O me das dinero público o no hay planta: Volkswagen aplica en Sagunto la misma estrategia de siempre
La construcción de la fábrica de baterías del Grupo Volkswagen en Sagunto está en el aire. Uno de los proyectos estrella para el grupo automovilístico y el Gobierno relacionados con los fondos Next Generation tiene un futuro incierto. No es la primera vez que sucede.
La fábrica de Sagunto. Febrero de 2022, Volkswagen confirma que construirá una fábrica de baterías en nuestro país. Un espacio que, a pleno rendimiento, debería tener una capacidad máxima de 40 GWh y dar empleo a 3.000 personas, según los datos de la propia compañía. La inversión total del grupo automovilístico debería alcanzar los 7.000 millones de euros.
La noticia no sólo fue una nueva buena para los empleados de Seat en Martorell, dando salida a los pequeños coches eléctricos del consorcio alemán, también lo fue para la planta de Volkswagen en Landaben (Navarra) o para los trabajadores de Ford de Almussafes, cuya marca dudaba dónde ensamblar sus futuros vehículos eléctricos. La alianza con Volkswagen para compartir plataforma y baterías fue uno de los motivos principales para decidirse por esta última ubicación.
En el aire. Sin embargo, toda la tranquilidad de aquellos primeros días se ha ido tornando en preocupación, conforme pasaban los meses. Y, ayer, finalmente, desde La Tribuna de la Automoción aseguraban que Volkswagen se plantea renunciar a la construcción de la fábrica. El motivo: la baja adjudicación en los PERTE VEC para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado.
Los PERTE VEC. Están siendo la piedra angular sobre la que gira todo el descontento de Volkswagen. En abril de 2021, el Gobierno anunció que de los 70.000 millones de euros que aportaría Europa mediante los fondos Next Generation, más de 13.000 millones estarían dedicados exclusivamente a la movilidad.
Desde entonces, las cifras han bailado. De esos más de 13.000 millones, un total de 6.536 millones se dedicarían a un “plan de choque de movilidad segura y conectada en entornos urbanos”, donde también se contempla la mejora de la red de recarga o las inversiones para sacar adelante las zonas de bajas emisiones en ciudades de más de 50.000 habitantes.
Y todos esos miles de millones, 2.975 millones de euros serían aportados por el Gobierno para la “Línea de actuación integral para el desarrollo y la fabricación del VEC”. Es decir, la partida que correspondería a la fabricación de coches eléctricos y componentes, entre ellos las famosas baterías germanas.
Quiero más. Mucho más, de hecho. El motivo del descontento de Volkswagen y que ha puesto en duda la construcción de la fábrica de baterías en Sagunto es la insuficiente, a su juicio, partida de ayuda que aportará el Gobierno. En una aprobación provisional, Volkswagen ha recibido 167 millones de ayuda para poner en marcha la fábrica.
Sin embargo, los germanos se han mostrado muy insatisfechos con esta cifra. Según fuentes consultadas por medios como El Mundo, en las negociaciones entre Gobierno y el Grupo Volkswagen, la aportación estatal podría incrementarse hasta los 362 millones de euros. Volkswagen asegura que sin 800 millones del Estado, no habrá fábrica.
Una situación inesperada. De entregarse, 800 millones de euros a Volkswagen, el fabricante estaría abarcando el 26,87% de los fondos máximos destinados a esta partida. Y decimos de los fondos máximos posibles pues las primeras aprobaciones provisionales, apenas cuentan con utilizar 700 millones de los casi 3.000 millones de euros anunciados, repartidos en diez proyectos distintos.
Es decir, Volkswagen presiona para recibir 100 millones más de ayuda de los que el Gobierno ha estado dispuesto a utilizar en un primer momento para un total de diez proyectos. No es, además, la primera marca en anunciar una posible bajada del Perte VEC, Ford confirmó que cesaba en su intención de recibir las ayudas, pues no podrían cumplir con los plazos marcados por el Gobierno.
Un momento clave. El sector de la automoción es, en estos momentos, una olla a presión. Por una parte, los políticos europeos presionan para que los fabricantes se pasen al coche eléctrico, con la prohibición de vender coches de combustión más allá de 2035 o con la redacción de una norma Euro 7 que se prevé muy restrictiva.
Al mismo tiempo, los fabricantes saben de su poder. Desde Stellantis ya avisan de posibles cierres de plantas y piden que se levanten aranceles contra las firmas chinas que están operando en Europa y que pueden ser un gran rival para los fabricantes europeos. Volkswagen asegura que se están poniendo en peligro miles de puestos de trabajo y una inversión total de 10.000 millones de euros en nuestro país.
De fondo, los empleados españoles y europeos no dejan de sufrir con la llegada del coche eléctrico. La primera mitad del año ha estado marcada por duras negociaciones en buena parte de las plantas españolas. Sobre los trabajadores de Ford ya sobrevuela un ERE para garantizarse seguir fabricando futuros modelos eléctricos de la marca.
Con poder. Las presiones del Grupo Volkswagen no son nuevas en el sector de la automoción. Los fabricantes son conscientes del gran poder que tienen en su mano a la hora de presionar. De hecho, sólo en España, el sector representa el 10,95% de la cifra de negocios del total del país, siendo el segundo más importante después de la alimentación.
No es de extrañar que durante años este grupo haya presionado a las diferentes instituciones. En 2020 ya alertaban de que su negocio empleaba a 14 millones de personas en toda Europa, por lo que reclamaban ayudas urgentes para afrontar la crisis. En Alemania e Italia han conseguido que sus políticos incluyan la excepción fabricar vehículos de combustión si la producción de la marca es inferior a 1.000 unidades. Y Francia, cuyo Estado es accionista del Grupo Renault o Stellantis, también están solicitando medidas proteccionistas frente a las marcas asiáticas.
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La noticia
O me das dinero público o no hay planta: Volkswagen aplica en Sagunto la misma estrategia de siempre
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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