es complicado, y sí resulta algo molesto en maniobras.
Es un detalle, lo importante es que gracias a los amplios ajustes en todas las direcciones del asiento, encontraremos una posición de conducción ideal y cómoda, sea cual sea nuestra morfología.
El resto de pasajeros también irán muy cómodos. Las plazas traseras son fácilmente accesibles, incluso para los adultos. El maletero tiene un volumen razonable de 520 litros. Eso son 10 litros menos que un Audi Q3. Habida cuenta de sus dimensiones exteriores, uno esperaría algo más que un maletero de Audi Q3.
Sobre todo porque, a diferencia de un Tesla Model Y, un Jaguar i-Pace o un Ford Mustang Mach E, el Q4 carece de maletero delantero. No es que hayan dejado mucho espacio para uno, curiosamente. Pero un pequeño espacio habría estado bien, aunque sólo sea para poder guardar los cables de forma accesible y no tener que dejarlos en el doble fondo del maletero.
Unas prestaciones correctas
El Audi Q4 e-tron 40 cuenta con un sólo motor eléctrico que impulsa las ruedas traseras, desarrolla 204 CV y entrega 310 Nm de par. Si bien el par motor está disponible al instante y en cualquier momento, no es que tenga mucho par con respecto a la masa que tiene que mover: 2.175 kg. Ahí es nada.
La aceleración es muy franca y el coche parece hacer gala de mucho brío en ciudad y en pequeñas carreteras. Pero no es más que un espejismo. En vías rápidas, si aceleramos francamente se hace evidente que este motor ya lo había dado todo. El truco está en una gestión electrónica diseñada para impresionar y ofrecer las aceleraciones más francas por debajo 50 km/h.
Dicho esto, tampoco podemos considerar el Q4 e-tron 40 como un coche lento. No tiene el mejor 0-100 km/h de su segmento, está claro, pero sí acelera realmente fuerte cuando de verdad se necesita, en los adelantamientos. Su 80 a 120 km/h en 6,1 s confiere el brío que espera uno para poder adelantar con seguridad.
Con una puesta a punto orientada al confort más que al dinamismo, el Q4 se muestra realmente cómodo, pero sin perder ese toque de firmeza a baja velocidad que tienen casi todos los eléctricos debido a su elevado peso (y que las llantas opcionales de 21 pulgadas no ayudan a disipar). Es también bastante silencioso, no hay notables ruidos aerodinámicos a bordo.
A nivel dinámico, no es un coche al que le guste el meneo. Tampoco es su vocación, ciertamente. La dirección es muy suave (en cualquier modo de conducción escogido), y lo es incluso demasiado en autopista, para mi gusto. En conducción alegre, no digamos deportiva, habrá que tener en cuenta de las inercias y los movimientos de carrocería. En consecuencia, el Q4 tiene una marcada tendencia a alargar la trayectoria.
En cuanto a la frenada, el toque del pedal de freno carece de mordiente. Pero la baza aquí son las levas en el volante. Soy muy fan de este sistema que permite dosificar la potencia de la frenada regenerativa (tres niveles y un cuarto para la rueda libre), consiguiendo a menudo el mismo efecto que si fuera reduciendo marchas con las levas en un coche gasolina.
El Audi Q4 e-tron 40 es claramente un coche con vocación familiar y en ese aspecto cumple con creces con lo que se le pide. Incluso ofrece una buena autonomía, dependiendo del tipo de carretera.
Consumo y autonomía
El Q4 e-tron 40 equipa una batería de iones de litio de 76,6 kWh útiles. Lejos de las medias y autonomías anunciadas, el Q4 e-tron 40 puede recorrer más de 400 km en ciudad si no le exigimos mucho. En ciudad y en carreteras nacionales o secundarias, su consumo es relativamente parco: 17,8 kWh/100 km para una autonomía de 430 km. Sin embargo es en autopista que el Q4 se muestra glotón, con un consumo que puede subir hasta casi 25 kWh/100 km, lo que nos deja con una autonomía de 300 a 320 km.
En principio, es más que suficiente para poder llegar al siguiente punto de carga rápido que hay en las principales grandes vías del país y de Europa. El Q4 e-tron 40 acepta en carga rápida potencias de hasta 135 kW para, en teoría, poder recuperar una carga al 80% en menos de 30 minutos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta un elemento esencial de cara al consumo en invierno (en nuestra prueba no fue un problema por las temperaturas clementes), la bomba de calor. Este sistema que mantiene a temperatura ideal de funcionamiento la batería cuando hace frío es en el Q4 una opción que Audi factura 1.120 euros.
Llama la atención que sea un equipamiento de serie en modelos más asequibles, como el Renault Zoe o el Hyundai Kona Eléctrico, y en modelos rivales, como el Tesla Model Y, o incluso el Ford Mustang Mach E. Y es un equipamiento imprescindible, de lo contrario, en invierno, el consumo en autopista se puede disparar hasta más de 30 kWh/100 km reduciendo la autonomía a poco más de 200 km.
Audi Q4 e-tron 40 S-Line: nuestra valoración
7,6
8
8
8
7
7
8
8
7
8
7
A favor
- Consumo y autonomía, en carretera secundaria
- Espacio a bordo
- Confort de marcha
En contra
- Potencia de carga rápida un poco limitada
- Botones hápticos del volante
- Bomba de calor opcional
El Audi Q4 e-tron 40 resulta ser un SUV familiar realmente cómodo, con una autonomía correcta en autopista, un fuerte diseño Audi y una presentación más halagüeña que su primo Volkswagen ID.4. Si el Volkswagen fuese su único rival, no sería un problema para Audi.
Sin embargo, el Skoda Enyaq, más barato, con acabados y una calidad percibida cercana a la de este Audi y un mejor consumo, resulta ser una buena alternativa a este Q4, al menos para quien no quiera oír hablar de Tesla.
Y es que Tesla Model Y ofrece en su versión de acceso más potencia (325 CV) y más autonomía real por un precio muy inferior (desde 51.200 euros). Aun así, el verdadero escollo de este Audi Q4 e-tron es su autonomía algo justa en autopista para un coche de su categoría y precio.
El Q4 e-tron 40 quiere ser una propuesta pragmática, llena de razón, pero frente a sus rivales su principal baza es el corazón, es decir, el prestigio de Audi y su diseño indudablemente Audi.
Motor |
Eléctrico, sobre el eje trasero. |
---|---|
batería |
Iones de litio. Capacidad: 82 kWh. Capacidad útil: 76,6 kWh |
potencia máxima |
150 kW (204 CV) |
par máximo |
350 Nm |
transmisión |
Tracción trasera |
dimensiones (Largo x ancho x alto) |
4.588 x 1.865 x 1.632 mm |
batalla |
2.764 mm |
maletero |
520 litros |
peso |
2.125 kg |
80 a 120 km/h |
6,1 s |
0 a 100 km/h |
8,5 s |
velocidad máxima |
160 km/h |
consumo medio homologado (WLTP) |
18,2 kWh/100 km |
consumo medio en prueba |
20,8 kWh/100 km |
Autonomía eléctrica máxima homologada (WLTP) |
528 km |
Autonomía eléctrica en prueba |
368 km |
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La noticia
Probamos el Audi Q4 e-tron 40 S-Line, un SUV eléctrico que intenta anteponer la razón al corazón
fue publicada originalmente en
Motorpasión
por
Daniel Murias
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